La campaña de Donald Trump contra Joe Biden viajaba cómoda, centrada en la edad y la capacidad del presidente, un hombre blanco y de 81 años, para dirigir a los Estados Unidos, una duda que también tenía la mayoría de los estadounidenses. Pero el domingo todo cambió y los estrategas republicanos ahora están en plena turbulencia: deben readaptarse para competir contra una mujer mucho más joven que el propio Trump, hija de un padre negro y una madre india, que inyectó una fuerte dosis de energía a una campaña demócrata que estaba paralizada.
En las primeras horas la campaña republicana arrancó desorientada, con ataques a Biden, diciendo que estaba senil y que debía renunciar incluso a la presidencia. Las redes se llenaron de rumores sobre que estaba internado, al borde de la muerte o directamente muerto, y que su renuncia había sido fraguada por los demócratas tras un golpe.
Biden apareció tras el Covid y ya retomó su agenda habitual. Los estadounidenses pueden no estar de acuerdo con la gestión de Biden y también quererlo fuera de la Casa Blanca, pero todos coinciden en que es una buena persona y afable. Esos ataques a una figura que está fuera de carrera no les servirán a los republicanos.
Con Biden fuera de carrera, “es probable que ahora sea Trump, de 78 años, el que reciba las críticas sobre su edad y su capacidad mental cuando se enfrenta a una oponente más joven”, señala a Clarín Erin Cassese, profesora de política estadounidense y psicología política de la Universidad de Delaware. Y agrega: “Ahora tendrán que cambiar para centrarse en aspectos del historial de Kamala Harris”.
El desafío es acomodarse pronto para enfrentar a esta nueva rival que ya le ha mostrado sus armas. En su primer discurso como candidata, Harris planteó lo que será el centro de su mensaje: “La fiscal contra el delincuente”. “Fui fiscal en California. Me enfrenté a depredadores que abusaron de mujeres. Estafadores que engañaron a consumidores. Tramposos que rompieron la reglas para su beneficio. Así que créanme cuando digo que conozco el tipo de Donald Trump”, azuzó.
Y un punto de embate adicional: “¿Quieren vivir en un país con libertad, compasión y estado de derecho en uno en caos, miedo y odio?”, pregunta a los estadounidenses.
La primera reacción de Trump fue llamarla “loca” y “mentirosa”. Y los extremistas del partido inundaron las redes sociales de videos con discursos manipulados y con algunos traspiés de Harris. Pero ya no podrán acusar falta de energía. El tono de la vice alto y fuerte, su clásica carcajada, sus tiktoks que circulan con ella bailando en una escuela con adolescentes marcan un fuerte contraste con el perfil de Biden y ya no tienen ese flanco de ataque.
“Los republicanos preferían a Biden. Ella es joven, vibrante y elocuente. Cuando se hagan las comparaciones, Trump parecerá a algunos votantes un candidato viejo, enojado y volátil”, dijo a Clarín Paul Herrnson, profesor de Ciencias Políticas, experto en campañas de la Universidad de Connecticut,
“También está el hecho de que ella fue fiscal y él ha sido condenado por delitos graves. También hará un mejor trabajo que Biden movilizando a mujeres, afroamericanos, jóvenes y otros votantes demócratas” que quizás antes no estaban convencidos de ir a las urnas, agregó.
Y apuntó: “Los republicanos tendrán que adaptarse. Mi corazonada es que redoblarán su apuesta por la política negativa y atacarán a Harris de maneras que motiven a su base masculina, mayoritariamente conservadora, enojada y mayoritariamente blanca” ¿Pero eso será suficiente para ganar las elecciones?, es la gran pregunta.
Inmigración, talón de Aquiles
Bernard Tamas, profesor de Ciencias Políticas de Valdosta State University, dijo a Clarín que “es probable que busquen algún tipo de argumento que socave el apoyo a Harris, pero no parecen haberse decidido por nada todavía y existen riesgos reales de que algunas de sus líneas de ataque puedan provocar una reacción violenta si invocan ideas racistas o misóginas”.
“Los republicanos parecen estar probando una línea de argumento que implica que Harris no está realmente calificada y que obtuvo su puesto debido a su raza y género. Estos ataques se basan en gran medida en estereotipos y realmente no deberían ser parte de la discusión. En cambio, creo la estrategia debería centrarse realmente en lo que los candidatos planean lograr en el futuro”, agregó Tamas.
Igualmente, los republicanos ya han dado indicios de que se enfocarán en un tema clave como la migración, que es un punto débil de Harris. Biden le había encargado la difícil tarea de disminuir el flujo en la frontera mejorando la situación de los países centroamericanos que los expulsan. De hecho, no lo logró. Estos días Trump la acusó de ser parte de la “demolición deliberada de las fronteras estadounidenses” y dijo que Harris como presidenta empeoraría “exponencialmente” la invasión” en la frontera.
“En las encuestas de boca de urna del 2022, el 73% de los republicanos dijo que la inmigración era una cuestión clave que determinaba la elección de su voto. Esta es siempre una prioridad destacada para la base del partido”, señala Cassese.
Otro tema que deberá reenfocar la campaña republicana es el de los derechos reproductivos. Si bien Biden –católico practicante– estaba a favor del derecho al aborto, no era un ferviente paladín de la interrupción del embarazo. Por su parte, Trump y los oradores de la Convención Republicana apenas habían mencionado el tema. “Sin dudas, esta fue una elección estratégica porque la mayoría de los estadounidenses no apoyan mayores restricciones al acceso al aborto. El presidente Biden se mostró ambivalente y sus mensajes sobre el tema no fueron especialmente contundentes. Eso cambiará con la candidatura de Harris: ella es una defensora mucho más vocal del derecho al aborto”. Y Trump y su campaña, que tienen dificultades para llegar al electorado femenino, deberán adaptarse a esta nueva realidad.
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