El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de 81 años, dio positivo de un test de Covid-19, anunció la Casa Blanca dos días atrás, aunque presenta síntomas leves de la enfermedad y está fuera de peligro. Este contagio se da en el marco de una suba pronunciada de casos de coronavirus en el país del norte causada, sobre todo, por un nuevo sublinaje de ómicron llamado KP.2, que según los especialistas consultados es el que más contagios está generando y se espera que también llegue a la Argentina. A nivel local, indican las cifras oficiales, el nuevo coronavirus no ocupa el centro de la escena epidemiológica, en la que el protagonismo lo tuvieron en los últimos meses los virus de la influenza y sincicial respiratorio.
En Estados Unidos, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la presencia del SARS-CoV-2 en las aguas residuales alcanzó niveles considerados “altos” o “muy altos” en 26 estados, según los datos informados. Otros indicadores también sugieren que el virus está aumentando su actividad, incluida la prevalencia de diagnósticos de Covid en salas de emergencia y la tasa de pruebas procesadas en laboratorios que dan positivo, aunque el brote permanece lejos de las cifras alcanzadas durante el invierno boreal.
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) designa tres variantes de interés (VOI) del nuevo coronavirus, que son EG.5, BA.2.86 y JN.1. Además, el 3 de mayo pasado fueron designadas cuatro variantes bajo monitoreo (VUM), todas descendientes de JN.1: JN.1.7, KP.2, KP.3 y JN.1.18.
De acuerdo con la OMS, a nivel mundial –y la Argentina no es excepción– la JN.1 es la variante dominante (notificada por 132 países), representando el 47,1% de los tests positivos realizados a nivel mundial, aunque su predominancia se encuentra a la baja si se tiene en cuenta que en los análisis anteriores representaba el 56% de los casos. Mientras que las cuatro VUM enumeradas muestran una prevalencia cada vez mayor a nivel mundial, en especial la KP.2.
“Lo que está circulando mucho en Estados Unidos y seguro va a llegar acá, si es que no llegó aún, es la KP.2, que es una variante de la JN.1, todas derivadas de ómicron. Si bien es cierto que tiene un alto nivel de contagiosidad, eso está totalmente comprobado, los índices de hospitalización son muy bajos. Cuando se trata de personas mayores el cuadro puede ser más grave, pero cuando se adquiere la patología en personas de menor edad que tienen un índice de vacunación más o menos lógico, los síntomas son leves”, describe el epidemiólogo Hugo Pizzi a LA NACION.
El especialista agrega que el sublinaje KP.2 debe ser seguido de cerca por las autoridades sanitarias: “Tenemos que estar atentos, porque si circula con tanta asiduidad por el norte, eso ya tiene que estar acá, ya debe haber llegado con [las personas que viajan en] los aviones. Lo mismo está sucediendo en Europa, España en los últimos días comunicó que ha tenido en planilla más de 4000 y pico de casos, o sea que se expande con una velocidad increíble”.
Por su parte, el infectólogo Eduardo López, jefe del departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, apunta que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha solicitado que se fabrique una vacuna que incluya a la KP.2 por su alto nivel de contagiosidad.
“Esto revela que la vacuna contra el coronavirus va a ser como la de la gripe, se deberá actualizar todos los años. Por otro lado, se va a buscar una vacuna que combine influenza y coronavirus, pero esto no está avanzando tan rápido como se creía”, indica López.
¿Cuáles son las recomendaciones de los especialistas para prevenir un rebrote del Covid-19 en la Argentina? Como siempre, la vacunación.
“La recomendación es que se vacunen. Los mayores de 50 años deben tener actualizada su vacuna contra el coronavirus. No hay que tenerle miedo, hoy tenemos las vacunas de Moderna y Pfizer, que son muy buenas vacunas. La gente no está visitando los vacunatorios y es necesario que lo hagan. Olvidaron las medidas sanitarias aprendidas durante la pandemia. A pesar de que el uso de barbijo es una barrera efectiva contra enfermedades infecciosas, muchas personas no lo utilizan ni cuando tienen síntomas. La gente no estornuda ni tose en el pliegue del codo; antes llevaba, por ejemplo, un frasquito con alcohol para higienizarse y ya no lo usan más. La mayoría de los internados en hospitales son por gripe y neumonía, y todas estas enfermedades podrían prevenirse con vacunas que son gratuitas”, resalta Pizzi.
En cuanto a la actividad de influenza en la Argentina, que alcanzó niveles “extraordinarios” en los últimos dos meses, según señala el Boletín Epidemiológico Nacional, mostró un descenso en la última semana a niveles moderados. Paralelamente, se observó un incremento en la tasa de positividad de virus sincicial respiratorio (VSR), aunque por el momento se mantiene por debajo de los valores máximos alcanzados en temporadas previas.
Según el mencionado boletín, entre los casos hospitalizados durante la semana 26 de este año (24 a 30 de junio), se registraron 16 detecciones de SARS-CoV-2, 119 casos de influenza y 280 de VSR.
“En influenza tuvimos un brote importante A H3N2, que es una cepa de alta transmisibilidad e impactó con mayor cantidad de chicos y adultos internados por influenza. Esto no ocurría hace bastantes años”, lamenta López.
“Hoy tenemos muchos casos de gripe. Para graficarlo, si bien varía según la jurisdicción, hay zonas con un 80% de ocupación de camas de internación. Sin embargo, hay mucha rotación. En la época de la pandemia había veces que teníamos a una persona internada durante meses, ahora no. Evidentemente genera un cuadro menos agudo”, resalta Pizzi.
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