(Desde Washington, Estados Unidos) La Cumbre de Washington transformó a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el sistema de defensa global de Occidente frente al programa totalitario que lideran China y Rusia.
En este contexto, la alianza continental encabezada por Estados Unidos mantendrá hoy reuniones con Volodimir Zelenski y los mandatarios de Japón, Australia, Corea del Sur y Nueva Zelanda para respaldar una hoja de ruta que apunta a frenar las ambiciones geopolíticas de Xi Jinping y Vladimir Putin.
Los 32 países de la alianza militar suscribieron un extenso comunicado final que define el futuro rol de la OTAN e identifica a China y Rusia como los principales protagonistas de una entente bélica que disputa territorio, comercio e influencia global a Estados Unidos y Europa.
“Rusia busca reconfigurar fundamentalmente la arquitectura de seguridad euroatlántica. La amenaza general que Rusia representa para la OTAN persistirá en el largo plazo. Rusia está reconstruyendo y ampliando sus capacidades militares y continúa con sus violaciones del espacio aéreo y sus actividades provocadoras”, sostiene el punto 18 del comunicado final de la cumbre.
Y completa el punto 20 del comuniqué suscripto ayer en DC:
“Rusia también ha intensificado sus agresivas acciones híbridas contra los aliados, incluso a través de representantes, en una campaña en toda el área euroatlántica. Estos incluyen sabotaje, actos de violencia, provocaciones en las fronteras aliadas, instrumentalización de la migración irregular, actividades cibernéticas maliciosas, interferencia electrónica, campañas de desinformación e influencia política maligna, así como coerción económica. Estas acciones constituyen una amenaza a la seguridad aliada”.
El documento final fue suscripto por Turquía y Hungría que tienen lazos profundos con Rusia. Recep Tayyip Erdoğan -presidente de Turquía- y Viktor Orbán -premier húngaro- intentaron aplacar los cuestionamientos a Putin, pero al final peso la voluntad de Estados Unidos, Francia y Alemania.
La OTAN explica en su Declaración de Washington que no tiene intenciones de iniciar un conflicto armado con Rusia. Sin embargo, el tono del documento final respecto a la conducta política de Putin y el wording utilizado para defender a Ucrania profundizaron el antagonismo histórico que existe entre la OTAN y el Kremlin.
La alianza continental exhibe a Rusia como un amenaza consolidada y considera que China es la autora ideológica de un programa geopolítico que pretende convertir los conceptos básicos de la democracia occidental en papel picado.
“Las acciones desestabilizadoras de Irán están afectando la seguridad euroatlántica. Las ambiciones declaradas y las políticas coercitivas de la República Popular China (RPC) continúan desafiando nuestros intereses, seguridad y valores. La profundización de la asociación estratégica entre Rusia y la República Popular China y sus intentos de socavar y remodelar el orden internacional basado en reglas, que se refuerzan mutuamente, son motivo de profunda preocupación. Nos enfrentamos a amenazas híbridas, cibernéticas, espaciales y de otro tipo, así como a actividades maliciosas de actores estatales y no estatales”, sostiene el punto 4 de la Declaración de Washington.
Y añade el punto 25 para describir los vínculos firmes entre Rusia, Corea del Norte, Irán y China:
“Corea del Norte e Irán están alimentando la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania proporcionando apoyo militar directo a Rusia, como municiones y vehículos aéreos no tripulados (UAV), lo que afecta gravemente a la seguridad euroatlántica y socava la paz mundial no -régimen de proliferación”.
En este contexto, la OTAN invitó a los jefes de estado de Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur para debatir estrategias comunes que permitan evitar que China -respaldada por Rusia, Irán y Corea del Norte- controle el denominado espacio Indo-Pacífico.
Este espacio es clave para la economía mundial y la estabilidad del sistema internacional. Es una zona que abarca desde Asia-Pacífico hasta Oriente Medio y África a través del océano Índico,
“El Indo-Pacífico es importante para la OTAN, dado que los acontecimientos en esa región afectan directamente la seguridad euroatlántica. Acogemos con agrado las continuas contribuciones de nuestros socios de Asia y el Pacífico a la seguridad euroatlántica”, afirma el punto 30 de la declaración final de la cumbre.
Biden y sus aliados europeos – Keir Starmer, Emmanuel Macron y Olaf Scholz– protagonizarán hoy dos reuniones claves en DC. Con Zelensky ratificarán su apoyo a Ucrania frente a Rusia, y con los representantes de Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur consolidarán una alianza estratégica para contener la ofensiva de China.
Será el cierra de la Cumbre de la OTAN, a 75 años de su creación liderada por Harry Truman. En 1949, la alianza continental de 12 países enfrentaba a la Unión Soviética, que se armaba para protagonizar la Guerra Fría.
Ahora, Rusia aparece como un enemigo global junto a China, Corea del Norte e Irán, y la OTAN – ya con 32 estados miembros- aparece como el único recurso militar para frenar una eje ideológico que pone en jaque a Occidente.
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