Como cada 28 de julio, hoy se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis. Un dato dice más que muchas palabras. En la década de los 80 del siglo pasado, en el servicio de Digestivo del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se diagnosticaban cada semana varios casos de hepatitis agudas víricas. Mientras tanto, durante todo el año 2023 se diagnosticaron únicamente 11 casos. “Los cambios han sido radicales”, subraya Manuel Rodríguez García, jefe de la seccion de Hepatología en el servicio de Digestivo del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y profesor titular de Medicina de la Universidad de Oviedo. El doctor Rodríguez analiza lo sucedido en la última década con el tratamiento de la hepatitis C, que constituye uno de los mayores avances de la historia de la medicina y afecta a una enfermedad que durante tiempo inmemorial fue generadora de grandes dosis de sufrimiento, incapacidad y mortalidad.
El hito histórico. “El tratamiento de la hepatitis crónica C experimentó una auténtica revolución en 2014 con la introducción de los antivirales de acción directa (AAD). Los fármacos actuales consiguen curar la infección prácticamente en todos los casos con tratamientos tan cortos como ocho o doce semanas y con una excelente tolerancia. Dado que es imposible mejorar estos resultados, no se prevén novedades terapéuticas en este campo”.
Balance de una década. “Los antivirales de acción directa para la hepatitis C han supuesto uno de los avances más importantes, no solo en campo de la hepatología, sino de la medicina en general. La hepatitis C es hoy la única enfermedad vírica crónica que se puede curar. El pronóstico de los pacientes con hepatitis crónica C ha cambiado radicalmente, reduciéndose drásticamente las complicaciones de la enfermedad, evitando la necesidad de trasplante hepático y consecuentemente aumentando la supervivencia y mejorando la calidad de vida. Además, cada paciente curado supone un paciente menos con infección activa y por tanto una reducción en las posibilidades de transmisión del virus”.
Hace 40 años, en el HUCA se diagnosticaban varios casos de hepatitis víricas cada semana; en 2023, hubo once en todo el año
Impacto en Asturias. “Desconozco la cifra exacta de pacientes tratados en Asturias. En España, desde la puesta en marcha del Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C en el Sistema Nacional de Salud (PEAHC) por el Ministerio de Sanidad en 2015, se han tratado cerca de 170.000 pacientes con hepatitis crónica C, lo que invita a suponer que en Asturias entre 4.000 y 5.000 pacientes han recibido tratamiento. En el HUCA, el número de pacientes tratados desde 2014 está en torno a los 1.500. Dado que en hepatitis C tratar es sinónimo de curar, prácticamente el mismo número de pacientes tratados ha sido curado. Además, en los diez años transcurridos, los costes del tratamiento se han reducido considerablemente y todos los estudios realizados sobre el coste-beneficio del tratamiento han sido favorables al mismo”.
Panorama actual de las hepatitis víricas. “El mejor indicador lo constituye el número de casos de infecciones agudas diagnosticadas. Se puede decir que estamos probablemente en el nivel más bajo de la historia. No obstante, debe destacarse que ésta es una situación dinámica que se modifica en función de los cambios en los hábitos relacionados con los riesgos de transmisión de estos virus. Por ejemplo, en Europa, y también en Asturias, en 2016 y 2017 se produjo un brote epidémico de hepatitis A que afectó fundamentalmente al colectivo de hombres que tienen sexo con hombres. Otro ejemplo lo constituye el repunte en casos de hepatitis aguda C que se está observando en Estados Unidos como consecuencia del aumento en el consumo de drogas por vía intravenosa”.
Motivos del vuelco de la situación. “Cuatro hechos han sido primordiales en la reducción de los casos de infecciones agudas por virus de la hepatitis. 1) Las mejoras socio-económicas e higiénico-sanitarias de nuestro país a finales del siglo pasado hicieron que descendiese notablemente la transmisión del virus de la hepatitis A, que hasta entonces se transmitía fundamentalmente por el consumo de alimentos contaminados con aguas residuales portadoras del virus. 2) La reducción en el consumo de drogas por vía intravenosa a partir de la década de los 90, que hasta entonces constituyó un mecanismo muy importante en la transmisión de los virus B y C. 3) El descubrimiento del virus de la hepatitis C en 1989, que permitió desarrollar métodos sencillos de detección del virus en personas infectadas, lo que llevó a la desaparición de las hepatitis C transmitidas a través de la transfusión de sangre y derivados, que hasta entonces constituía un grave problema sanitario. Cabe recordar que los descubridores del virus C recibieron por ello el Premio Nobel de Medicina en 2020. Y 4) La implantación en España a principios de los 90 del siglo pasado de la vacunación universal en los recién nacidos y en los adolescentes frente al virus B.
Situación en Asturias. “Nuestro medio no presenta ninguna singularidad con respecto al resto de España o de los países de nuestro entorno. En lo que respecta a las hepatitis agudas, la causa más frecuente en el año 2023 en nuestra Unidad del HUCA fue la hepatitis B, que se observó fundamentalmente en hombres que tienen sexo con hombres y que no habían sido vacunados frente al virus. Las causas más frecuentes de hepatitis crónica son la B y la C, mientras que la hepatitis D es muy infrecuente, aunque es la forma más agresiva de la enfermedad. Los diagnósticos de nuevos casos de hepatitis crónica C se han reducido en los últimos años, mientras que de hepatitis crónica B se han incrementado como consecuencia de los fenómenos migratorios”.
“Se calcula que en España quedan unas 20.000 personas con hepatitis C que desconocen que tienen la infección”
Evolución de los tratamientos. “Ya me he referido al gran vuelco en la hepatitis C con los antivirales de acción directa. En general, los tratamientos de la hepatitis crónica vírica han evolucionado desde los tratamientos basados en interferón, que tenían una eficacia muy limitada y unos efectos adversos importantes, hasta fármacos antivirales específicos con alta eficacia y excelente tolerancia. Con respecto a la hepatitis crónica B, actualmente se dispone de fármacos antivirales directos que, si bien no son capaces de curar la infección, sí consiguen inactivar el virus impidiendo que siga produciendo daño hepático. Su mayor limitación es que precisan ser administrados durante períodos muy prolongados o de forma indefinida en el tiempo. Actualmente están en distintas fases de investigación nuevos fármacos con capacidad de conseguir la curación con tratamientos relativamente cortos.
Novedad más reciente. “En este año 2024, en España se ha autorizado el primer tratamiento con un antiviral específico, aunque indirecto, para la hepatitis crónica D, que hasta entonces era una enfermedad huérfana de tratamiento. Ya he recordado que ésta es la forma más agresiva de la enfermedad y se espera que en el futuro próximo las opciones terapéuticas se amplíen”.
La importancia del diagnóstico temprano. “Es importante resaltar que los tratamientos antivirales controlan o curan la infección vírica evitando o deteniendo la progresión de la enfermedad. Sin embargo, si la curación de la infección se produce cuando la enfermedad hepática ha alcanzado ya estadios avanzados no se anula la posibilidad de desarrollar complicaciones de la misma. Por ello, es fundamental realizar un diagnóstico y tratamiento precoces, con lo que se conseguirá la curación tanto de la infección vírica como de la enfermedad hepática”.
Asignaturas pendientes. “En España se ha realizado un enorme esfuerzo en el diagnóstico y tratamiento de la hepatitis C, lo que hace que sea uno de los países del mundo que más cerca está de alcanzar el objetivo fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de conseguir su eliminación en 2030. Sin embargo, para alcanzar este objetivo aún hay, efectivamente, asignaturas pendientes. Se calcula que en España quedan aproximadamente 20.000 personas con hepatitis C que desconocen que tienen la infección. Por ello, la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España, que agrupa a las sociedades científicas y asociaciones de pacientes, recomienda ofrecer la prueba de diagnostico de la hepatitis, mediante un test sencillo de sangre, a toda la población nacida entre 1945 y 1975 que no lo tenga realizado previamente”.
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