“El gorilismo y el odio a las clases populares que había en 1955 era muy parecido al de ahora”

Title: El Gorilismo y el Odio a las Clases Populares en 1955: Similitudes con la Actualidad

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El gorilismo, un término utilizado para referirse al odio y rechazo visceral hacia el peronismo y las clases populares en Argentina, tuvo su origen en los años 50, especialmente durante el golpe de Estado de 1955 que derrocó al gobierno de Juan Domingo Perón. Este fenómeno, lejos de ser una cuestión del pasado, presenta sorprendentes similitudes con la realidad actual del país. En este artículo, analizaremos las raíces del gorilismo en 1955 y cómo se relaciona con el contexto contemporáneo.

El contexto histórico de 1955 se caracterizó por una profunda división social y política en Argentina. Por un lado, se encontraba el peronismo, un movimiento que buscaba representar a los trabajadores y las clases populares, liderado por el carismático Juan Domingo Perón y su esposa, Eva Duarte, conocida como Evita. Por otro lado, la oposición estaba conformada por sectores de la burguesía, la oligarquía y grupos militares que veían en el peronismo una amenaza a sus intereses.

El golpe de Estado de 1955, autodenominado Revolución Libertadora, marcó un punto de inflexión en la historia argentina. Las fuerzas golpistas, impulsadas por el antiperonismo y el gorilismo, buscaron acabar con el legado de Perón y Evita, persiguiendo y prohibiendo cualquier manifestación relacionada con el peronismo. Este odio hacia el peronismo y las clases populares se mantuvo vigente durante años, incluso décadas después del golpe.

En la actualidad, es posible observar cómo este sentimiento gorila sigue presente en ciertos sectores de la sociedad argentina. Las expresiones de odio y rechazo hacia los movimientos sociales, los sindicatos y cualquier manifestación que represente a las clases populares son una constante en las redes sociales y en los discursos de algunos líderes políticos y medios de comunicación.

Las similitudes entre el gorilismo de 1955 y el de ahora radican en la polarización y la división social que generan. En ambos casos, se busca estigmatizar y deslegitimar a aquellos sectores que luchan por mejores condiciones de vida y por una mayor inclusión social. El discurso gorila actual, al igual que en el pasado, apunta a desacreditar cualquier política o medida que busque mejorar la calidad de vida de los sectores más vulnerables de la sociedad.

Otro punto en común entre el gorilismo de ayer y de hoy es la negación de la realidad y la falta de empatía hacia los problemas de los demás. En 1955, los sectores gorilas negaban las mejoras sociales y laborales implementadas durante el gobierno peronista, mientras que en la actualidad, se minimizan o se niegan las dificultades que atraviesan las clases populares.

Es importante recordar que el gorilismo, tanto en 1955 como en la actualidad, no es un fenómeno aislado, sino que responde a intereses económicos y políticos concretos. La elite económica y sectores de la clase media alta ven en las políticas inclusivas y de justicia social una amenaza a sus privilegios y buscan mantener el statu quo mediante la división y el odio.

Ante este escenario, es fundamental promover el diálogo, la empatía y la búsqueda de consensos para superar la polarización y construir una sociedad más justa e inclusiva. La historia nos enseña que el gorilismo y el odio a las clases populares solo conducen a mayor conflicto y a un estancamiento en el desarrollo del país.

En conclusión, el gorilismo y el odio hacia las clases populares que existían en 1955 presentan notables similitudes con la situación actual de Argentina. La división social, la estigmatización de los movimientos populares y la negación de la realidad son características comunes en ambos contextos. Es necesario aprender de los errores del pasado y trabajar en la construcción de un futuro más igualitario, donde se respeten los derechos de todos los sectores de la sociedad y se privilegie el diálogo por sobre el odio y la confrontación.

“El gorilismo y el odio a las clases populares que había en 1955 era muy parecido al de ahora”