Así es la distribución de los candidatos para las elecciones presidenciales de Venezuela (CNE)

El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, controlado por el régimen de Nicolás Maduro, publicó en mayo el tarjetón oficial para los comicios presidenciales de este domingo, que se presentan como una oportunidad histórica para ponerle fin a 25 años de dictadura.

El tarjetón muestra las posiciones que ocuparán tanto los partidos políticos como sus candidatos en las máquinas de votación.

Originalmente, 13 candidatos se habían postulado para la contienda presidencial. Sin embargo, después de algunas modificaciones y reemplazos en las nominaciones, el número se redujo a 10 contendientes, todos hombres.

En los detalles del tarjetón, se destaca la posición central de la segunda fila asignada a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que presenta a Edmundo González Urrutia como candidato de la principal coalición opositora, respaldado igualmente por Un Nuevo Tiempo (UNT) y el Movimiento por Venezuela (MPV).

Las agrupaciones que forman el Gran Polo Patriótico (GPP), en apoyo al régimen chavista, se ubicarán en la parte superior izquierda. Aquí, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) mantiene su tradicional posición en los tarjetones electorales ubicándose “arriba y a la izquierda”.

Con la publicación del tarjetón por parte del CNE, se pueden dividir a los aspirantes dentro de tres grandes categorías: el candidato de la dictadura, el opositor y los “opositores” que le hacen el juego al régimen chavista. La boleta ya no puede ser modificada y cualquier cambio que se realice en la previa a la fecha no se verá reflejado el día de la elección.

Eugenio Martínez, director de Votoscopio, señaló que la complejidad de la boleta electoral es un reflejo de las tácticas del régimen para influir en los resultados a su favor. “A medida que la elección se vuelve menos competitiva, los instrumentos de votación se vuelven más confusos”, dijo Martínez. A esto se suma la fragmentación de la oposición, que se refleja en la disposición de los nombres en la boleta.

Según Carlos Medina, director del Observatorio Electoral Venezolano, el hecho de que un candidato aparezca varias veces en la boleta no es nuevo en el país. Sin embargo, lo preocupante es que muchos de estos partidos han sido cooptados por el régimen de Maduro para presentar candidatos aprobados por el oficialismo. “El problema está en el origen de los partidos políticos que están apoyando 13 veces, en este caso a Nicolás Maduro”, agregó Medina.

Desde hace aproximadamente seis años, el gobierno venezolano ha intervenido en partidos políticos antiguos y establecidos, reemplazando sus líderes por figuras leales al régimen. Simultáneamente, Maduro ha autorizado la creación de nuevos partidos que pretenden mantener una ilusión de democracia al nominar a candidatos considerados ilegítimos por muchos expertos y votantes. Actualmente, 14 de los 38 partidos en la boleta se han formado en los últimos seis años.

La legislación venezolana establece que el partido más votado en las elecciones anteriores elige primero su lugar en la boleta. Los partidos aliados que apoyen al mismo candidato se colocan juntos. No obstante, los tres partidos que respaldan a González no aparecen juntos en la boleta actual porque, al momento de determinar su configuración, estos partidos aún no habían consolidado su apoyo a un solo candidato.

A pesar de esta irregularidad, las encuestas electorales en Venezuela muestran una amplia ventaja para González Urrutia sobre el dictador Nicolás Maduro, con una ventaja que supera el 20%, de acuerdo con varias de las más prestigiosas encuestadoras.

Edmundo González Urrutia

Edmundo González Urrutia, de 74 años, es un destacado internacionalista nacido en La Victoria, estado Aragua, y graduado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), quien además obtuvo su máster en Relaciones Internacionales en la American University de Washington, Estados Unidos, en 1981.

Con una carrera diplomática consolidada, ocupó diversos cargos en la Dirección General de Política Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano (MRE) entre 1994 y 1998, incluyendo la dirección del comité de Análisis y Planificación Estratégica.

González Urrutia ha sido seleccionado de manera unánime como el candidato presidencial de la oposición, dispuesto a enfrentar a Nicolás Maduro. Este anuncio se realizó el pasado 19 de abril, tras una reunión de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), junto a la figura opositora María Corina Machado y el gobernador del Zulia, Manuel Rosales. González Urrutia representa así una pieza clave en el esfuerzo opositor por consolidar un frente común en las próximas elecciones del 28 de julio.

Durante su destacada trayectoria, sirvió como embajador de Venezuela en Argentina entre 1998 y 2002, y previamente ocupó el mismo cargo en Argelia de 1991 a 1993. Su experiencia en asuntos internacionales y su compromiso con la diplomacia lo han convertido en una figura respetada tanto a nivel nacional como internacional.

Además de su labor diplomática, González Urrutia es reconocido por su compromiso con la academia y la investigación. Actualmente se desempeña como director suplente y coordinador del Grupo de Trabajo Seguimiento del Sistema Internacional del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, donde colabora con otros destacados abogados y políticos venezolanos.

En el ámbito editorial, González Urrutia ha dejado una huella significativa con diversas publicaciones, destacando entre ellas su libro sobre el historiador, diplomático, abogado e intelectual venezolano Caracciolo Parra Pérez, que fue digitalizado y puesto a disposición del público este mismo año.

Durante el período de 2013 a 2015, Edmundo González Urrutia se destacó como el enlace internacional de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), fortaleciendo la presencia de la coalición opositora en el escenario global. En la década de 2020, asumió la presidencia de la MUD.

Cabe destacar que González Urrutia, quien hasta hace tres meses era casi desconocido, obtiene una intención de voto de un aplastante 59,1% contra el 24,6% de Nicolás Maduro.

La diferencia entre ambos candidatos oscila entre el 20% y el 34% a favor de González, dependiendo del escenario de participación considerado.

El 14 de abril de 2013 y después de cinco horas de espera tras el cierre de las mesas de votación, Nicolás Maduro se atribuyó la victoria con el 50,66% de los votos frente al 49,07% de Henrique Capriles, una ventaja menor al 2%. Pese a las denuncias de fraude por parte de la oposición, el abanderado del chavismo se juramentó el 19 de abril para el período 2013-2019. Y así comenzó su primer gobierno. Una administración que se vio fuertemente sacudida por una galopante crisis económica, una inflación que alcanzó niveles récord, miles de venezolanos que abandonaron el país y la represión que se saldó con las vidas de manifestantes que salieron a las calles para reclamar por sus derechos, que están siendo pisoteados.

En mayo de 2018 Maduro ganó la reelección bajo unas elecciones fraudulentas donde ningún representante opositor se presentó a los comicios (muchos de ellos presos, exiliados o proscripstos), salvo un dirigente minirotario, Henri Falcón, que sirvió como argucia política del régimen para legitimar los comicios.

Estados Unidos se pronunció y calificó la reelección de Maduro como una farsa. Para ese momento, el Fondo Monetario Internacional pronosticaba que la inflación en Venezuela podía llegar al 10.000.000% en 2019.

Nicolás Maduro (REUTERS/Leonardo Fernández Viloria)

Controlando todos los poderes a su antojo, Maduro se juramentó para su segundo período presidencial, pero la mayoría de los países democráticos de la región se negaron a reconocerlo. Ya en la oposición manejaban la opción de proclamar a Juan Guaidó como presidente encargado, por ser el máximo representante de la Asamblea Nacional. En un acto multitudinario, Guaidó fue juramentado el 23 de enero de 2019 como presidente interino de Venezuela y, tras el anuncio, Estados Unidos y más de 50 países del mundo reconocieron su nombramiento.

Durante los últimos años, los venezolanos que decidieron quedarse en su país se vieron forzados a reinventarse y enfrentar una dolarización de facto con un sueldo mínimo mensual de 6 dólares y una canasta básica alimentaria de más de 400 dólares.

Siguen las protestas por ajustes salariales, continúa el colapso de los servicios públicos y, en el fondo, se sigue escuchando la salsa de Maduro.

Varios políticos venezolanos se postularon a la candidatura presidencial pese a las denuncias de hacerle el juego al chavismo

Es diputado ante la Asamblea Nacional por el partido social demócrata Acción Democrática (AD), fuerza política con serias divisiones internas y señalada por tener vínculos con la dictadura de Nicolás Maduro.

Luis Eduardo Martínez (EFE/Miguel Gutiérrez)

En 2020, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitió un fallo en el que le cedió la titularidad del partido a Bernabé Gutiérrez, aliado del régimen, quien permanece como secretario general hasta el día de hoy.

Antes de asumir como diputado nacional en 2021, Martínez fue concejal de Maturín y diputado regional en tres oportunidades. De la mano de AD, llegó a ser gobernador electo de Monagas en dos ocasiones.

Una vez que se conoció la candidatura presidencial de Martínez, fue respaldada por el titular de AD, quien llamó a trabajar con “organización y disciplina” para obtener el “triunfo electoral”.

José Brito (EFE/Miguel Gutiérrez)

Es otro de los candidatos acusados de operar a favor de Maduro. Brito ocupó varios cargos públicos. Entre ellos, fue concejal en el Municipio de Simón Rodríguez en el período de 2005-2008. Luego, se postuló como alcalde con el apoyo de la Mesa de Unidad Democrática, aunque no contó con los votos suficientes.

Años más tarde, llegó a la Asamblea Nacional de la mano de la plataforma Primera Justicia, cargo que mantuvo hasta el 2021. Sin embargo, en 2019 la fuerza política lo expulsó. En 2020 fue otro de los políticos beneficiados por el régimen de Maduro, puesto que el TSJ lo designó como titular de la junta de ese partido.

Tras anular la decisión tiempo después, el pasado 22 de abril la Justicia chavista lo nombró presidente ad hoc de la agrupación.

El pastor Javier Bertucci (EFE/Rayner Peña R.)

Esta no es la primera vez que Bertucci es candidato en las elecciones presidenciales, puesto que ya se presentó por el partido El Cambio en 2018. Ahora, volvió a postularse con la misma fuerza política.

En este momento, es diputado ante la Asamblea Nacional, cargo que ocupa desde 2021. Más allá de su función pública, Bertucci es pastor evangélico de la Iglesia Maranatha Venezuela y líder de la misma organización.

Además, cuenta con antecedentes penales, puesto que en 2010 estuvo bajo arresto domiciliario luego de ser acusado de trasladar en un buque hacia República Dominicana 5 mil toneladas métricas de diésel mediante la empresa Tecnopetrol. A su vez, estuvo involucrado en la filtración de los documentos de Panama Papers.

Pasó de ser uno de los integrantes del movimiento estudiantil, que enfrentó a Hugo Chávez en una épica contienda en 2007, a uno de los políticos beneficiados por el Tribunal Supremo de Justicia controlado por el chavismo. La Corte levantó en enero de este año la inhabilitación que le impedía competir en elecciones para cargos públicos, la misma que fue ratificada contra María Corina Machado.

El ex alcalde venezolano Daniel Ceballos (EFE/Cristian Hernández)

El dirigente se inscribió con su partido Arepa, aunque se identifica como militante de Voluntad Popular, formación que lo excluyó por ser considerado un “mandadero” del régimen.

En 2009 asumió como diputado del Consejo Legislativo del Estado de Táchira. Cinco años después, fue elegido como alcalde de San Cristóbal, pero su mandato duró unos pocos meses, puesto que en abril de ese año fue destituido por el TSJ al ser acusado de los delitos de rebelión y agavillamiento (conspiración).

Por esto, pasó cuatro años y medio en prisión. En síntesis, se le adjudicó “permitir” que se realizaran protestas antigubernamentales con barricadas que se originaron en la ciudad y luego se expandieron a otros puntos del país. Las manifestaciones fueron reprimidas en toda Venezuela y dejaron un saldo de 43 muertos y cientos de heridos. En ese momento, era considerado un dirigente opositor radical.

Tras convertirse en candidato, aseguró: “Aquí no vamos a llamar a nadie a protestar, no vamos a llamar a nadie a la calle, no le vamos a pedir ni le vamos a someter a la disyuntiva entre quedarse e irse, solo le vamos a llamar a votar, porque es lo único que hace falta para que este país cambie”.

Pese a ser una persona más cercana a la educación, el dirigente, que se presenta como “antichavista”, también tiene antecedentes en la función pública.

El presidente del partido Alianza Lápiz, Antonio Ecarri (EFE/Rayner Peña R.)

En 2002 Ecarri llegó a la alcaldía de Chacao, estado de Miranda, como subdirector de Administración Tributaria y luego se desempeñó como síndico procurador municipal. Por otro lado, su carrera electoral comenzó en 2005 cuando fue electo concejal y presidente del ayuntamiento. Antes de su llegada a la alcaldía, fue dirigente estudiantil y fundador del movimiento Academia Solidaria.

Cinco años después, su nombre tomó más trascendencia a nivel nacional al postularse en las elecciones ante la Asamblea Nacional, siendo el candidato de las organizaciones educativas, en donde perdió contra su rival oficialista.

Luego, comienza una seguidilla de candidaturas declinadas en su carrera política. En 2013 intentó llegar a la alcaldía de Caracas de la mano de Proyecto Venezuela, pero retiró su postulación para evitar la derrota. Al año siguiente, se unió al Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI), fuerza con la que llegó a aspirar nuevamente al cargo de diputado. En ese momento, lo acusaron de “bigamia política” por ser dirigente de Alianza del Lápiz y a la vez del partido verde, por lo que dio marcha atrás con sus aspiraciones a la Asamblea Nacional.

Por último, en 2021 volvió a apostar por la alcaldía de Caracas con Fuerza Vecinal, pero al poco tiempo fue cuestionada por no ceder ante Tomás Guanipa, quien era el candidato de la Plataforma Unitaria. La postulación de Ecarri significó la división de los votos de la oposición en el municipio de la capital venezolana. Finalmente, quedó en segundo lugar y desde entonces inició su carrera a la Presidencia.

Dentro de la carrera presidencial de este 2024 es el candidato con mayor experiencia –aunque con pocos éxitos– en la vida política venezolana. Llegó a ser parte del Gabinete del Poder Ejecutivo entre 1984 y 1989, bajo la presidencia de Jaime Lusinchi (del partido Acción Democrática). En ese momento, se desempeñó como viceministro de Juventud.

Claudio Fermín (EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ)

Luego de ser funcionario, se convirtió en el primer alcalde electo de Caracas, cargo que ocupó hasta 1993. Ese mismo año se transformó en el candidato a la presidencia por su partido. En las elecciones fue derrotado por Rafael Caldera, quedó en segundo lugar.

Al poco tiempo, fue detenido y pasó 40 días en prisión acusado por haber malversado fondos de la obra pública durante su gestión como alcalde. Sin embargo, fue sobreseído.

Años después, volvió a apostar por la presidencia en 1998 de manera independiente, de la mano de la plataforma Renovación. Había sido expulsado de Acción Democrática. En esta oportunidad, declinó su postulación.

Un año después logró acceder a una banca en la Asamblea Nacional Constituyente. Entrado el nuevo milenio, se lanzó nuevamente como presidente, acompañado por el movimiento Encuentro Nacional, fuerza que se presentaba como opositora a Hugo Chávez. No tuvo éxito y regresó a AD, aunque volvió a distanciarse cuando el movimiento apoyó la abstención en 2004.

En ese año intentó ganar las elecciones a la Alcaldía Metropolitana de Caracas, carrera en la que no obtuvo resultados positivos. Más de diez años después, se presentó por quinta vez a las elecciones presidenciales como independiente y ahora suma su sexta postulación para los comicios previstos para julio.

Enrique Márquez (EFE/Miguel Gutiérrez)

En una jugada que sorprendió a algunos miembros del antichavismo, el ex rector electoral presentó su postulación por el partido Centrados, siendo esta su primera contienda electoral por la Presidencia. Inició en la política de joven y entre los años 2000 y 2005 ocupó una banca en la Asamblea Nacional, formando parte de la oposición al gobierno de Hugo Chávez.

Una vez que su período como diputado terminó, se unió a Manuel Rosales en el partido Un Nuevo Tiempo (UNT). Como Rosales estaba inhabilitado para postularse como candidato a diputado en 2011, tomó su lugar y accedió nuevamente a un escaño en el Parlamento. Ese mismo año fue candidato a la Alcaldía de Maracaibo, pero luego de las primarias de la MUD retiró su postulación para apoyar la reelección de Eveling Trejo de Rosales (esposa de Manuel Rosales).

Márquez continuó en su bancada y luego de un acuerdo con el partido que ahora forma parte de la PUD fue elegido como vicepresidente de la Asamblea Nacional. En 2018 fue suspendido del partido UNT por apoyar las elecciones presidenciales convocadas para ese año.

Márquez fue diputado hasta 2021. Luego, fue elegido como rector principal del CNE, ocupando la Vicepresidencia del organismo. Cuando directivos de la CNE renunciaron en un intento de desestabilizar el poder electoral, Márquez se sumó a la lista de rectores que decidieron irse, dejando a la oposición sin representación en el Consejo.

A diferencia de los candidatos anteriores, Rausseo no tiene experiencia en la gestión pública. Es comediante y conocido por su personaje “Er Conde del Guácharo”, una caracterización de hombre del oriente venezolano que de forma ordinaria y con mucha acidez describe situaciones cotidianas. Se hizo famoso en los años 90, cuando ese tipo de humor, hoy demodé, era popular en la sociedad venezolano.

Actualmente, Rausseo dirige su empresa llamada Guacharo’s Enterprise Corporation, con la que se introdujo en el mercado de la comercialización de alimentos y también sirve para promocionar sus shows.

Pese a su perfil empresarial ya tuvo varios intentos de llegar a un cargo público. En 2006 fue candidato presidencial, pero se retiró al poco tiempo de formalizar su candidatura. Dos años después, lanzó su carrera para llegar a la gobernación de Anzoátegui, comicios en los que salió en tercer lugar.

Ahora, forma parte de la lista de candidatos que competirán en las elecciones de este domingo, dividiendo a la oposición y favoreciendo a Nicolás Maduro. De hecho, el año pasado decidió no participar de las internas y “ser fiel a su condición de independiente”, según afirmó en un comunicado publicado en esa oportunidad. En una entrevista que se emitió días antes de esta noticia, él mismo admitió que si alguien se lanzaba por fuera de las internas de la oposición era porque “era un candidato para dividir”.

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By Diario

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