El expresidente Donald Trump aprovechó el primer mitin de campaña que ha ofrecido tras el debate presidencial del pasado mes para hacer escarnio de las facultades mentales del presidente estadounidense, Joe Biden, retándolo a un partido de golf.
El virtual candidato republicano hizo un acto de campaña en el club de golf de su propiedad en la ciudad de Doral, vecina de Miami, donde, al contrario de lo que se llegó a especular, no reveló a su candidato a vicepresidente en las elecciones de noviembre, y optó por hacer mella del desempeño de Biden en el debate.
Sobre las 8 de la noche, una hora más tarde de lo anunciado, Trump subió al estrado vestido con traje azul y con una gorra roja en la que se lee el lema de su campaña (“Hacer EE.UU. grande otra vez”), al son del “God Bless the USA”, de Lee Greenwood, la canción con la que suele comenzar sus mítines.
Delante, y detrás, de él se extendía una marea roja, variopinta, con hispanos, pero también con muchos estadounidenses de raza blanca y en un gran porcentaje cerca de la jubilación, aunque también no escasearon los jóvenes, incluso familias con hijos pequeños.
Como era de esperar, Trump inició su discurso con alusiones al debate del pasado mes, el cual ha suscitado una crisis dentro del Partido Demócrata tras el pobre desempeño que tuvo el demócrata Biden y que ha llevado a muchos legisladores de ese bando a pedirle al mandatario que dé un paso al lado.
El republicano se burló del “completo caos” y la división en la que se hallan los demócratas, quienes dijo que no saben cuál es el más “inadecuado” candidato presidencial, si Biden, de 81 años, o la vicepresidenta Kamala Harris.
Trump aprovechó la ocasión para retar a su oponente en las elecciones de noviembre próximo a un partido de golf de 18 hoyos en su resort de Doral, y prometió que de perder donaría un millón de dólares a la organización benéfica que eligiera Biden.
“Esta noche le estoy ofreciendo a Joe la oportunidad de redimirse ante el mundo”, se jactó el expresidente, quien agregó que Biden es “mentalmente incompetente” para continuar en la Casa Blanca.
Si hay algo que caracteriza a sus seguidores es su efusividad y así se expresaron en respuesta a las promesas que ya enunció en anteriores mítines, entre ellas la de realizar la “deportación más grande en la historia” de Estados Unidos, o la de detener la entrada de terroristas.
“Vamos a restaurar la libertad de expresión en nuestro país”, aseveró en medio de una descripción prácticamente apocalíptica que hizo del país, marcada por la crisis fronteriza, económica y social tras el “desastre” creado por la Administración Bien, a su juicio “el peor presidente de Estados Unidos”.
Dedicó una gran parte a criticar la “cacería” de la que ha sido objeto por la Justicia estadounidense (afronta cuatro procesos judiciales) e incluso señaló que el gánster Al Capone fue menos acusado que él, además de volver a calificar las acusaciones en su contra de “interferencia electoral”.
No reveló el nombre de su compañero de fórmula presidencial, pero durante su discurso tuvo palabras de elogio para el senador por Florida, Marco Rubio, uno de los posibles elegidos por Trump para acompañarlo en su carrera para un segundo mandato presidencial.
El republicano tiene previsto otro mitin esta semana en Pensilvania, estado clave si quiere ganar las elecciones para la Casa Blanca.
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