Holas mundo, ¡déja me hacer el mundo… eso era cuando tenía 6 años! Mi nombre sí me muestra el mundo nuevo día tras día, desde luego desde mi casa… en todas partes años después. Perdió conocimiento sobre prácticamente cada ámbito familiar, dado cómo a mi manera; por ejemplo, puedo hacer vídeos románticos o aventures emocionante dentro del agua. Díjoneses fueron sentivados hasta el instante en el cual me fárron, más claro me resultó gracias a mi lozano desarrollo. Si bien, no puedo predecir el futuro, sí debe estar predispuesto a seguir evolucionado.

Por suerte, conseguimos encontrar unos proyectos interesantes dentro de nuestra evolución personal… y aquí estoy contando esta aventura desde el punto de vista de un iniciante Consciousi.

¡Aquí está el artículo desde el viewpoint diversivo del usuario!

Las palabras más usadas dentro del artículo fueron ansiedad , emprendimiento e influenciador.

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Que acontece en la vecindad? chismes, cosas que te pasaron, confesiones, viste algo raro en la calle?


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By Diario

3 thoughts on “DOMINGO DE ANECDOTAS”
  1. Era un sábado por la tarde cuando mi hija me pidió prestada la camioneta para salir con un chico que estaba conociendo. La verdad es que no me pareció nada fuera de lo normal, ya que hace poco que se sacó el registro y sé que está emocionada por manejar más seguido. Además, me siento tranquilo porque sé que es responsable y precavida, así que no dudé en darle las llaves de mi querida Honda HR-V.

    Sin embargo, esa noche tuve un extraño presentimiento. No soy del tipo de personas que se preocupa por cada pequeño detalle, pero había algo en la manera en que me pidió la camioneta que me hizo pensar. Quizás era la insistencia, o tal vez el hecho de que normalmente preferiría que la pasen a buscar. Sea lo que sea, decidí no darle más vueltas al asunto y me quedé en casa viendo la televisión, esperando a que volviera.

    No puedo negar que nunca he estado muy a favor de este chico. Es un muchacho con poco que ofrecer, desde mi punto de vista: bastante pasado de peso y sin recursos. No quiero sonar prejuicioso, pero no puedo evitar pensar que mi hija merece algo mejor. Me parece que está con él porque quiere rebelarse un poco o porque siente lástima. No lo sé, pero nunca he tenido una buena impresión de él.

    Pasaron un par de horas y recibí un mensaje de ella diciéndome que estaba todo bien y que llegaría un poco tarde. No me preocupé demasiado; es una chica adulta y puede manejarse sola. Sin embargo, cuando finalmente escuché el motor de la camioneta al entrar en la cochera, noté algo diferente. No sé si era el ruido del motor o mi intuición de padre, pero algo no encajaba.

    Ella entró a la casa sin decir mucho, como si quisiera evitar una conversación larga. Noté que estaba algo nerviosa, pero no quise presionarla. Le pregunté cómo le había ido, y me contestó con un “bien, normal” mientras subía rápidamente a su cuarto.

    Al día siguiente, mientras revisaba la camioneta para asegurarme de que estuviera en buen estado, noté algo que me dejó preocupado: la camioneta tenía algunas abolladuras y raspones en el costado. Al principio pensé que podría haber sido un estacionamiento complicado, pero mientras más lo observaba, más me daba cuenta de que no eran simples raspones. Parecía que había habido algún tipo de roce con otro vehículo. No quise alarmarme de inmediato, pero el ligero olor en el interior del auto y la desorganización en el asiento trasero me hicieron sospechar que algo más había ocurrido.

    Mi intuición como padre me decía que algo no había salido como se esperaba esa noche. Y claro, el hecho de que ese chico no tenga ni auto y probablemente la haya llevado a un lugar inapropiado solo para impresionar, no me deja nada tranquilo. Me imagino que en su afán por demostrar algo, terminó llevándola a una situación incómoda y, posiblemente, peligrosa, donde la camioneta sufrió esos daños en una maniobra apurada o en una situación complicada.

    No sé exactamente qué pasó esa noche, pero puedo intuir que no fue lo que ella esperaba. Me siento un poco culpable por haberle prestado la camioneta sin hacer más preguntas, pero también sé que estos momentos forman parte de crecer y aprender. Como padre, solo espero que entienda que puede confiar en mí para cualquier cosa, incluso si se siente avergonzada o confundida.

  2. Resulta que le estoy enseñando a mí novia a manejar. Estamos saliendo los sábados y/o domingos a la madrugada. Cómo se pone muy nerviosa aún con el tránsito de esa ahora, hoy fuimos al corredor vial de olivos, que a esas horas queda vacío y se puede dar vueltas tranqui.

    Como para darle más dificultad (ella recién está empezando a familiarizarse con lo básico, todavía tiene muuy poca experiencia con la reversa) decidí dejarle el auto estacionado en 45° para que lo saque. Entonces, a la altura de la primer cuadra de la calle de acceso al corredor, se lo estaciono entre un Peugeot 307 a la derecha, y una honda hr-v roja a la izquierda.

    Cambiamos de asientos y empezamos con la lección, como fue inesperado ella se puso muy nerviosa y se quedó dura porque le daba impresión hacer la maniobra para salir. Esto es algo normal y le lleva un par de minutos calmarse, pero de repente me doy cuenta que no estábamos solos, miro para la izquierda y veo que atrás del vidrio polarizado de la camioneta de al lado nuestro una silueta se movía de arriba abajo… Le estábamos cortando el polvo (o no) a los de la camioneta!

    Cuando le dije a mí novia, que estaba tan nerviosa que no se había dado cuenta, se puso aún más nerviosa. Mientras yo no sabía que hacer, si cambiar de asiento y irme rápido o quedarnos y que lo saqué ella. En el medio, como la flaca seguía cabalgando a pesar de tenernos prácticamente al lado se me cruzó por la cabeza que tal vez eran swingers, y que para nada les estábamos cortando el polvo.

    Esos últimos segundos de incomodidad fueron eternos. Hasta que mí novia metió el embrague a fondo, fue del neutro a la reversa, me hizo confirmar si efectivamente era la reversa y no nos íbamos a ir para adelante, soltó el embrague hasta que empezamos a movernos, el relincheo del auto vecino había cesado.

    Después de la primer maniobra el auto quedó en diagonal a la camioneta, alumbrandola desde atrás. Por suerte cuando pasó de reversa a 1era, para hacer la segunda maniobra, no se le apagó el auto, arrancó, y alcanzó a volantear bien hacia la izquierda para salir por fin de atrás de la camioneta, con esas mini volanteadas nerviosas que la empiezan a caracterizar.

    Lo que si, después cuando dimos toda la vuelta al corredor y cuando volvimos… tipo a los 10 minutos: la camioneta ya no estaba. Fue una noche productiva, pero espero no haberles cortado el polvo.

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