El Gobierno presentó este miércoles una demanda contra el mayor proveedor de alojamiento para niños inmigrantes no acompañados en Estados Unidos, acusando a sus empleados de haber abusado sexualmente de niños y niñas a su cargo desde al menos 2015 hasta el año pasado. Los trabajadores de esta empresa, con sede en Austin, Texas, “sometieron a los niños a su cargo a un acoso sexual severo o generalizado” que ha incluido, entre otras cosas, violaciones, contacto sexual y tocamientos inapropiados, solicitud de actos sexuales, solicitud de fotos de las víctimas desnudas, peticiones de relaciones inapropiadas y comentarios sexuales, según la queja del Departamento de Justicia.
El texto de la demanda, presentada ayer ante el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Oeste de Texas, añade que Southwest Key no “tomó medidas suficientes para prevenir el acoso sexual de los niños a su cargo” y, más aún, lo ocultó una vez supo de su existencia. Los empleados de la empresa disuadieron mediante amenazas a los niños de revelar el acoso sexual, aprovechándose “de su vulnerabilidad, de las barreras lingüísticas y del alejamiento de su familia y seres queridos”. Las edades de las víctimas oscilan entre los 5 y los 17 años y el Departamento de Justicia recopiló más de 100 denuncias de acoso o abuso sexual.
Southwest Key gestiona 29 refugios que proporcionan alojamiento temporal a niños inmigrantes no acompañados, o menores que entran al país sin padres u otros tutores legales y sin estatus migratorio legal. Los centros de acogida de la compañía están repartidos entre los Estados de Texas (17), Arizona (10) y California (2). En total, los albergues, que son el único hogar que estos niños tienen en lo que esperan a ser reunidos con algún familiar u otro patrocinador mientras se tramitan sus casos de inmigración, tienen cabida para 6.350 niños. Su refugio más grande, localizado en Brownsville, Texas, tiene 1.200 camas. La empresa opera gracias a subvenciones del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés).
Entre las varias acusaciones está el caso de un trabajador que en 2022 abusó sexualmente en repetidas ocasiones de una niña de cinco años, otra de ocho y otra de once en un albergue en El Paso, Texas. La niña de ocho años reveló que el acusado entraba repetidamente en sus habitaciones en medio de la noche para tocarlas en su “zona íntima” y las amenazaba con matar a sus familias si revelaban los abusos. En otro caso, un trabajador de un centro de Tucson, Arizona, llevó a un niño de 11 años a un hotel durante varios días y pagó al menor para que le realizara actos sexuales, según la demanda.
“El HHS tiene una política de tolerancia cero para todas las formas de abuso sexual, acoso sexual, comportamiento sexual inapropiado y discriminación”, dijo este jueves Xavier Becerra, el Secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos. “La denuncia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos contra Southwest Key plantea serias preocupaciones sobre patrones o prácticas” de esta empresa, añadió.
Por su parte, la Fiscal General Adjunta Kristen Clarke, de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia, quien firma la demanda, dijo que “el acoso sexual de niños en centros de acogida, donde un niño debe estar seguro y protegido, es abusivo, deshumanizante e ilegal”. Clarke indicó que “esta demanda busca alivio para los niños que han sufrido abusos y daños, y reformas significativas para garantizar que ningún niño de estos refugios vuelva a ser objeto de abusos sexuales”.
La demanda solicita una indemnización por daños y perjuicios para compensar a los niños perjudicados por el presunto acoso, una sanción civil para reivindicar el interés público y una orden judicial que prohíba futuras discriminaciones y exija a Southwest Key que tome las medidas oportunas para evitar este tipo de abuso en el futuro.
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