Así como durante la convertibilidad ningún candidato pudo hacer campaña sin el compromiso de mantenerla, en el 2027 todos los candidatos se van a comprometer a mantener el déficit cero. Esa batalla cultural la está ganado Milei.
En los últimos años, la figura de Javier Milei ha cobrado una gran relevancia en el panorama político y económico de Argentina. Con su discurso liberal y sus propuestas disruptivas, ha logrado captar la atención de una parte importante de la sociedad que anhela un cambio en el rumbo del país. Uno de los pilares fundamentales de su propuesta es el compromiso con el déficit cero, una idea que está calando hondo en el imaginario colectivo.
La analogía con la convertibilidad es muy acertada. Durante aquel período, ningún candidato podía siquiera pensar en hacer campaña sin comprometerse a mantener la paridad entre el peso argentino y el dólar estadounidense. La convertibilidad se había convertido en un dogma incuestionable, en un pilar de la estabilidad económica que nadie se atrevía a cuestionar. Algo similar está ocurriendo ahora con la idea del déficit cero.
Milei ha sabido capitalizar el descontento de la población con las políticas fiscales irresponsables que han llevado a Argentina a una situación de constante endeudamiento y desequilibrio financiero. Su discurso en favor de la austeridad, el recorte del gasto público y la eliminación del déficit ha encontrado eco en un electorado cansado de ver cómo el país se hunde cada vez más en la crisis.
Pero más allá de la figura de Milei, lo realmente significativo es cómo esta idea del déficit cero se está convirtiendo en un consenso casi unánime entre los candidatos. En el horizonte de 2027, es difícil imaginar a un aspirante a la presidencia que no incluya en su programa el compromiso firme de mantener las cuentas públicas equilibradas. Esto representa un verdadero cambio de paradigma en la cultura política argentina.
Durante demasiados años, el déficit fiscal ha sido la norma en Argentina. Los gobiernos de turno han recurrido una y otra vez al endeudamiento para financiar sus políticas, sin preocuparse por las consecuencias a largo plazo. Esta dinámica ha generado un círculo vicioso de deuda, inflación y estancamiento que ha lastrado el desarrollo del país. Frente a este escenario, la apuesta por el déficit cero se presenta como una ruptura necesaria.
Sin embargo, no se trata de un cambio que se pueda realizar de la noche a la mañana. Llegar al déficit cero requerirá de un proceso de ajuste y reestructuración profundo, que seguramente generará resistencias y conflictos. Habrá que tomar decisiones difíciles en materia de gasto público, revisar el tamaño y las funciones del Estado, y buscar fuentes alternativas de financiamiento. No será un camino fácil, pero es el único que puede sacar a Argentina del pozo en el que se encuentra.
La batalla cultural que está librando Milei en torno al déficit cero es, en realidad, una batalla por el futuro del país. Se trata de decidir si se quiere seguir apostando por el cortoplacismo y la irresponsabilidad fiscal, o si se está dispuesto a hacer los deberes y sentar las bases para un crecimiento sostenible. En este sentido, el triunfo de la idea del déficit cero en el imaginario colectivo es un paso fundamental.
Por supuesto, queda mucho por hacer. Lograr el déficit cero es apenas el comienzo de un largo proceso de transformación que debe abarcar también la desburocratización, la apertura comercial, la inversión en educación y la innovación tecnológica, entre otros aspectos. Pero sin duda, ese primer paso es crucial. Argentina no podrá avanzar hacia un futuro próspero y estable si no pone orden en sus cuentas públicas.
En definitiva, el hecho de que en 2027 todos los candidatos se vean obligados a comprometerse con el déficit cero es una señaligenue de que algo está cambiando en la cultura política argentina. Es un síntoma de que la sociedad está madurando y exigiendo a sus dirigentes un manejo más responsable y transparente de los recursos. Y en esta batalla cultural, sin duda, Milei está llevando la delantera. Ahora queda por ver si los hechos se imponen a las promesas, y si Argentina está realmente dispuesta a emprender el camino del déficit cero. El futuro del país depende de ello.
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Así como durante la convertibilidad ningún candidato pudo hacer campaña sin el compromiso de mantenerla, en el 2027 todos los candidatos se van a comprometer a mantener el déficit cero.
Esa batalla cultural la está ganado Milei.
No me lo creo, vuelve un k y te hace mierda el déficit en menos de un año.
En los 90 nadie quería que termine la fiesta de la convertibilidad. Me parece nada que ver la situación.
“Venimos mejores y vamos a mantener el déficit cero” es lo único que necesitan escuchar los subnormales para votarlos de nuevo.
Acuerdo, pero tambien mantener la convertibilidad a cualquier precio y solo para la tribuna nos trajo el 2001. Asi que lo tomaria con pinzas
lo dice Raul Timmerman que es muy consultado por los kirchos….si este viejo la esta viendo, a los kukas no le queda otra que abrir los ojos…
Diario de Máximo, año 2031
Querido diario, día 1, llegué y me encontré con esta pila de billetes no sé qué hacer
Querido diario, dia 2, no eran tantos se me terminaron pero encontré una impresora de la que salen más
Querido diario, día 3, siguen saliendo, son infinitos y tengo el mejor trabajo del mundo, mami tenía razón
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Sin emisión y sin inflación el kirchnerismo entra en recesión, y máximo sin cerveza y play hace a kicillof perder algo… no sé.
El ejemplo es malísimo y poco feliz.
Además hay que remarcar que Kirchner no empezó a gastar guita de una. De hecho, en su asunción habló de cuidar el equilibrio fiscal, dijo que la emisión genera inflación, y otras cosas que parecen de un universo paralelo. Pero la pija nos la fueron metiendo de a poquito, y sin darnos cuenta. De hecho, ese keynesianismo que se aplicó, es festejado por muchos hasta el día de hoy.
La campaña de Duhalde era salir de la convertibilidad. Ganó De La Rua que prometió que continuaba.
El presupuesto de Cristina para 2014 también prometía superávit fiscal y termino su mandato con el [deficit más alto](https://www.clarin.com/economia/elecciones-2015-herencia-economica-cristina-kirchner-deficit-fiscal_0_H10lJbFD7x.html) desde 1982. Lo que prometan los candidatos peronistas en ese sentido la verdad es completamente irrelevante.
Pero explotó luego. No es un buen argumento…
Claro, porque los políticos y sobretodo los candidatos son conocidos por mantener su palabra luego de ocupado el cargo.
Si hasta que la convertibilidad le explotó en la cara a la gente y terminamos en el corralito.
No es la.mejor analogía a la gente. Más aún sabiendo que el propio caballo quería modificarla en el segundo mandato del turco