CANCÚN.- El huracán Beryl tocó tierra la mañana del viernes en la península de Yucatán, en México, al noreste de Tulum, una localidad turística a unas dos horas del popular balneario de Cancún, anunció el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
Beryl llegó a México como un potente ciclón de categoría 2, en una escala de 5, con vientos de 175km/h y picos de 220 km/h, informó el NHC en su boletín. Según las autoridades, al menos 11 personas han muerto hasta ahora a causa de la tormenta en Jamaica, Granada, San Vicente y las Granadinas y en el norte de Venezuela.
La autoridad Nacional de Protección civil de México decretó alerta roja, que implica un peligro máximo, para los estados de Quintana Roo y Yucatán. Sin embargo, hasta el momento no había reportes de víctimas, solo de inundaciones, árboles caídos y cables de luz desprendidos.
El NHC de Estados Unidos dijo que se espera que Beryl se debilite rápidamente hasta convertirse en tormenta tropical a medida que cruce la Península de Yucatán antes de reaparecer en el Golfo de México y probablemente recupere fuerza de huracán.
“El centro de Beryl avanza hacia el interior de la Península de Yucatán. Se esperan peligrosos vientos huracanados, marejadas ciclónicas y olas dañinas en el área donde toque tierra esta mañana”, advirtió el centro de Estados Unidos después de que el huracán tocara tierra en México.
Según el Centro Nacional de Huracanes, se prevé que Beryl toque tierra en South Padre Island (Texas), cerca de la frontera entre Texas y México, como huracán de categoría 1 a última hora de la noche del domingo.
Sin embargo, el lugar exacto donde tocará tierra, el momento y la intensidad podrían cambiar en los próximos días.
Beryl ha desafiado las previsiones que apuntaban a que se debilitaría considerablemente a causa de los vientos de nivel superior, que normalmente detienen las tormentas, al atravesar un Mar Caribe tan cálido como debería serlo en septiembre. Así pues, los meteorólogos primero tienen que ver exactamente de qué es capaz el resistente ciclón en el Golfo de México.
Beryl es el primer huracán de la temporada 2024 y el primer huracán de categoría 5 en el Atlántico. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), espera este año una temporada de huracanes “extraordinaria” con hasta siete tormentas de categoría 3 o superior.
Se prevé que genere fuertes lluvias y vientos en la costa del Caribe mexicano, antes de cruzar la península de Yucatán -previsiblemente más debilitado- para luego fortalecerse de nuevo en el Golfo de México y volver a tocar tierra de nuevo en una zona cercana a la frontera entre México y Estados Unidos, en la ciudad de Matamoros. Esa área ya fue azotada en junio por la tormenta tropical Alberto.
Beryl, que alguna vez fue la primera tormenta en convertirse en huracán de categoría 5 en el Atlántico, causó destrucción en Jamaica, San Vicente y las Granadinas y Barbados en los últimos días. Se había debilitado ligeramente a una tormenta de categoría 2 a primera hora del viernes antes del impacto en Tulum, en el Caribe mexicano, donde las autoridades habían instado a los turistas a que se alejen de las playas de arena blanca.
Gran parte de la costa de Yucatán se encuentra en alerta, desde Costa Maya hasta Cancún, según el informe del NHC.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, había anticipado ya la entrada del huracán por Tulum, “una zona poblada y cercana al mar”. Por ello, llamó a los ciudadanos a “trasladarse a partes altas, a refugios o casas de familiares y amigos en otros sitios”.
“No titubeemos, lo material se recupera. Lo más importante es la vida”, subrayó en redes sociales.
Antaño un pueblo tranquilo y apacible, en los últimos años Tulum creció de forma desenfrenada y, aunque sigue siendo más pequeño que Cancún -que está 130 kilómetros al norte- ahora cuenta con unos 50.000 habitantes permanentes y al menos el mismo número de turistas en un día normal.
A medida que el viento comenzó a soplar sobre sus playas de arena blanca el jueves, cuatriciclos con megáfonos se desplazaban por la arena diciéndole a la gente que se fuera. Algunos turistas tomaban fotos del creciente oleaje, pero poco a poco fueron resguardándose.
En Tulum, municipio de 47.000 habitantes, el gobierno ordenó suspender actividades desde la tarde del jueves. La población protegió sus negocios con tablas de madera y los supermercados cerraron. El aeropuerto suspendió sus operaciones.
Cerca de 100 vuelos nacionales e internacionales programados entre jueves y viernes fueron cancelados en el aeropuerto de Cancún, el principal del Caribe mexicano.
Muchos turistas fueron evacuados de los hoteles de la línea costera y otros intentaron salir en autobús de la zona de impacto.
Francisco Bencomo, gerente del Hotel Umi en Tulum, dijo que todos los huéspedes se habían ido. “Con las condiciones que se esperan estamos resguardados completamente”, comentó, y añadió que no tienen planeado que los huéspedes regresen antes del 10 de julio.
“Se ha cortado el gas y la luz. También tenemos una planta de emergencia donde se van a quedar dos empleados de mantenimiento resguardados” en la parte más alejada de la playa y con menos ventanas, agregó. “Esperemos que sea el menor impacto posible para el hotel, y pase lo más rápido posible”.
Algunos turistas tomaban sus precauciones, como Lara Marsters, una terapeuta de 54 años que visitaba Tulum desde Boise, Idaho, y optó por “llenar todas nuestras botellas de agua vacías con agua del grifo y la pusimos en el congelador… así que tendremos agua para el inodoro”. Y añadió: “Vamos a atrincherarnos y mantenernos a salvo”.
Otros aprovecharon el jueves las últimas horas de playa antes del huracán. Myriam Setra, una turista de Dallas, Texas, de 34 años, comía un sándwich bajp los últimos rayos de sol. “Luego, sólo habrá que agazaparse y permanecer a puerta cerrada hasta que pase”.
A lo largo de toda esta popular costa llena de hoteles y resorts fueron evacuadas pequeñas comunidades costeras y más de 3000 personas de la isla turística de Holbox frente a la punta de la península. Cientos de personas optaron por acudir a refugios, y las autoridades incluso retiraron huevos de tortuga de playas que podrían ser destruidas por las fuertes olas.
Unas 1432 personas permanecieron en refugios en Jamaica, como Desrine Campbell, residente de la comunidad baja de Old Harbour Bay, quien se lamentó: “¡Mi casa está casi inundada!”.
En la localidad de Playa del Carmen, la mayoría de los negocios estuvieron cerrados el jueves. Algunos de ellos tapiaban sus ventanas mientras los turistas hacían ejercicio y algunos residentes locales paseaban a sus perros bajo el cielo soleado.
El Ejército desplegó unos 8000 efectivos en Tulum y anunció que cuenta con provisiones y 34.000 litros de agua purificada para la población.
Agencias AFP, AP y DPA
LA NACION
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