LA HABANA.- En una nueva muestra del control absoluto que ejerce sobre la vida de los cubanos, el Primer Ministro Manuel Marrero anunció que el régimen de Cuba pondrá fin a las importaciones libres de aranceles de alimentos, medicinas y productos de aseo a partir de septiembre.
La medida, que inicialmente se estableció para aliviar la escasez de productos básicos y permitir a los cubanos traer alimentos y medicinas sin pagar aranceles, es criticada por Marrero, presuntamente por generar “distorsiones”.
Según el Primer Ministro, la medida ha sido aprovechada por personas que importan grandes cantidades de productos para venderlos en el mercado negro. “Hemos estado extendiéndolo cada tres meses y hemos analizado profundamente las distorsiones detrás de esta medida. Fue aprobada para beneficiar al pueblo, para que pudieran traer un poco de comida y productos de aseo sin pagar en la frontera. Pero esto ha sido aprovechado por personas que traen grandes cantidades de productos para comercializarlos en el mercado negro”, sostuvo.
Sin embargo, según reseña Diario de Cuba, este argumento no convence a muchos. Para una población que enfrenta una escasez crónica de bienes esenciales, la decisión de terminar con las importaciones gratuitas, solo agravará la difícil situación de quienes dependen en gran medida de estos productos para su subsistencia diaria.
La realidad es que la economía cubana, administrada por un régimen que prioriza el control estatal sobre el bienestar de su pueblo, ha fallado en proporcionar los recursos necesarios para una vida digna. La eliminación de las importaciones gratuitas de alimentos y medicinas es vista por analistas como una estrategia para mantener el monopolio del régimen sobre la distribución de estos bienes, eliminando la competencia del mercado negro y del sector privado que ha surgido en medio de la crisis.
El régimen cubano, en lugar de buscar soluciones reales que mejoren la vida de sus ciudadanos, parece más interesado en proteger su control y evitar que los ciudadanos encuentren alternativas fuera del sistema estatal. El temor a perder el control sobre el abastecimiento minorista se refleja en esta decisión, que seguramente impactará negativamente a la población.
Mientras tanto, los miembros del régimen cubano y sus allegados continúan disfrutando de un acceso constante y privilegiado a alimentos, medicinas y otros bienes de primera necesidad. Esta desconexión entre la élite gobernante y la realidad de los ciudadanos de a pie es cada vez más evidente y preocupante.
FUENTE: Con información de Diario de Cuba
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