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Un correo de advertencia a la ministra y $74 millones en cuestión: la trama detrás del polémico cierre de la Casa de Memoria José Domingo Cañas

By Diario

2 thoughts on “Un correo de advertencia a la ministra y $74 millones en cuestión: la trama detrás del polémico cierre de la Casa de Memoria José Domingo Cañas”
  1. Parte 2

    Cisternas: “El ninguneo y el maltrato que hemos tenido como sitio es impresentable”
    Ante esa respuesta, la directora del Sitio de Memoria, advierte que en dicha declaración “hay una falta importante de antecedentes para que esto se comprenda”. Sobre eso, agrega que “si están diciendo que nosotros presentamos un plan de gestión de acuerdo a nuestra necesidad, son unos mentirosos”.

    Según explica Cisternas, “lo que hicimos fue adecuar los pocos fondos que se nos estaban asignando, que eran inferiores a los del año anterior, para ver qué podíamos hacer con el dinero que nos daban”.

    Esos recursos no eran suficientes para financiar a las cuatro personas ni pagar las cuentas que requería el sitio. Al presentarles el plan de gestión, aclara la directora de José Domingo Cañas, propusieron reducir el equipo a tres personas, contando el personal del aseo, y con media jornada.

    Dicho plan de gestión lo aceptó Serpat. Cisternas les advirtió, sin embargo, que bajo este programa no se podía abrir todos los días, y que los días en que se abrieran las puertas, serían solamente media jornada. Desde el organismo aceptaron y aseguraron no tener problema, pues no había más financiamiento.

    Esta situación llevó a Cisternas a solicitar audiencias, pero dice que nunca ha sido recibida por la subsecretaria Pérez, de Patrimonios. De hecho, ha tenido más acercamiento con la ministra Arredondo.

    En una instancia, cuenta Cisternas, la ministra instruyó al Serpat, mediante su directora Nélida Pozo, a darle solución al financiamiento de José Domingo Cañas.

    A contrapelo del plan de gestión, la Casa de Memoria José Domingo Cañas se mantuvo abierto todo el día. Cisternas advierte que pagó jornadas completas y abrió todos los días a pesar de no contar con los recursos dado que Pozo se habría comprometido a entregar más fondos a través del Fondo de Fortalecimiento de Organizaciones Patrimoniales (FFOP).

    Antes de firmar el plan de gestión de 2024, Cisternas se había negado a prestar su firma. Pozo, según cuenta Cisternas, después de la jornada laborar, llegó a la Casa de Memoria a insistir y a tratar de convencer a Cisternas de que firmaran el convenio. A lo que se comprometió Pozo, indica Cisternas, era a que “ella iba a buscar otros fondos (FFOP) para que José Domingo Cañas pudiera sobrevivir”.

    Pozo efectivamente les envío las bases de dicho programa, pero en José Domingo Cañas se dieron cuenta que dicho fondo era incompatible con la Casa de Memoria, pues no se podía postular cuando se postulaba paralelamente a un fondo del Serpat.

    Cisternas solicitó una audiencia con la subsecretaria Pérez, pero el problema terminó en la oficina de Pozo. Según cuenta Cisternas, la directora del Secprat estaba esperándola con la persona que estaba a cargo de los programas de memoria y con un abogado.

    En ese momento Pozo le pregunta a Cisternas por qué no postularon al fondo recomendado. Esta última le contestó que era incompatible, pero Pozo les revela que las bases se habían modificado.

    “A nosotros nunca se nos avisó que se habían cambiado las bases de un concurso”, alega Cisternas. Según su punto de vista, “lo adecuado es que a todos los sitios que estábamos en el programa se nos hubiese informado que podíamos acceder a otros recursos”.

    Esa fue la última reunión que tuvieron entre agosto y septiembre. Para Cisternas “lo que aquí hay son promesas incumplidas, porque se nos hizo firmar un convenio por un monto que no era el que nosotros estábamos esperando, con la condición de que se nos iba a buscar otro fondo para compensar, nunca buscaron el otro fondo para compensar y nunca más nos abrieron las puertas”.

    Más tarde, hace unas semanas, Cisternas, fue al Congreso en plena discusión de la a ley de presupuestos. En un pasillo se encontró a la ministra Arredondo y no dudó en comentarle la situación y el riesgo de cerrar el lugar.

    En ese momento, Arredondo llamó a la subsecretaria del Pérez que estaba ahí cerca. La ministra le pidió que resolviera lo antes posible la situación de José Domingo Cañas. Desde ese momento, han pasado semanas y Cisternas aún no recibe ni siquiera un acuso recibo.

    El servicio, agregó a The Clinic en su declaración, que era importante “destacar que más de 40 sitios de memoria a lo largo del país reciben respaldo estatal a través del Serpat, en un esfuerzo continuo por garantizar la sostenibilidad de estos espacios emblemáticos”.

    En el caso particular de la Casa Memoria José Domingo Cañas, informan que “se proyecta un incremento del 7% en su presupuesto para el próximo año, reafirmando nuestro compromiso con la sostenibilidad y relevancia de una institución patrimonial”.

    En ese sentido, aseguraron que el servicio “seguirá trabajando en estrecha colaboración con las organizaciones responsables de estos sitios, promoviendo el uso eficiente de los recursos públicos y atendiendo las inquietudes provenientes de diversos sectores”.

    El “esfuerzo sostenido”, advierten, “tiene como objetivo consolidar a los sitios de memoria como pilares esenciales en la construcción de una memoria colectiva y en el fortalecimiento del patrimonio cultural de nuestro país”.

  2. Parte 1

    El cierre de la Casa de Memoria José Domingo Cañas, ubicada en Ñuñoa, podría explicarse únicamente por la insuficiencia de los montos otorgados durante el año para cubrir los gastos totales. Sin embargo, Marta Cisternas, directora del sitio de memoria, señala que también hubo demoras, falta de información, compromisos incumplidos y, sobre todo, escasas respuestas por parte del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural y del Ministerio de las Culturas.

    “Por primera vez en nuestra historia debemos recurrir a esta medida”. Así comunicó la Fundación 1367 que gestiona la Casa Memoria José Domingo Cañas el cierre de sus puertas “por no tener recursos para el mes de diciembre”. En un escueto comunicado, agregaron: “¡Por el derecho a la Memoria. Exigimos al Estado que cumpla con sus obligaciones!”.

    Cuando el sitio de memoria se refiere al Estado, en realidad se refiere al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat) que depende de la Subsecretaría del Patrimonio Cultural. Los sitios de memoria reciben el financiamiento de esta institución a través de una glosa del presupuesto de la nación denominada institución colaboradora del Estado.

    Para poner un parámetro. Según la fundación, el plan de gestión basal del sitio de memoria son $160 millones y se genera, principalmente, por aportes del Estado. En 2023, por ejemplo, José Domingo Cañas funcionó con el programa Sitios de Memoria en los que se adjudicaron $74 millones y además se adjudicaron un proyecto del Fondo Social Presidente de la República de $54 millones.

    Esos $128 millones les permitieron abrir durante todo el año con un equipo de ocho personas y realizar trabajos con archivos, bibliotecas, investigaciones, trabajos sobre incidencia, seguimientos de Derechos Humanos y además el trabajo memoria e investigación sobre la justicia transicional.

    Esta cifra, para ponerla es perspectiva, es más o menos la mitad de lo que recibe un sitio de memoria como Londres 38 o Villa Grimaldi.

    Versiones contrapuestas
    Marta Cisternas, directora del Sitio de Memoria José Domingo Cañas, explicó a The Clinic su versión de los hechos y aclaró que la decisión del cierre no fue de improviso. Durante el año dieron varias advertencias respecto al cierre de este lugar.

    “Envié, vía mail formal, un correo a la ministra (Carolina Arredondo), con copia a la subsecretaria de Patrimonio (Carolina Pérez) y al director del programa Sitios de Memoria anunciando esto que hemos anunciado ahora públicamente”, indicó Cisternas.

    Esto, confesó, “pensando en que a lo mejor nos podían decir, no, no lo cierren, lo vamos a resolver”. Sin embargo, “lo mandé la semana pasada y todavía no tenemos ni siquiera un acuso de recibo”. Cisternas, acusa que “el ninguneo y el maltrato que hemos tenido como sitio es impresentable”.

    A comienzos de este año comenzaron los problemas. “Se suponía que el programa de sitios de memoria, (el que otorga $74 millones) continuaba, porque al ser un programa de continuidad y se sobreentiende que partíamos en enero”, afirma la directora del sitio de memoria. Sin embargo, “en enero no hubo noticias”.

    Al no tener noticias, la Casa José Domingo Cañas junto al sitio de memoria y Museo de Neltume presionaron para para solicitar el uso de los fondos de institución colaboradora que, este año, correspondía a $24 millones y fracción.

    Lo lograron, pero la condición que puso el Serpat fue ejecutar dicho monto antes de marzo, pues de lo contrario “no podíamos acceder nuevamente al concurso de los Sitios de Memoria, que todavía no tenía fecha, pero se suponía que era en marzo”, explica Cisternas.

    A propósito de esta modificación, el equipo que era de ocho personas, se redujo a cinco. De todas se compró material fungible para el año, se imprimieron las cartillas de educación y se adquirió lo necesario para el trabajo que se hace con colegios y universidades a lo largo del año.

    “Llegó marzo y no había señas del programa de Sitios de Memoria. Llegó abril y no pasaba nada”, cuenta Cisternas. Además relata que no había sueldo para pagarle a la gente y el equipo se redujo a cuatro, contando a la encargada del aseo del lugar.

    En mayo se lanza el concurso, pero desde el Serpat les advirtieron que solamente podrían postular a 54 millones de pesos, es decir, un 35% menos de lo que recibieron el 2023 por dichos fondos.

    Desde el Serpat, quienes financian la Casa de Memoria, explicaron el traspaso total: “Durante el año 2024, se transfirieron $78 millones a la Casa Memoria José Domingo Cañas, gestionada por la Fundación 1367, para financiar el plan de gestión anual presentado por dicha organización”.

    Además, agregaron que “este apoyo refuerza el compromiso del Serpat con la preservación de los sitios de memoria, considerados fundamentales para la memoria histórica y el patrimonio cultural de Chile”.

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