- Author, Margarita Rodríguez
- Role, BBC News Mundo
“Hoy la piscina duele. Bueno, yo estoy adolorida. Mis brazos y piernas se sienten como si estuvieran llenas de cemento”.
Katie Ledecky había intensificado sus sesiones de entrenamiento con el objetivo de ir a París 2024.
Y lo consiguió. En junio, se clasificó a sus cuartas olimpiadas.
Allí, intentará unirse a Michael Phelps, el atleta olímpico más condecorado de todos los tiempos, cuando busque una cuarta medalla de oro consecutiva en un mismo evento de natación.
Los 800m estilo libre son su prueba favorita y la más exitosa, como lo demostró en Londres, Río y Tokio.
Pero su dominio no se limita al ámbito olímpico.
En julio de 2023, se convirtió en la nadadora con más títulos individuales en campeonatos mundiales de la historia: 16, uno más que Phelps.
En ese mundial, celebrado en Fukuoka (Japón), Ledecky había conquistado su sexto título mundial en los 800m. Eso la hizo la primera nadadora (entre hombres y mujeres) que lograba seis oros mundiales consecutivos en el mismo evento.
En 2021, un Phelps ya retirado asistió -como espectador- a las competencias de clasificación de Estados Unidos para los Olímpicos de Tokio.
Se mostró emocionado al ver a Ledecky imponerse en los 400m estilo libre.
“La mejor nadadora de nuestro tiempo”. Así la llamó.
Los números se imponen
Siempre estoy en la piscina. Horas al día, casi cada día, desde que era una niña pequeña”.
Así comienza la introducción de la autobiografía de Ledecky, Just Add Water: My Swimming Life, de la editorial Simon & Schuster, y de la cual sacamos la primera línea de este artículo.
Aunque empezó a nadar siendo muy pequeña, su carrera competitiva se inició cuando tenía seis años.
Su madre, Mary, quien nadaba para la Universidad de New Mexico, fue una inspiración. Su hermano, Michael, su compañero en el agua.
Tras una carrera imparable, hay un consenso: Ledecky es una de las mejores nadadoras que jamás haya competido. Hay quienes incluso la consideran la mejor de la historia.
“Es muy difícil comparar atletas de distintas épocas bajo condiciones que eran muy diferentes entre sí”, le dice a BBC Mundo el periodista Philip Hersh, quien escribió, por 28 años, sobre deportes olímpicos en el Chicago Tribune y ha cubierto 20 olimpiadas, ocho de ellas de verano.
Y es que las nuevas generaciones de nadadoras se han beneficiado de oportunidades y cambios sociales que les han permitido tener carreras más largas que las generaciones anteriores.
“Sin embargo, cuando empiece a leerte algunas de sus estadísticas, verás que si ella no es la más grande de todos los tiempos, ciertamente es la más condecorada”.
Entre las medallas que ha ganado a lo largo de su carrera, hay diez olímpicas (siete de ellas son oros) y 26 preseas en campeonatos mundiales (21 de las cuales son doradas).
Me habla de que en los 400m estableció tres veces el récord mundial y en los 800m batió el récord mundial cinco veces.
Posee los récords mundiales femeninos de los 800m y los 1.500m estilo libre.
Y las estadísticas siguen y siguen.
“Los números de Katie son tan abrumadores que no hay duda de que, al menos estadísticamente, es la mejor nadadora de todos los tiempos”.
Una adolescente en Londres
En los Juegos de Pekín 2008, Rebecca Adlington se convirtió en la primera nadadora británica en conquistar el oro olímpico en 48 años.
Se coronó tanto en los 400m como en los 800m estilo libre.
En Londres 2012, compitió en los 800m contra Ledecky, quien tenía 15 años.
Eran las primeras olimpiadas de la estadounidense y esa fue la única prueba en el que participó. Y la ganó.
Adlington, quien era la favorita, llegó de tercera.
En 2013, Ledecky rompió el récord en los 800m que la británica había mantenido durante cinco años.
Lo hizo con 16 años, en el Campeonato Mundial de Barcelona, cuando paró el cronómetro en 8:13.86.
Alguien que tiene un grato recuerdo de ese mundial es Maya DiRado.
Allí, se alzó con su primera medalla en un mundial, la de plata en los 400m estilos individuales.
Como parte del equipo de Estados Unidos, compartió con Ledecky, que llegaba a su primer campeonato mundial.
DiRado evoca no solo su personalidad amigable. “Comíamos mantequilla de maní, dulces y pasta juntas”, le dice a BBC Mundo. “La veías fresca como una lechuga”.
“Y, después, salía y ganaba un récord de medallas de oro en todos sus eventos”.
La adolescente Ledecky se coronó en los estilos libres de los 400m, 800m (con récord), 1.500m (con récord) y en el relevo de 4x200m.
Una estrella en Río
Después vendría la preparación hacia su segunda olimpiada: Río 2016.
DiRado cuenta que en el campamento olímpico, la mayoría de las veces los entrenamientos se hacen por separado: el equipo masculino por un lado y el equipo femenino por el otro.
Pero en el de 2016, vio algo que no olvida.
“Katie hacía sus series de larga distancia con los chicos. Y no estamos hablando solo de que fueran buenos nadadores universitarios, sino de que eran los mejores nadadores de larga distancia del país”.
“Podías ver a Katie que se les acercaba y, a veces, incluso los vencía. Eso fue realmente asombroso de ver y no creo que haya sucedido nunca antes”.
En Río, DiRado ganó tres medallas individuales (un oro, una plata y un bronce) y un oro junto a Ledecky, en el relevo de estilo libre 4x200m.
“Ese fue el mejor momento de mi carrera en natación: estar en un relevo del equipo de Estados Unidos fue un sueño absoluto”, cuenta con un sonrisa.
“Estaba muy nerviosa. En realidad, estaba mucho más nerviosa que en cualquiera de mis eventos individuales porque sientes que hay mucho más en juego”.
“En tus pruebas individuales quieres desempeñarte bien por ti y por el equipo, pero también quieres hacer el relevo y eso representa una presión adicional”.
“Fue un gran alivio saber que estaba nadando con Katie y que ella haría el último tramo. Tener toda la confianza del mundo en nuestra nadadora del tramo ancla, me quitó mucha presión. Y Katie lo hizo, conseguimos el oro”.
“Realmente fenomenal”
Pero hay otro momento inolvidable para DiRado y también se dio en Río.
“La noche en que gané mi medalla de oro en los 200m espalda, Katie también tuvo su final de 800m estilo libre. Esa carrera fue probablemente la más impresionante que he presenciado como nadadora”.
“Fue como si Katie simplemente hubiese invocado algo sobrenatural. Fue realmente fenomenal, esa noche fue muy especial para mí porque pude darme la vuelta y verla”.
En total, Ledecky conquistó cinco medallas en Rio, tres de ellas fueron oros individuales y, en Tokio 2020, se alzó con cuatro preseas, de ellas dos fueron coronas individuales.
Llega a París con 27 años.
DiRado me pide imaginar la intensidad del trabajo diario que exige ir a unos Juegos y, a eso, sumarle la presión que eso implica.
“Ella lo ha hecho cuatro veces”.
“Es tan consistente y tan buena que simplemente es lo que esperamos de ella, pero cuando nos detenemos a pensarlo, es realmente sorprendente”.
De hecho, en su autobiografía Ledecky lo refleja. “He nadado, probablemente, más 800m y 1.500m estilos libres que nadie”.
“Ha redefinido lo que es posible”
Uno pudiese pensar que hay una combinación de factores que hacen a Ledecky una nadadora extraordinaria.
“Puedes empezar con la parte física, su naturaleza: es alta, fuerte”, dice DiRado, quien explica que muy pocas nadadoras pueden hacer el galope que ella consigue con su brazada.
Se trata de una brazada muy potente que se mezcla con su increíble velocidad.
Sin embargo, todo, en su opinión, se reduce a algo “o, al menos, a lo que creo es lo más impresionante de ella: su mentalidad, ella es simplemente implacable”.
Hersh recuerda que cuando hizo un reportaje para ESPN sobre Ledecky, publicado poco antes de Río 2016, le preguntó a su entonces entrenador Bruce Gemmell qué era lo que la hacía una gran nadadora.
“No es lo físico”, le respondió. “Está entre las orejas. Es el deseo absoluto y ardiente de mejorar y es no tenerle miedo al fracaso”.
Para DiRado, Ledecky es sinónimo de excelencia y de “compromiso con el trabajo duro”. Por ejemplo, resalta su esfuerzo por hacer series “realmente agotadoras”.
“Su entrenamiento es el más duro y lo viene haciendo, al nivel más alto, desde hace más de una década”.
Para Adlington, “el mundo de la natación no es ajeno a las leyendas con superestrellas globales como Michael Phelps, pero Katie Ledecky es algo verdaderamente especial”.
“Los logros de Katie son fenomenales. Su técnica, su resistencia y determinación son simplemente increíbles. Katie ha llevado el estilo libre de larga distancia a otro nivel”, le indica a BBC Mundo.
“Estoy muy emocionada de ver lo que hará en París. Ha redefinido lo que es posible en el deporte y les ha dado a todos un nuevo punto de referencia por el que luchar”, señala la nadadora que, tras una laureada carrera, anunció su retiro en 2013.
Adaptación
Hersh también destaca la capacidad de Ledecky -quien se licenció en Psicología- “para adaptarse a cualquier entorno”.
Por ejemplo, a cada olimpiada ha ido con un entrenador diferente.
“Pocos atletas podrían ajustarse a cambios de ese tipo tan fácilmente y continuar teniendo el gran éxito que ella ha conseguido”.
Pero hay algo particularmente inspirador en la nadadora, dice. “No se ha dejado llevar por su éxito”.
Por su trabajo periodístico, ha conversado con ella en varias oportunidades, la primera en 2015.
En otro encuentro, compartió con ella y con su familia por tres días, luego la entrevistó en las clasificatorias de Estados Unidos para los Olímpicos de 2016.
Pese a contar con razones para tener un ego abultado, no es nada presumida, señala.
“Es increíblemente amable con los niños que se acercan para pedirle un autógrafo o para saludarla”.
“Ella es una superestrella que ciertamente no actúa como tal”.
“La mejor versión de mí”
Pese a los años transcurridos y los triunfos conquistados, Ledecky confiesa que nadar no ha dejado de ser duro.
“Convertirse en un atleta exitoso no se consigue sin la ayuda de muchas personas”, escribió.
“Las medallas olímpicas, los récords mundiales, esos son logros increíbles. Pero estoy más satisfecha por lo que la natación ha hecho por mí. Por cómo esa actividad ha moldeado la mejor versión de mí”.
Años atrás, dijo: “Trato de no prestarle atención a toda la atención”.
Lo cierto es que pase lo que pase en París, Ledecky seguirá siendo un imán tanto para los eruditos y aficionados de la natación como para los que no lo son.
“Su capacidad para mantenerse con los pies en la Tierra es bastante notable”, destaca Hersh.
Pese a ello, ya es un hecho que Katie Ledecky está en lo más alto del olimpo de las leyendas deportivas.
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