La Casa Blanca ha pedido al régimen de Nicolás Maduro que haga pública la información sobre la votación y recuento de votos en las elecciones del 28 de julio ante lo que considera serias dudas sobre la legitimidad de esos comicios. Si el gobierno chavista no acepta responder las preguntas de la comunidad internacional en los próximos días, entonces Washington coordinará una respuesta con sus socios internacionales y explorará la aplicación de nuevas sanciones.

El día después de las elecciones, varios funcionarios en la Casa Blanca y en la diplomacia expresaron sus dudas de que el recuento sea fidedigno, pues no se corresponde con información demoscópica con la que cuenta el gobierno de Estados Unidos, incluidos análisis de empresas de gran fiabilidad como Edison Research. Todos ellos conminaron a Maduro y su régimen a que en estos días demuestre el resultado haciendo públicas las actas anonimizadas que reflejan el voto, algo a lo que se ha negado.

Según dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, después de que el Consejo Nacional Electoral del chavismo declarara ganador a Maduro: «Tenemos serias preocupaciones de que el resultado anunciado no refleje la voluntad ni los votos del pueblo venezolano. Es crucial que cada voto sea contado de manera justa y transparente, que los funcionarios electorales compartan inmediatamente la información con la oposición y los observadores independientes sin demora, y que las autoridades electorales publiquen la tabulación detallada».

Tanto Blinken como otros funcionarios y portavoces dijeron este lunes, día después de las elecciones, que tanto EE.UU. como sus socios están observando a Maduro. «La comunidad internacional está observándole muy de cerca y responderá en consecuencia», dijo el propio secretario de Estado.

Esa respuesta es lo que no está claro aún. Dos altos funcionarios consultados ayer, uno en la Casa Blanca y otro en el departamento de Estado, coincidieron en que las sanciones al petróleo no están siendo consideradas de momento —«las licencias que se han dado no están siendo reconsideradas», dijo uno de ellos— y en que no consideran las concesiones al chavismo un fracaso completo. Aseguran esas fuentes que al fin y al cabo Maduro permitió una votación.

Uno de esos funcionarios norteamericanos, que solicitó anonimato en una conversación con periodistas, dijo que «a pesar de todos los problemas que estamos discutiendo ahora, el hecho de que Venezuela haya celebrado una elección ayer, permitiendo que un candidato de la oposición estuviera en las papeletas y que el proceso de votación se desarrollara, solo se logró como resultado de los cálculos que hemos hecho con nuestra política de sanciones durante el último año». «Ahora que nos enfrentamos a un escenario potencialmente nuevo, vamos a tener eso en cuenta mientras trazamos nuestro rumbo respecto a las sanciones hacia Venezuela», añadió.

Esas concesiones incluyen, pero no solo, levantar las restricciones a la explotación y venta de crudo y la excarcelación de los sobrinos de Maduro, condenados por narcotráfico, y del testaferro de este, Alex Saab, que fue indultado por Biden en diciembre de 2023 mientras aguardaba juicio por fraude a gran escala.

Para no pocos opositores en EE.UU., las concesiones de la Administración Biden han permitido al régimen aferrarse al poder empleando la excusa de una elección aparentemente libre que en realidad no ha sido tal. Tal y como ha denunciado el senador Marco Rubio, republicano de Florida, Maduro impidió presentarse a Maria Corina Machado; detuvo a otros opositores; impuso restricciones al voto; rechazó a observadores internacionales independientes; denegó el acceso a las actas a los opositores, y se proclamó ganador sin revelar la metodología y los comprobantes de las actas.

Rubio cree que el domingo Maduro perdió, que las pruebas de su derrota son apabullantes, pero que optó por un fraude masivo. El senador criticó las concesiones de Biden y describió lo del domingo como «las elecciones farsa más predecibles y ridículas de la historia moderna».

Momentos antes de que el Consejo Nacional Electoral proclamara ganador oficial a Maduro, el portavoz del Consejo de Seguridad norteamericano, John Kirby, instó a aquel a que demorara la decisión. Dijo que era imprescindible hacer públicas las actas de cada mesa electoral, donde se pudiera escrutar uno a uno los votos de cada candidato para confirmar el resultado final. «Aguantaremos nuestro pronunciamiento hasta que eso ocurra. Nosotros y el resto de la comunidad internacional estamos observando y responderemos en consecuencia», dijo Kirby.

Está claro, sin embargo, que el régimen no va a ceder, pues Maduro es desde ayer ganador oficial.

No fueron pocos los que advirtieron a la Administración Biden de que las concesiones al régimen de Maduro serían contraproducentes a largo plazo. Este lunes, el diputado Mario Díaz-Balart, de Florida, dijo incluso que «el imprudente y peligroso acuerdo de la Administración Biden-Harris con la dictadura de Maduro para promover estas elecciones falsas solo ha sostenido al régimen antiamericano de Venezuela y le ha dado más tiempo». «Este régimen, que está estrechamente aliado con adversarios antiamericanos como Rusia, la República Popular de China y los Estados terroristas de Irán y Cuba, es una influencia malévola y peligrosa en nuestro hemisferio», añadió.

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By Diario

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