Haga de la alimentación sana una actividad divertida y evite utilizar alimentos menos saludables como recompensa. “Si intentamos que nuestro hijo coma sano, pero luego le premiamos con helado, pastel o donas, es muy difícil que entienda lo que le estamos enseñando”, explica Gloschat. Compre un juego nuevo. Vaya al parque. Encuentre algo atractivo que hacer que no socave sus mensajes saludables.
En general, fijar objetivos graduales en torno a la comida es importante para que los niños experimenten la celebración de la recompensa. “Pueden hacer un seguimiento de esos objetivos”, dice Gloschat. “Pueden sentir el éxito al alcanzar esos objetivos”. En última instancia, pueden desarrollar un sentimiento de autonomía para mantener hábitos saludables y una dieta equilibrada en el futuro.
[
,
,