El impacto de Caitlin Clark y Angel Reese en la WNBA es un reflejo de la revolución que marcaron Larry Bird y Magic Johnson de la NCAA a la NBA hace 45 años.


Caitlin Clark y Angel Reese. Larry Bird y Magic Johnson. En un mundo paralelo, sus historias en el tabloncillo podrían confundirse. Dos atletas que llegan al profesionalismo tras ser rivales a nivel colegial para marcar un antes y después en las canchas de baloncesto.

En el mundo real, Clark y Reese no llegaron a la WNBA para ‘salvarla’, como se les adjudica a Bird y Magic cuando trajeron su rivalidad de la NCAA a la NBA, pero apenas unos meses después de comenzar sus travesías a nivel profesional, el impacto mediático de las novatas en la liga, el deporte y el movimiento femenil en general evocan el inicio de la rivalidad entre las leyendas de Los Angeles Lakers y Boston Celtics.

Al encontrarnos en el punto medio de la temporada 2024 de la WNBA, de cara a la pausa de un mes en el calendario (18 de julio al 15 de agosto) para atender los compromisos olímpicos de Paris 2024, Clark y Reese se aprestan a ser compañeras de equipo en el Juego de Estrellas de la WNBA (sábado, 6:30 p.m. CDMX, Disney+ en Mexico; 8:30 p.m. ET, ABC/ESPN3 en EE.UU.) que funciona como preparación de la selección de Estados Unidos en búsqueda de su octavo oro olímpico consecutivo.

Clark y Reese son las únicas All-Stars que debutan dentro del grupo de estrellas de la liga, la primera vez que un par de novatas son nombradas All-Stars desde 2014, cuando fueron seleccionados Chiney Ogwumike y Shoni Schimmel.

Ambas mayormente han cumplido en cancha tras ser seleccionadas No. 1 y No. 7, respectivamente, en el draft de 2024, con los altibajos habituales que caracterizan una temporada de novato en cualquier deporte.

Mientras Clark viene de menos a más tras un rudo inicio a su carrera para romper el récord de asistencias en un juego y anotar o asistir en 915 puntos esta temporada (la mayor cantidad de cualquier jugadora), Reese encabeza la liga en rebotes por juego y estableció una marca de doble-dobles consecutivos. Según ESPN BET, Clark es la favorita actualmente para ganar el premio de la Novata del Año.

Pero al igual que Bird y Magic en la NBA, el impacto de Clark y Reese en la WNBA no se debe analizar basado solamente en estadísticas o inclusive victorias y derrotas. A diferencia de Bird y Magic, quienes fueron seleccionados en el draft por las dos franquicias más importantes de la NBA, Clark y Reese encaran un reto mayor al frente del Indiana Fever y Chicago Sky, respectivamente, dentro de la cancha.

Sin embargo, es fuera del tabloncillo, en las gradas, en los ratings, en el ingreso económico, en las primeras planas, donde podemos apreciar el efecto Clark y Reese en comparación con Bird y Magic.

Y todo comenzó a nivel colegial.


CUANDO EL EQUIPO DE LSU de Reese derrotó al Iowa de Clark 102-85 el 2 de abril del año pasado para ganar el campeonato del Torneo Femenino de la NCAA 2023, el impulso se veía venir. La ola de entusiasmo que generó dicho juego arropó al baloncesto femenino y lo impulsó a lo que sería una temporada histórica un año después, robándole las primeras planas al lado masculino.

El momento viral de Reese gesticulando con su mano al estilo John Cena y apuntando a su dedo de anillo mientras miraba a Clark, quedó plasmado en evidencia de su rivalidad en ciernes. La controversia que generó, incluyendo el aspecto racial y el polémico rechazo de Reese a la sugerencia de Jill Biden de invitar ambos equipos a Casa Blanca, certificó el panorama desafiante que ambas jugadoras pintaban; el deporte no sería igual.

La importancia de dicho partido se puede comparar con el primer enfrentamiento de muchos que tuvieron Bird y Magic el 26 de marzo de 1979. Dicho juego en la final del torneo masculino de la NCAA es considerado por muchos como el juego colegial más importante de todos los tiempos.

“Creo que lo más intrigante fue que uno de esos jugadores era negro y el otro era blanco. Así que capturó la imaginación de todos”, dijo Magic a ESPN en 2009. “Ese fue el juego. Estados Unidos pudo ver a los dos nuevos muchachos que estaban en el horizonte, dos muchachos que realmente, creo, fueron los embajadores de la NCAA que realmente representaron el baloncesto universitario al más alto nivel. La locura la ponemos en marzo. Y creo que es por eso que la gente siempre lo recordará”.

Se puede decir lo mismo de Clark-Reese 1.

Aquella final entre Clark y Reese atrajo a casi 10 millones de espectadores para ser uno de los partidos de baloncesto femenino más visto en la historia de la televisión (superado por el partido de campeonato de la NCAA de 1983 entre USC y Louisiana Tech, con una audiencia de11.84 millones).

Pero mientras Bird y Magic llevaron su rivalidad al profesionalismo la próxima vez que se vieron, Clark y Reese tuvieron un segundo asalto en el Torneo de la NCAA que probó ser hasta más exitoso que el primero, confirmando que el movimiento era real.

El enfrentamiento en el Elite Eight del Torneo este año entre Iowa y LSU, un triunfo esta vez de Clark 94-87 rumbo a alcanzar la final por segunda temporada en fila, tuvo un promedio de 12.3 millones de espectadores en ESPN, según Nielsen, que rompió récords de audiencia y apuestas. La rivalidad entre Clark y Reese quedó confirmada en ese momento, capturando inclusive la atención del máximo anotador en la historia de la NBA.

“Creo que la popularidad viene de los íconos femeninos que tienen en el juego femenino”, dijo LeBron James en referencia a Reese, Clark y otras jugadoras que elevaron el Torneo Femenino a estatus de ‘must-see’ (imperdible).

Ya en la WNBA, Clark y Reese han tenido tres enfrentamientos memorables (decididos por un total de 10 puntos) que hablan tanto de la rivalidad individual, como el gran momento que vive la liga gracias a sus dos novatas All-Star y el resto de las mujeres que sobresalen en la mejor liga de baloncesto femenil del mundo.

Los enfrentamientos hasta ahora han sido intensos. En el primer juego, Chennedy Carter, compañera de equipo de Reese, empujó a Clark en una jugada debatida que luego fue actualizada a una falta flagrante. En el segundo choque, fue Reese quien cometió la falta flagrante sobre Clark, aunque ambas después catalogaron la jugada, en esencia, como ‘una jugada de baloncesto’.

“Es simplemente parte del baloncesto. Es lo que es. Tratar de hacer una jugada con el balón, conseguir el bloqueo. Eso pasa”, dijo Clark tras la victoria del Fever 91-83 el pasado 16 de junio.

Todo sobre la liga y el baloncesto femenino está en ascenso total y el sábado en Phoenix, cuando Clark y Reese sean compañeras de equipo, es otra oportunidad, la más reciente, para que la liga y sus jugadoras se presenten en una vitrina deportiva ante los ojos del mundo.

En esencia, es un trabajo en equipo, aunque Clark y Reese atraigan la mayor atención. No están solas en la misión de romper barreras. Al igual que Bird y Magic en su momento, tendrán más ayuda rumbo al futuro.


BIRD y MAGIC SE ENFRENTARON tres veces en las Finales de la NBA en un lapso de cuatro temporadas durante sus primeros ocho años en la liga, trayendo a la NBA de vuelta al centro de atención y estableciendo las pautas para el negocio billonario que es hoy en día.

Ambos jugadores son universalmente reconocidos como dos de los mejores de todos los tiempos, tanto por sus logros con el balón en mano, como por su impacto e importancia en la historia del deporte, incluyendo allanar el camino para futuros astros que los ayudarían a elevar la liga a niveles nunca antes vistos, en especial Michael Jordan.

“Disfruté cada vez que jugué contra Magic, ya fuera en la temporada regular, en la universidad o en los playoffs, pero sabes que si eres un competidor quieres jugar contra los mejores y siempre pensé que él era el mejor. Luego llegó (Michael) Jordan y fue un poco diferente”, dijo Bird en una entrevista con NBA.com sobre jugar contra Magic.

Obviamente, Clark y Reese no están ahí. Todavía. El factor tiempo juega a su favor mientras lideran a sus respectivos equipos en la competencia, aprendiendo a perder como parte de las lecciones. Junto a ellas, la clase estelar de novatas complementa el poder de estrella de A’ja Wilson, Breanna Stewart, Diana Taurasi, Arike Ogunbowale, Sabrina Ionescu, Alyssa Thomas, Jonquel Jones, Napheesa Collier, Kelsey Plum y muchas más para hacer de la temporada 2024 de la WNBA la más emocionante en la historia.

Y lo mejor podría estar por venir. Cameron Brink, seleccionada No. 2 detrás de Clark en el draft, lo hacía bien hasta que un desgarro en el ligamento anterior cruzado le puso fin a su temporada de novata con Los Angeles Sparks; ella regresará. Y del lado colegial, Paige Bueckers y JuJu Watkins lucen como estrellas futuras al nivel profesional y piezas angulares de la WNBA rumbo al futuro, aunque primero competirían por el campeonato de la NCAA luego de que ambas alcanzaran el Final Four este año.

Un poco más de 45 años después de que Bird y Magic tuvieron su épico encuentro y se embarcarían en una travesía para revolucionar la NBA, Clark y Reese navegan sus propias aguas en una misión para elevar la WNBA y dejar el juego femenino en un lugar mejor de donde estaba.

Hasta ahora, buen trabajo.

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By Diario

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