Laudelina Peña se sentó este martes por la noche frente a una computadora en una sala especialmente acondicionada del penal de Ezeiza. Una guardiacárcel encendió la máquina y conectó el equipo a una reunión de Zoom. Eran las 19.50 y la tía de Loan Danilo Peña, el nene de 5 años desaparecido hace más de un mes en Corrientes, se disponía a declarar por cuarta vez en el expediente, la segunda como imputada. Después de cinco horas y media, terminó su indagatoria y la Justicia tomó la decisión que llamar a declarar a Antonio Benítez y Daniel Ramírez, dos de las tres personas que estaban con Loan al momento de su desaparición.
Antes de que comience a hablar, la jueza Cristian Pozzer Penzo le leyó la acusación en su contra. En el cúmulo de pruebas, hubo uno que llamó la atención por sobre el resto: un misterioso mensaje de WhatsApp.
Según se desprende de la acusación de la justicia, Laudelina está sospechada de formar parte de la sustracción y ocultamiento de su propio sobrino y ahijado el jueves 13 de junio pasado. Los investigadores creen que del plan criminal formaron parte, además de ella, las otras seis personas que están detenidas.
Para fundamentar esto, los fiscales y la jueza utilizaron una serie de evidencias, muchas de ellas extraídas de los celulares de acusados y testigos.
El 19 de junio, seis días después de la desaparición de Loan, Laudelina le pidió a su hija Macarena que le enviara a María Victoria Caillava, la funcionaria municipal también presa, todas las fotografías que tenía en su teléfono del día del almuerzo en el que el nene desapareció.
Macarena lo hizo y a las imágenes enviadas le agregó el texto: “Hola tía Vicky, me dijo mamá que te pase las fotos”. La pregunta surge de la lógica pura: ¿por qué Laudelina le pide a su hija que le mande las fotos del encuentro fatídico a Caillava?
“Por algún motivo, cuando ya se estaba cumpliendo casi una semana de la desaparición, Laudelina estaba interesada en que Caillava tenga todas las fotos del encuentro. Es extraño y no le encontramos una explicación. También es raro que Laudelina le haya pedido a su hija que saque las fotos, teniendo ella un celular para hacerlo”, razona uno de los investigadores.
Hasta el momento, no está explicado en el expediente, por ninguna testimonial ni indagatoria, el porqué de esta actitud.
Hay otro dato que también le fue leído anoche a Laudelina como prueba en su contra. Tiene que ver con lo que surgió de la intervención telefónica a su celular. Es decir, ya no de los mensajes, sino de lo que hablaron mientras un policía los estaba escuchando.
En los últimos días de junio, Laudelina llamó a su hija Macarena, que recién terminaba de declarar por primera vez como testigo, y le preguntó: “¿Te preguntó en dónde es que sacamos el calzado y quién estaba?”. A lo que la joven respondió: “No. Eso no me lo preguntaron”.
La referencia de Laudelina es por el famoso botín de Loan que habría sido plantado por la propia mujer y encontrado luego por su hija. Hay que aclarar que, al momento de esta conversación, no se hablaba aún de un elemento plantado. Por eso, llama la atención que estén ambas particularmente preocupadas por su la justicia indagaba sobre ese punto.
La declaración de anoche de Laudelina, la cuarta si se toman en cuanta las dos testimoniales y la primera indagatoria, comenzó minutos antes de las 20. Contó con la presencia de la jueza Pozzer Penzo, de los representantes de la fiscalía y de la acusada, junto a su abogada.
No pudieron estar presentes los abogados de la querella, es decir, los representantes de la familia de Loan, ya que el fiscal Mariano De Guzmán solicitó que no participen de la videollamada.
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