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La estatización de las AFJP: el segundo robo más grande de la historia argentina


La estatización de las AFJP: el segundo robo más grande de la historia argentina

El 20 de octubre de 2008 será recordado como un día negro en la historia económica argentina. Ese día, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner anunció la estatización de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), en lo que fue calificado como el segundo robo más grande en la historia del país, solo superado por la estatización de los depósitos bancarios durante el corralito de 2001.

Las AFJP: un sistema de capitalización privada

Las AFJP fueron creadas en 1994 durante el gobierno de Carlos Menem, como parte de una reforma previsional que introdujo un sistema de capitalización individual en lugar del anterior sistema de reparto estatal. Bajo este nuevo esquema, los trabajadores aportaban un porcentaje de su salario a una AFJP elegida por ellos, que invertía ese dinero en distintos instrumentos financieros para generar una rentabilidad que se sumaría al fondo de jubilación del aportante.

A lo largo de sus 14 años de existencia, el sistema de AFJP acumuló un fondo de más de 80.000 millones de pesos, equivalente a cerca del 10% del PBI argentino de entonces. Si bien el sistema tenía deficiencias y era cuestionado por diversos sectores, lo cierto es que las AFJP habían generado rentabilidades cercanas al 10% anual promedio en pesos, muy por encima de la inflación del período.

La estatización

En octubre de 2008, en medio de la crisis financiera internacional desatada por la caída de Lehman Brothers, el gobierno argentino anunció la estatización de las AFJP, argumentando que el sistema había fracasado y que era necesario proteger los ahorros de los jubilados.

A través de una ley aprobada de forma exprés en el Congreso, se dispuso la transferencia de todos los fondos administrados por las AFJP a la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), organismo estatal encabezado en ese momento por Amado Boudou, quien luego se convertiría en Vicepresidente.

De este modo, el Estado se apropió de manera arbitraria de los ahorros previsionales de más de 9 millones de argentinos, sin siquiera consultarles o darles la posibilidad de decidir sobre el destino de sus fondos.

Consecuencias de la estatización

La medida tuvo un fuerte impacto negativo en la economía argentina. En primer lugar, significó una pérdida de confianza en las instituciones y en la seguridad jurídica, al mostrar que el Estado podía expropiar ahorros privados de manera arbitraria.

Además, generó una gran incertidumbre sobre el futuro del sistema previsional, ya que el Estado no tenía capacidad para garantizar la sustentabilidad del sistema de reparto en el largo plazo, especialmente en un contexto de envejecimiento poblacional.

Por otro lado, la estatización de las AFJP implicó una importante pérdida de fondos para el mercado de capitales argentino. Los recursos administrados por las AFJP eran una fuente importante de financiamiento para las empresas locales a través de la inversión en acciones y bonos corporativos. Con la estatización, esos fondos pasaron a ser utilizados para financiar el gasto público, lo que generó un crowding out del sector privado.

El uso discrecional de los fondos

Uno de los aspectos más cuestionados de la estatización de las AFJP fue el uso discrecional que el gobierno hizo de esos fondos. Lejos de destinarse íntegramente a cubrir el pago de jubilaciones y pensiones, como se había prometido, una parte importante de los recursos fue utilizada para financiar obras públicas, subsidios a empresas estatales deficitarias, e incluso para cancelar deudas del propio Estado.

Esta situación generó un alto grado de sospecha y cuestionamientos sobre la verdadera motivación detrás de la estatización, que muchos atribuyeron a la necesidad del gobierno de contar con recursos frescos para hacer frente a sus compromisos de campaña y a la falta de acceso al financiamiento internacional en un contexto de crisis financiera global.

Conclusiones

La estatización de las AFJP en Argentina, lejos de solucionar los problemas del sistema previsional, generó un conjunto de distorsiones económicas y pérdida de confianza que tuvieron un impacto negativo en el crecimiento y el desarrollo del país.

Más allá del debate ideológico sobre la conveniencia de un sistema de capitalización individual versus uno de reparto estatal, lo cierto es que la forma arbitraria e inconsulta en que se llevó a cabo la estatización constituyó un verdadero robo a los ahorros de millones de argentinos, que vieron cómo el fruto de años de trabajo y esfuerzo pasaba a ser administrado por un Estado ineficiente y con poca transparencia en el uso de esos recursos.

A más de una década de aquel fatídico 20 de octubre de 2008, la Argentina sigue pagando las consecuencias de esa medida, con un sistema previsional en crisis, un mercado de capitales raquítico, y una desconfianza generalizada en las instituciones que dificulta el ahorro y la inversión de largo plazo necesarios para el desarrollo económico sostenible.



20/10/2008 / La estatización de las AFJP es el segundo robo más grande de la historia

By Diario

8 thoughts on “20/10/2008 / La estatización de las AFJP es el segundo robo más grande de la historia”
  1. Unos te dicen que la Estatizacion de las AFJP es el robo más grande, otros antes que la deuda a 100 años de Macri, otros que los Kirchner y sus negociados, otros Duahlde y antes Cavallo y De La Rua, otros que Menem, y antes Alfonsín, otros que los Militares, otros que Perón fue el que arruinó el país.

    **Mi diagnóstico**: *Todos chorros y todos desmemoriados.*

  2. >**¿Qué va a pasar con los que hoy son afiliados, entre los que ya cobran por AFJP y los millones de aportantes?**

    >Los que cobran en las AFJP yo creo que no los pueden sacar, no los van a sacar. Sería ya un disparate.

    >

    Y lo hicieron, para más de un olvidadizo o poco recorrido en la vida tienen otros, en un principio uno podía elegir si pasarse al sistema de reparto o seguir el de capitalización (afjp) como dice la siguiente nota:

    >**¿Pero sí pasan los fondos?**

    >Los temas más importantes son dos: los fondos mes por mes y los fondos que ya están siendo administrados. Los fondos administrados sería un disparate que se los saquen, pero también era un disparate que se saquen los afiliados a las AFJP ***cuando hasta hace poco hubo un proceso donde los afiliados podía elegir y todos estos eligieron los contrario.*** […]

    >

    Esto en sí no me parece mal, total es la voluntad de las personas en elegir libremente en que sistema quedarse pero al final del cuento Crisitna pasó a TODOS de un plumazo al sistema de reparto. Toda esa plata que contenian los fondos se usó para hacer populismo puro y duro.

    >

    >El marco legal es que en la Argentina gobernar es ser rey. Me inclino a pensar que lo van a hacer llevándolo al Congreso. La verdad, es que después de lo del campo, si se logra imponer en el debate público o meter a la sociedad en la discusión, no se si va a salir en el Congreso. Los argentinos se tienen que dar cuenta que los están robando lisa y llanamente. Los fondos del sistema de reparto van a parar a las cuentas del Estado que se están gastando alegremente. Sino que vean como la plata del Anses la gastan, y no va a haber plata a la hora de pagarle a los jubilados.

    Con esto, se va a tener que pagar los platos rotos en parte ahora y a futuro, nadie ve el problema que hay con los que viven de planes durante más de 20 años (VEINTE AÑOS) y luego pretendan que tengan que cobrar “jubilaciones dignas para ellos” a costa de los que trabajamos en blanco, aportamos día a día y que fuimos responsable con nuestras decisiones en la vida. Todo para mantener irresponsabilidades ajenas.

    PD: Cada sistema tiene su pro y contra pero cualquiera de los dos puede tener consecuencias graves si se administra mal.

  3. Los pueblos tienen memoria de pez. Este pais entro en modo saqueo mayor hace 50 años.

    Y todavia no termina. El cabeza de tacho que tenemos de presi hoy se cree patriota mientras quiere liquidar lo que queda de valor en el pais para pisar el peso.

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