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Tadej Pogacar (UAE) ha hecho bueno el dicho de que le mejor defensa es un buen ataque. Otro día más, sin necesidad de atacar, lo ha vuelto a hacer. Ha atacado a 5 kilómetros de meta cuando rodaban solos en cabeza él y Jonas Vingegaard (Visma) y ha ganado en solitario en la cima del Plateau de Beille. Con su victoria en la etapa reina del Tour de Francia 2024 alcanza ya las 14 victorias parciales en la ronda gala y prácticamente se asegura su tercera victoria en la general.
Segundo ha sido el danés, a 1’07” (más los 4” de la bonificación), que lo ha dado todo. Él y su equipo han trabajado durante toda la jornada para buscar la heroica, pero no ha podido ser. Es segundo en la general a 3’09”, se aleja mucho del amarillo pero logra abrir más su distancia con Remco Evenepoel (a 5’19” de Pogacar) en el podio. El belga ha vuelto a ser el mejor de entre el resto de mortales, tercero en meta a casi 2’51”.
La segunda jornada de descanso que vivirán los corredores este lunes llegará como agua de mayo para Carlos Rodríguez. El español del INEOS ha vivido una crisis en el Plateau de Beille y ha entrado en meta con más de cinco minutos de retraso (5’08”). Pierde su quinto puesto en la clasificación general en favor de Mikel Landa (a 11’21”) y se queda sexto (a 11’27”), a 6’08” del podio.
Enric Mas, protagonista
La etapa reina, reservada para el día nacional francés del 14 de julio (día de la Toma de Bastilla), ha tenido mucho acento español y no solo por las actuaciones de Landa y Rodríguez. Tal vez envueltos por los triunfos de Alcaraz en Londres y, ojalá, del de la selección española de fútbol en Berlín, Enric Mas (Movistar) ha hecho albergar esperanzas de victoria al filtrarse en la fuga del día de 16 corredores y demostrarse el más fuerte junto con Richard Carapaz.
Supo estar en el corte bueno dentro de esa escapada, en la fuga de la fuga que hizo célebre su director Chente García Acosta, y junto a otros cuatro valientes llegaron a los pies del Plateau de Beille aventajando al pelotón en 2’35”. En el límite de distancia para los más expertos pronosticadores.
Su condena estuvo en el ritmo de su compañero hasta el año paseo y hoy lugarteniente de Vingegaard, Matteo Jorgenson. El acelerón del estadounidense redujo más de un minutos las diferencias en menos de dos kilómetros, era la sentencia.
Vingegaard atacó valiente antes de cruzar la pancarta de los 11 kilómetros para la meta y ahí acabó con la fuga. Solo Pogacar fue capaz de resistir el ataque constante, consciente de que más adelante podría rematar la jugada maestra.
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