Las obras de la nueva Romareda son ya una realidad. Tras 23 años de vaivenes políticos y proyectos fallidos, las máquinas han comenzado a trabajar desde primera hora de este lunes en el derribo de la antigua gerencia de Urbanismo, el Cubo y el Gol Sur, a cargo de la UTE OHLA-Deltapunt. El entorno de la plaza de Eduardo Ibarra se ha transformado por completo. Totalmente vallado, los operarios han comenzado a hacer acopio de materiales para poder ejecutar los trabajos y cumplir el exigente calendario de esta primera fase.

Las casetas de obra, los montones de arena y las grandes máquinas instaladas desde hoy en las inmediaciones del estadio municipal se convertirán la tónica de los próximos años, en los que La Romareda se transformará en un “faro” para las nuevas generaciones.

El nuevo campo será una realidad a finales de 2027 o principios de 2028 y costará 151 millones de euros. Es la cifra que aparece en el proyecto ejecutivo, actualmente en fase de revisión por parte de Idom y de los técnicos autonómicos y municipales. 

El coste se incrementa en 2,5 millones respecto a los 148,5 que figuraban en el proyecto básico, aunque el importe podría verse reducido en función de las ofertas que presenten las empresas que concurran al macrocontrato que saldrá a licitación a partir de septiembre, que incluirá el derribo de la Grada Este, la Tribuna de Preferencia y el Gol Norte y la construcción del nuevo estadio.

Estos 151 millones no incluyen el IVA, ya que, según insisten desde La Nueva Romareda SL, se podrá deducir al 100%. Será posible debido a que la sociedad no es el consumidor final. Al no existir ningún ingreso, lo que se hará será pedir la devolución íntegra, para lo que el Estado tendrá un máximo de seis meses. Esto ya ocurrió con el derecho de superficie del nuevo campo, que también llevaba un IVA asociado. La sociedad ha tenido que pagar 5 millones por este impuesto, pero ya ha pedido la devolución.

El proyecto de ejecución cuantifica en 5 millones el ahorro que supone acometer las obras en dos fases en vez de en cuatro, pero hay nuevos gastos. Concretamente, un nuevo sótano que dará “mayor valor y funcionalidad” al edificio que albergará los usos terciarios (4 millones), más asientos (1 millón) y nuevos requisitos marcados por la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) a las ciudades que aspiran a ser sede del Mundial 2030: 320.000 euros para el certificado Breeam y 250.000 para nuevos servicios afectados. 

Este lunes, ha asegurado Chueca, es “un día histórico para la ciudad”, un antes y un después que supone el principio del fin de un estadio que, durante décadas, ha sido “símbolo de nuestra identidad”. “No es solo un campo de fútbol, es un lugar lleno de historias, de sentimientos, emociones, victorias, derrotas y lágrimas, un espacio en el que generaciones de zaragozanos hemos vivido momentos inolvidables y vibrado con conciertos que han marcado nuestra vida. Ha sido la casa de nuestros sueños, un lugar donde cada canción y cada gol han resonado con fuerza y han alimentado nuestro espíritu y nuestra identidad”, ha agregado.

La propia alcaldesa ha reconocido que vienen tres años y medio duros y llenos de trabajo y ha pedido “paciencia y comprensión” a los aficionados. “No ha sido un camino fácil. Hemos enfrentado obstáculos, superado desafíos y mostrado que los zaragozanos somos gente de carácter y persistencia. A los escépticos y a quienes pusieron palos en la rueda les vuelvo a tender la mano, porque este estadio ha sido, es y será también parte de su historia”, ha remarcado. 

La nueva Romareda se concibe como “un nuevo icono arquitectónico de la ciudad de Zaragoza”. Finalmente tendrá una capacidad de 43.110 espectadores para los eventos deportivos, cifra que podrá incrementarse hasta los 50.266 en los conciertos. “No es únicamente una inversión en una infraestructura. Es una inversión en nuestro futuro, nuestra ciudad, nuestra comunidad autónoma y nuestra identidad”, ha dicho.

Las obras, al detalle

Este primer paso “efectivo y real” para la construcción de la nueva Romareda vivirá hitos importantes en las próximas semanas. Según Chueca, el cronograma se está cumpliendo “escrupulosamente” pese a las “dificultades” que se encontraron hace un año con el recurso de Poodemos ante el Tacpa y el hecho de que el Real Zaragoza no se presentase al concurso público por la “inseguridad jurídica” generada.

Las primeras obras, presupuestadas en 3,1 millones de euros, se centrarán en vaciar el Cubo y la antigua Gerencia. “El primer edificio que se va a demoler será la gerencia de Urbanismo, que se inauguró con motivo del Mundial de Fútbol de 1982 como centro internacional de prensa. El objetivo es despejar esa zona para facilitar el acceso a los espectadores cuando empiece la competición“, ha indicado.

En paralelo se empezarán a desmontar los vidrios del Cubo y, ya por último, el Gol Sur pasará a la historia. Allí, la prioridad será retirar los elementos interiores y colocar redes para eliminar la cubierta, marcada por la presencia de amianto. “Después se demolerá la estructura metálica y el hormigón de las gradas y, por último, se llegará a la excavación del sótano, la cimentación y la creación de los nuevos muros de contención”, ha precisado.

Para la alcaldesa, el proyecto es “el símbolo de nuestra capacidad para soñar en grande”: “Será el lugar donde se forjarán nuevas historias, donde cada gol, cada victoria y cada momento compartido nos recordará la grandeza de nuestra ciudad y su gente“.

Una presentación multitudinaria en el Gol Sur

La presentación se ha desarrollado en el propio Gol Sur. Concretamente, en la plataforma destinada durante el concierto de Enrique Bunbury a las personas con movilidad reducida. Al acto no han faltado los consejeros de La Nueva Romareda SL, representantes del Gobierno de Aragón como la directora general de Deportes, Cristina García, o el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Zaragoza, Félix Brocate, así como el portavoz municipal de Vox, Julio Calvo, y el concejal socialista Horacio Royo. También ha estado el propio autor del proyecto, el arquitecto César Azcárate, miembros del Real Zaragoza, incluido su nuevo director general, Fernando López, el presidente de la Federación Aragonesa de Fútbol, y trabajadores de la UTE OHLA-Deltapunt, entre otros muchos.

El presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha remarcado que el campo es “un motor económico de primer orden”, un templo no solo para el zaragocismo, sino para la cultura. “A mí no me gustaría hablar de la demolición de La Romareda, sino de su renacer. Hacemos que sea más fuerte y más potente. Apostamos porque tenga un futuro”, ha declarado.

El viejo estadio “provoca recuerdos, sentimientos y emociones”. “Y es lo que queremos, seguir teniendo recuerdos en esta nueva Romareda”, ha añadido, haciendo hincapié en el salto que supuso en su día el traslado desde Torrero, que abrió una nueva etapa “de gloria” con Los Magníficos, La Quinta de París y Los Zaraguayos. “Significó un nuevo momento y queremos que la nueva Romareda también lo sea. Ahora va la vencida. El proyecto es ya imparable”, ha aseverado.

El líder autonómico también ha aludido al impacto que tendrá para Zaragoza ser sede del Mundial 2030. La cita podría dejar 335 millones de euros de inversión en hoteles, restaurantes, comercios… “Miles de aficionados de todo el mundo vendrán a la ciudad, y millones la conocerán. Generará 4.200 puestos de trabajo a tiempo completo en Zaragoza y en las inmediaciones. No beneficiará solo a la capital, sino a todo el territorio. Fundamentalmente a la ciudad de Huesca, que tiene los requisitos más que necesarios para ser subsede“, ha precisado.

A la espera del cuarto socio

Ayuntamiento, Gobierno de Aragón y Real Zaragoza siguen mientras tanto a la espera de un posible cuarto socio. Ibercaja aseguró en abril que estaba “deseando” llevar una propuesta a su consejo, sin que por ahora hayan trascendido más novedades. “Los tres socios estamos avanzando en el proyecto y cada institución tiene sus plazos. Otras están valorando la posibilidad de entrar y nosotros, mientras ellos lo estudian, seguimos trabajando. Cuando llegue el momento, nos sentaremos y les daremos la bienvenida, siempre que se cumplan todas las condiciones. En ese sentido, no tenemos prisa especialmente, pero no está tampoco en nuestras manos”, ha apuntado Chueca.

Igualmente, se ha referido al nuevo sótano para la zona de usos terciarios, que no figuraba en el anteproyecto. “Cuando se vio que los más de 20.000 metros cuadrados de uso terciario iban a tener un mayor valor funcional si incluían un sótano, se decidió incluirlo”, ha agregado. Al aumentar el número de metros, ha completado Azcón, tendrá un mayor valor económico, sin que esto suponga que se vaya a excavar a mayor profundidad.

Por el momento, los usos terciarios no están definidos. Pero el objetivo, ha avanzado el presidente aragonés, es doble. Primero, que el equipamiento tenga una conexión directa con el campo de fútbol con usos “no solo compatibles, sino coadyuvantes” que multipliquen su versatilidad. “Hay que encontrar quién está dispuesto a hacerse con ese equipamiento y pagar un canon. La sociedad va a buscar la mayor rentabilidad. Por eso, los arquitectos han estado diseñando el espacio con criterios de mercado”, ha dicho.

Los socios también han hecho referencia al posible impacto acústico. La idea sigue siendo que la nueva Romareda acoja entre ocho y diez conciertos al año. “Este mismo sábado hemos tenido uno y no ha habido ninguna queja. Lo que está pasando con el Bernabéu en Madrid no es extrapolable a Zaragoza, sin perjuicio de que en el proyecto se estén contemplando mejoras en el aislamiento acústico para evitar cualquier molestia que pudiese suceder, pero no quiero adelantar problemas que no existen”, ha incidido Chueca, que ha aludido, también, a los congresos y grandes eventos que se podrán programar en el futuro campo sin generar “ningún tipo de molestia”.

Reajustes presupuestarios

Construir el estadio en dos fases obligará a los socios a reajustar sus aportaciones a La Nueva Romareda SL, circunstancia que se irá viendo en los próximos presupuestos del Ayuntamiento y el Gobierno de Aragón. Lo importante para Azcón es que la apuesta por el estadio portátil en el Parking Norte “minimizará las incertidumbres” y las reducirá al Gol Sur. “Para la seguridad y comodidad de los aficionados va a ser una buena idea. Además, la obra será más eficiente”, ha comentado.

La previsión es que, con esta fórmula, el nuevo campo llegue “terminado y rodado” al Mundial 2030, cumpliendo las exigencias de la FIFA, que obliga a tenerlo un año antes de la cita y a disputar varios partidos de primer nivel.

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By Diario

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