Hay novedades, pero todavía no hay ningún detenido y el caso, hasta donde se sabe públicamente, no avanza mucho. El 18 de mayo, el cuerpo de la soldado Katia Dueñas-Aguilar fue hallado en su casa de la localidad de Clarksville, Tennessee, justo en la frontera con Fort Campbell, Kentucky, donde se encuentra la base en la que la especialista en tecnología de la información estaba destinada. Tras encontrarla sin vida, la policía no tardó en declarar el caso como homicidio. Ahora que la autopsia ha sido publicada, queda claro por qué: había sido apuñalada 68 veces.

El análisis forense del cuerpo de Dueñas-Aguilar publicado por la Oficina del Examinador Médico del Condado de Montgomery indica los detalles de las heridas que se concentraron predominantemente en el cuello y la zona superior del cuerpo. La naturaleza de las heridas llevó a la conclusión inequívoca de homicidio por parte del examinador. La toxicología de la autopsia también señala que tenía ácido gamma-hidroxibutírico (GHB) en su sistema cuando murió. El GHB en ocasiones se usa como droga sedante de violación, aunque los 30 mcg/mL que tenía en el cuerpo es una cantidad inferior a la que causaría somnolencia, según el reporte. Esta información se suma a la evidencia en la investigación abierta en manos del Departamento de Policía de Clarksville y la División de Investigación Criminal del Ejército.

La de Dueñas-Aguilar es la tercera muerte de una joven militar estadounidense de origen latino en los últimos años, tras el asesinato de Vanessa Guillén en 2020, y el suicidio de Ana Basaldua el año pasado, ambas estacionadas en Fort Cavazos, antes conocido como Fort Hood, en Texas. Al igual que en 2020 con el caso de Guillén —un crimen que desencadenó importantes cambios en la forma en que se investigan las denuncias de acoso en el Ejército— la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), la organización hispana de derechos civiles más antigua de Estados Unidos, ofreció una recompensa de 25.000 dólares por cualquier información que ayude a encontrar a los responsables para atraer “la atención de la nación” sobre el caso. Poco después, la madre de Dueñas-Aguilar, Carmen Aguilar, se sumó y se comprometió a dar otros 30.000 para llegar a un total de 55.000 dólares de recompensa. “Para que esta madre se comprometa, no solo con dinero, sino con toda su alma, a encontrar a quien haya hecho esto, merece nuestro completo e inequívoco apoyo. LULAC insta a cualquiera que tenga información a que se presente y hable con las fuerzas del orden para ayudar a identificar, detener y condenar a la persona responsable”, decía Domingo García, el presidente de la organización.

Tras casi dos meses de un duelo complejo que ha incluido hacerse cargo de su nieto de 4 años, Carmen Aguilar ha recibido la noticia de la autopsia a través de los medios como un duro golpe de solo imaginarse el sufrimiento de su hija. Pero también como evidencia de sus sospechas sobre el caso y combustible para su determinada campaña para sacar a luz la verdad. Hablando con la cadena Univisión desde el cementerio donde está enterrada su hija, al que asegura que acude casi a diario en medio de su luto, Aguilar pide respuestas. “¿Por qué le hicieron esto a mi hija? ¿Qué fue el daño que ella les hizo para tomar esta decisión drástica? ¿Por qué? Si ella tenía algún problema psicológico, ¿por qué el Army no me le dio asistencia?… Entonces lo que yo digo es que no he recibido ninguna respuesta”.

“Yo exijo justicia, que el gobierno haga algo porque ya van varias jóvenes que les han quitado la vida… y de ahí todo queda como que nada pasó. Aquí no va a parar esto porque nadie hace nada… ¿Qué es lo que pasa en las bases? ¿Qué es lo que pasa en las milicias americanas? Son las personas que nos van a defender a nosotros ¿y estamos para que nosotros los defendamos a ellos?”, sentenció Aguilar indignada.

Dueñas-Aguilar se alistó en 2018 y fue asignada a Fort Campbell, Kentucky, un año más tarde. En su tiempo de servicio allí recibió múltiples medallas por su trabajo, incluyendo la Medalla del Servicio de Defensa Nacional y la Medalla del Servicio de la Guerra Global contra el Terrorismo. Previo a su muerte hacía parte de la Brigada de Aviación de Combate, de la 101 División Aerotransportada.

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By Diario

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