No lo sabía ni él. El WiZink se estaba guardando su mejor ovación para él. Rudy Fernández ha jugado su último partido en activo en su casa, la que ha disfrutado con el Real Madrid desde 2012. Vestía otra camiseta, también la suya, la de España. Con esa debutó todavía antes, en 2004 y es la última que va a vestir en sus sextos Juegos Olímpicos consecutivos. ¡Qué barbaridad!

Fue el más aplaudido, como siempre, al anunciarse los equipos. Un porcentaje muy alto del pabellón había venido a verle a él. Igual que ante Argentina en Guadalajara el pasado viernes había preferido reservarse, hoy no. Hoy jugaba en su casa. Vaya sensaciones tiene que haber pasado

De aquí a a los Juegos. Lo de menos era el amistoso contra Puerto Rico, aunque le ha sobrado para dejar sus cositas, como siempre. Algún robo, mucha clase, inteligencia con el balón y un triplazo al final del primer cuarto que sirvió para hacerle la fiesta todavía más.

Es complicado porque en 2004 era muy joven, con muy poca experiencia. Vivía mi primer año con la selección absoluta, con jugadores de la talla de Pau [Gasol] o Juan Carlos [Navarro], Roberto Dueñas, Carlos Jiménez, Felipe [Reyes] y ahora soy uno de los veteranos que intenta inculcar lo que me inculcaron a mí en 2004. Sobre todo el respeto a esa camiseta, el sacrificarse por ella. He intentado siempre ir pasando esos ciclos, esas décadas dando todo por la camiseta“, dijo Rudy hace muy poco en una entrevista a Marca.

Durante el partido de hoy, ni “silla de abuelo” en el banquillo, ni nada. Más minutos de los habituales. Era una tarde para disfrutar. Sustituido a 45 segundos del final del partido, todo el pabellón rompió a aplaudir para homenajear a uno de los más grandes de la historia del baloncesto español. Incluso los jugadores acompañaron desde el banquillo haciendo la ola y gritando el nombre del capitán de la Selección.

Una vez sonó la bocina, desde megafonía se pidió al jugador que pasara al centro del campo, donde saludó y apreció con emoción un vídeo proyectado recordando sus grandes gestas con la camiseta de la Selección. Tras su conclusión, saltó su familia y le entregó una camiseta de la Selección con un texto conmemorativo a la espalda: “R. Fernández 20 años”. También posó con su primera ficha y una imagen de su primer partido. Le acompañaron su mujer, sus hijos, su madre y su abuela. Algo que también le sorprendió: no contaba con ellos.

“Para mí ha sido un orgullo representar esta camiseta tantas veces. Me quedo con todos los compañeros que me han ayudado tanto, y con vuestro apoyo. Estoy muy agradecido de verdad. Ahora me va a tocar verlos a ellos y animarles, como un aficionado. Pero antes… tenemos un reto: los Juegos. Y hay que disfrutarlos. ¡A por ellos y viva España!”, dijo emocionado Rudy.

Ahora, le queda una última aventura: los Juegos Olímpicos. La última medalla, el gran deseo para el último baile de una carrera inolvidable.

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By Diario

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