Los ocho candidatos que se presentan como “independientes” pero tienen una historia de cercanía con el chavismo

Este domingo Venezuela elige a su próximo presidente y, en los últimos meses, el régimen de Nicolás Maduro no hizo más que obstaculizar a la oposición en el camino hacia los comicios, en una contienda en la que Edmundo González Urrutia, candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), es el favorito. Sin embargo, además de ellos dos, hay otros ocho aspirantes “opositores” a la Presidencia. Sin embargo, tienen en mayor o menor medida una historia de cercanía a la dictadura y no son una opción para la amplía mayoría de venezolanos que rechazan al chavismo.

La inscripción de la candidaturas estuvo repleta de trabas. De hecho, María Corina Machado, la líder de la oposición que fue elegida abrumadoramente como candidata en las primarias del año pasado, fue inhabilitada por el régimen para presentarse a estos comicios. En consecuencia, eligió a Corina Yoris, como su reemplazante en la lista, quien tampoco pudo oficializar su inscripción.

Los días previos a la fecha límite para inscribirse a los comicios, la PUD denunció que las tarjetas con las que contaba para participar estaban bloqueadas. La alianza acusó al Consejo Nacional Electoral (CNE) de impedir el acceso al sistema de registros para inscribir a su representante.

Edmundo González Urrutia y María Corina Machado en el cierre de campaña (AFP)

A último momento, la PUD logró sumar al diplomático de carrera Edmundo González Urrutia, quien se posiciona como el favorito para, en el caso de que el resultados de los comicios no sean manipulados, terminar con más de 20 años de chavismo. En su cierre de campaña, González estuvo acompañado por Machado, quien expresó: “Estamos listos para votar, ganar y celebrar”. El candidato, por su parte, llamó a votar por el “regreso de la patria”.

La lista de la PUD se enfrenta no solo a las 13 veces que aparece Maduro en el tarjetón, sino también a otros candidatos. De los once que se inscribieron a finales de marzo, solo ocho llegan a competir en las elecciones. Algunos tienen una larga historia de cercanía al chavismo, pero también hay un comediante y un pastor evangélico.

Martínez es diputado ante la Asamblea Nacional por el partido social demócrata Acción Democrática (AD), fuerza política con seria divisiones internas y señalada por tener vínculos con la dictadura de Nicolás Maduro. En 2020, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitió un fallo en el que le cedió la titularidad del partido a Bernabé Gutiérrez, aliado del régimen, quien permanece como secretario general hasta el día de hoy.

Antes de asumir como diputado nacional en 2021, Martínez fue concejal de Maturín y diputado regional en tres oportunidades. De la mano de AD, llegó a ser gobernador electo de Monagas en dos ocasiones.

De izquierda a derecha, Daniel Ceballos, Javier Bertucci, Luis Eduardo Martínez, Antonio Ecarri junto a Nicolás Maduro (EFE)

Una vez que se conoció la candidatura presidencial de Martínez, fue respaldada por el titular de AD, quien llamó a trabajar con “organización y disciplina” para obtener el “triunfo electoral”. Semanas después de su oficialización, recibió el apoyo de Juan Carlos Alvarado, candidato y titular de COPEI; y de Luis Ratti, precandidato independiente, quienes declinaron sus candidaturas para sumarse al equipo de Martínez.

En su cierre de campaña, manifestó su confianza en el proceso electoral, que el chavismo manipuló durante años a su favor para perpetrarse en el poder, y llamó a votar “en paz”.

Pasó de ser uno de los integrantes del movimiento estudiantil, que enfrentó a Hugo Chávez en una épica contienda en 2007, a uno de los políticos beneficiados por el Tribunal Supremo de Justicia controlado por el chavismo. La Corte levantó en enero de este año la inhabilitación que le impedía competir en elecciones para cargos públicos, la misma que fue ratificada contra María Corina.

El dirigente se inscribió con su partido Arepa, aunque se identifica como militante de Voluntad Popular, formación que lo excluyó por ser considerado un “mandadero” del Gobierno.

En 2009 asumió como diputado del Consejo Legislativo del Estado de Táchira. Cinco años después, fue elegido como alcalde de San Cristóbal, pero su mandato duró unos pocos meses, puesto que en abril de ese año fue destituido por el TSJ al ser acusado de los delitos de rebelión y agavillamiento (conspiración).

El candidato Daniel Ceballos (EFE)

Por esto, pasó cuatro años y medio en prisión. En síntesis, se le adjudicó “permitir” que se realizaran protestas antigubernamentales con barricadas que se originaron en la ciudad y luego se expandieron a otros puntos del país. Las manifestaciones fueron reprimidas en toda Venezuela y dejaron un saldo de 43 muertos y cientos de heridos. En ese momento, era considerado un dirigente opositor radical.

El ex alcalde fue el segundo candidato en inscribirse para las elecciones y, en su cierre de campaña, llamó a poner “fin a la polarización” y convocó a la ciudadanía a votar por el futuro de Venezuela.

Pese a ser una persona más cercana a la educación, el dirigente opositor, que se presenta como antichavista, también tiene antecedentes en la función pública.

En 2002 Ecarri llegó a la alcaldía de Chacao, estado de Miranda, como subdirector de Administración Tributaria y luego se desempeñó como síndico procurador municipal. Por otro lado, su carrera electoral comenzó en 2005 cuando fue electo concejal y presidente del ayuntamiento. Antes de su llegada a la alcaldía, fue dirigente estudiantil y fundador del movimiento Academia Solidaria.

Cinco años después, su nombre tomó más trascendencia a nivel nacional al postularse en las elecciones ante la Asamblea Nacional, siendo el candidato de las organizaciones educativas, en donde perdió contra su rival oficialista.

Antonio Ecarri en su cierre de campaña (EFE/ Ronald Peña)

Luego, comienza una seguidilla de candidaturas declinadas en su carrera política. En 2013 intentó llegar a la alcaldía de Caracas de la mano de Proyecto Venezuela, pero retiró su postulación para evitar la derrota. Al año siguiente, se unió al Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI), fuerza con la que llegó a aspirar nuevamente al cargo de diputado. En ese momento, lo acusaron de “bigamia política” por ser dirigente de Alianza del Lápiz y a la vez del partido verde, por lo que dio marcha atrás con sus aspiraciones a la Asamblea Nacional.

Por último, en 2021 volvió a apostar por la alcaldía de Caracas con Fuerza Vecinal, pero al poco tiempo fue cuestionada por no ceder ante Tomás Guanipa, quien era el candidato de la Plataforma Unitaria. La postulación de Ecarri significó la división de los votos de la oposición en el municipio de la capital venezolana. Finalmente, quedó en segundo lugar y desde entonces inició su carrera a la Presidencia.

Durante su campaña, Ecarri intentó convocar a los votantes chavistas desencantados con Maduro para evitar que ese porcentaje apoye a Edmundo González Urrutia, dividiendo aún más los votos y siendo funcional al régimen. “No tienen por qué votar algo que no les gusta”, sostuvo al final de su campaña.

A diferencia de los candidatos anteriores, Rausseo no tiene experiencia en la gestión pública. Es comediante y conocido por su personaje “Er Conde del Guácharo”, una caracterización de hombre del oriente venezolano que de forma ordinaria y con mucha acidez describe situaciones cotidianas. Se hizo famoso en los años 90, cuando ese tipo de humor, hoy demodé, era popular en la sociedad venezolano.

Actualmente, Rausseo dirige su empresa llamada Guacharo’s Enterprise Corporation, con la que se introdujo en el mercado de la comercialización de alimentos y también sirve para promocionar sus shows.

Benjamín Rausseo, comediante y empresario

Pese a su perfil empresarial ya tuvo varios intentos de llegar a un cargo público. En 2006 fue candidato presidencial, pero se retiró al poco tiempo de formalizar su candidatura. Dos años después, lanzó su carrera para llegar a la gobernación de Anzoátegui, comicios en los que salió en tercer lugar.

Ahora, forma parte de la lista de candidatos que competirán en las elecciones de este domingo, dividiendo a la oposición y favoreciendo a Nicolás Maduro. De hecho, el año pasado decidió no participar de las internas y “ser fiel a su condición de independiente”, según afirmó en un comunicado publicado en esa oportunidad. En una entrevista que emitida meses atrás, él mismo admitió que si alguien se lanzaba por fuera de las internas de la oposición era porque “era un candidato para dividir”.

“Un candidato que es del gobierno para dividir espera que haga sus primarias la oposición y me meto por mi lado”, sostuvo al ser consultado sobre si era funcional al régimen. Días antes de los comicios, con una campaña hecha, invitó a los votantes a no votar por la oposición mayoritaria y “pasar página”.

Esta no es la primera vez que Bertucci es candidato en las elecciones presidenciales, puesto que ya se presentó por el partido El Cambio en 2018, fuerza con la que llega nuevamente a presentarse en la contienda electoral.

En este momento, es diputado ante la Asamblea Nacional, cargo que ocupa desde 2021. Más allá de su función pública, Bertucci es pastor evangélico de la Iglesia Maranatha Venezuela y líder de la misma organización.

El candidato presidencial venezolano Javier Bertucci (EFE/ Rayner Peña R.)

En 2010 estuvo bajo arresto domiciliario luego de ser acusado de contrabandear 5 mil toneladas métricas de diésel en un buque hacia República Dominicana mediante la empresa Tecnopetrol. A su vez, estuvo involucrado en la filtración de los documentos de Panama Papers.

Otro de los candidatos que tienen fuertes vinculaciones con el chavismo es Brito. A lo largo de su carrera política, ocupó varios cargos públicos. Entre ellos, fue concejal en el Municipio de Simón Rodríguez en el período de 2005-2008. Luego, se postuló como alcalde con el apoyo de la Mesa de Unidad Democrática, aunque no contó con los votos suficientes.

Años más tarde, llegó a la Asamblea Nacional de la mano de la plataforma Primera Justicia, cargo que mantuvo hasta el 2021. Sin embargo, en 2019 la fuerza política lo expulsó. En 2020 fue otro de los políticos beneficiados por el régimen de Maduro, puesto que el TSJ lo designó como titular de la junta de ese partido, pero anuló la decisión tiempo después.

El candidato José Brito (EFE/ Miguel Gutiérrez)

Brito, además, fue acusado como uno de los implicados en los presuntos hechos de corrupción que buscaban limpiar la imagen de los empresarios colombianos vinculados a Maduro.

En la política venezolana y, sobre todo dentro de la oposición, es señalado como un “alacrán”, puesto que formó parte de la operación del régimen para juntar voluntades e impedir la reelección de Juan Guaidó en 2020. En ese momento, Brito votó junto a otros 17 legisladores en contra de la renovación de Guaidó como autoridad de la Asamblea Nacional, separándose del partido y siendo cómplice de la operación que ocasionó la debacle del Gobierno interino.

Dentro de la carrera presidencial de este 2024 es el candidato con mayor experiencia –aunque con pocos éxitos– en la vida política venezolana. Llegó a ser parte del Gabinete del Poder Ejecutivo entre 1984 y 1989, bajo la presidencia de Jaime Lusinchi (del partido Acción Democrática). En ese momento, se desempeñó como viceministro de Juventud.

Luego de ser funcionario del Ejecutivo, se convirtió en el primer alcalde electo de Caracas, cargo que ocupó hasta 1993. Ese mismo año se convirtió en el candidato a la Presidencia por su partido. La contienda la ganó Rafael Caldera, mientras que Fermín quedó en segundo lugar.

Al poco tiempo, fue detenido y pasó 40 días en prisión acusado de haber malversado fondos de la obra pública durante su gestión como alcalde. Sin embargo, fue sobreseído.

Claudio Fermín cuenta con varias postulaciones fallidas (EFE/Miguel Gutiérrez)

Volvió a apostar por la presidencia en 1998 de manera independiente, de la mano de la plataforma Renovación, puesto que había sido expulsado de Acción Democrática. En esta oportunidad, declinó su postulación.

Un año después logró acceder a una banca en la Asamblea Nacional Constituyente. Entrado el nuevo milenio, se lanzó nuevamente como presidente, acompañado por el movimiento Encuentro Nacional, fuerza que se presentaba como opositora a Hugo Chávez. No tuvo éxito y regresó a AD, aunque volvió a distanciarse cuando el movimiento apoyó la abstención en 2004.

En ese año intentó ganar las elecciones a la Alcaldía Metropolitana de Caracas, carrera en la que no obtuvo resultados positivos. Más de diez años después, se presentó nuevamente a las elecciones presidenciales como independiente y ahora suma su sexta postulación para los comicios de este domingo.

El ex rector electoral sorprendió a algunos miembros del antichavismo con su jugada y se postuló por el partido Centrados, siendo esta su primera contienda electoral por la Presidencia. Ingresó a la política de joven y entre los años 2000 y 2005 ocupó una banca en la Asamblea Nacional, formando parte de la oposición al gobierno de Hugo Chávez.

Una vez que su período como diputado terminó, se unió a Manuel Rosales en el partido Un Nuevo Tiempo (UNT). Rosales estaba inhabilitado para postularse como candidato a diputado en 2011, por lo que él tomó su lugar y accedió nuevamente a un escaño en el Parlamento. Ese mismo año fue candidato a la Alcaldía de Maracaibo, pero luego de las primarias de la MUD retiró su postulación para apoyar la reelección de Eveling Trejo de Rosales (esposa de Manuel Rosales).

Enrique Márquez dejó a la oposición sin representación ante la CNE (REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)

Márquez continuó en su bancada y luego de un acuerdo con el partido que ahora forma parte de la PUD fue elegido como vicepresidente de la Asamblea Nacional. En 2018 fue suspendido del partido UNT por apoyar las elecciones presidenciales convocadas para ese año.

Se desempeñó como diputado hasta 2021. Después de esto, fue elegido como rector principal del CNE, ocupando la Vicepresidencia del organismo. Su salida del ente fue lo que genera tanta controversia entre la oposición venezolana, puesto que se sumó a la lista de rectores que decidieron irse y dejaron a la oposición sin representación en el Consejo, cuando directivos de la CNE renunciaron en un intento de desestabilizar al poder electoral.

En su cierre de campaña, Márquez sostuvo que “solo la abstención podría hacer que Maduro continúe en el poder”. Al igual que Martínez, expresó su “confianza” en el para nada transparente sistema electoral del régimen, que en más de una oportunidad demostró que puede ser manipulado e influenciado por el chavismo.

Aunque se presenten como candidatos “opositores” y hayan intentado durante toda su campaña debilitar a la oposición mayoritaria, encabezada por González Urrutia y referenciada en María Corina Machado, las últimas encuestas prevén una amplia victoria por parte de la lista de la PUD.

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By Diario

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