Más de medio millón de personas cruzaron irregularmente el año pasado la densa selva que comparten Panamá y Colombia, una cifra histórica con respecto a los años anteriores, informaron las autoridades panameñas.
Entre enero y marzo de este año cruzaron más de 170.000 personas, en su mayorÃa migrantes venezolanos, seguidos por ciudadanos de Ecuador, HaitÃ, China y Colombia, reportó Migración Panamá.
En el marco de la toma de posesión de Mulino, Panamá y Estados Unidos firmaron un acuerdo el 1 de julio para frenar la migración, en el que Washington se comprometió a aportar US$6 millones para financiar los costos de repatriación de los migrantes y otros gastos.
“Los alambres de púas en la selva solo traerán ahogados en el mar”, escribió en su cuenta de X. “La migración se frena quitando bloqueos económicos y mejorando la economÃa del sur”.
“En la decisión de instalar alambres de púas, Panamá no le pidió opinión a ningún otro paÃs“, aseguró el ministro Ãbrego en una entrevista con CNN.
Por su parte, la DefensorÃa del Pueblo de Colombia instó al gobierno de Petro a “solicitarles a las autoridades panameñas observar y estar al tanto de cuán importante es tener presente los postulados del derecho internacional de los derechos humanos”.
El organismo advirtió que debe garantizarse “refugio, accesibilidad a la satisfacción de necesidades básicas y garantÃas de no devolución de los migrantes susceptibles de asilo y con necesidad de protección internacional”.
Sin embargo, el gobierno panameño dijo que creó “un paso humanitario” para “el respeto de los derechos humanos”, que comienza en Cañas Blancas y culmina en la población de Lajas Blancas, donde los migrantes reciben asistencia humanitaria de organismos como la Cruz Roja, Unicef y Acnur.
Expertos cuestionan la viabilidad de esta propuesta debido a la geografÃa de esta área, que abarca cerca de 500 kilómetros cuadrados de bosques tropicales, donde no hay caminos formales para pasar desde Colombia hasta Panamá.