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Investigadores del Centro de Innovación en Salud Mental de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón (OHSU) han descubierto por qué el aumento de la adiposidad o cantidad de grasa en el cuerpo durante el embarazo está relacionado con un mayor riesgo de que los hijos sufran trastornos mentales o una mayor carencia de afecto. Aunque había evidencias de una relación entre la obesidad durante la gestación y la salud mental de los descendientes las razones no se conocen bien y este es el primer estudio que demuestra el vínculo entre dos hormonas clave asociadas con la masa grasa –adiponectina y leptina– y la conducta de los hijos.

Los investigadores evaluaron si las concentraciones en la sangre de la embarazada o del cordón umbilical de la adiponectina y la leptina podrían predecir la aparición de trastornos mentales en los bebés. La leptina, una hormona que regula el apetito, y la adiponectina, una hormona que regula los niveles de glucosa y la descomposición de grasas, resultan fundamentales para el desarrollo fetal.

“El vínculo entre el estado metabólico de la madre durante el embarazo y la salud mental de los hijos es relativamente nuevo, y hay muy poca investigación que explique esta conexión”, comentó Elinor Sullivan, profesora de psiquiatría en la Escuela de Medicina de OHSU y autora principal del estudio. “Se cree que el estado metabólico puede influir en el entorno intrauterino, lo que puede moldear el cerebro fetal y su desarrollo”.

“Identificar nuevos biomarcadores nos brinda la oportunidad de predecir desde muy temprano qué niños están en riesgo de trastornos mentales comunes, como el TDAH y la ansiedad, para poder ofrecer intervenciones tempranas específicas”. Los biomarcadores, o características medibles en el cuerpo, pueden servir como un sistema de alerta temprana para enfermedades o condiciones subyacentes, y son una herramienta valiosa para entender mejor la salud de una persona.

Nuevos biomarcadores del riesgo de trastornos mentales en los hijos

Dirigidos por Sullivan y Hanna Gustafsson, los investigadores recopilaron datos de una cohorte de 305 mujeres embarazadas y sus hijos, tomando muestras de sangre de la gestante en el segundo trimestre y una muestra de sangre del cordón umbilical al nacer. Los hijos fueron evaluados a los 6 meses de edad, momento en el cual los investigadores realizaron pruebas conductuales estándar para examinar comportamientos utilizados para regular las emociones, que son fuertes indicadores de riesgo de trastornos mentales en la primera infancia.

Los resultados del estudio se han publicado en la revista Brain, Behavior, and Immunity y muestran que niveles más bajos de la hormona adiponectina en la circulación sanguínea de la madre y concentraciones más altas de la hormona leptina en la sangre del cordón pueden ser nuevos biomarcadores del riesgo de trastornos mentales en los hijos.

Los investigadores señalan que identificar estos biomarcadores podría tener un gran potencial para la intervención temprana en niños en riesgo de diversos trastornos mentales, y sugieren que la identificación de niños en riesgo podría ser posible antes de lo que se pensaba, incluso antes del nacimiento. Además, estos biomarcadores pueden medirse en un entorno clínico utilizando herramientas estándar y de bajo coste, y pueden evaluarse mediante una sola prueba de fácil interpretación.

Con información de WebConsultas

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By Diario

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