Los pacientes con la cirugía AMI mostraron una capacidad casi natural para caminar y sortear obstáculos, gracias a la integración completa con su sistema nervioso.
Por: Katherine Ardila
Un innovador desarrollo en el campo de las prótesis ha permitido que personas con amputaciones por debajo de la rodilla puedan caminar de manera más natural. Un estudio reciente, liderado por investigadores del MIT en colaboración con el Brigham and Women’s Hospital, ha demostrado que una nueva intervención quirúrgica combinada con una interfaz neuroprotésica permite a los pacientes recuperar una marcha casi idéntica a la natural.
Esta intervención, conocida como interfase mioneural agonista-antagonista (AMI), implica una reconexión de los músculos del miembro residual, permitiendo a los pacientes recibir retroalimentación “propioceptiva” sobre la posición de su miembro protésico en el espacio. En el estudio, siete pacientes sometidos a esta cirugía pudieron caminar más rápido, evitar obstáculos y subir escaleras de forma más natural que aquellos con una amputación tradicional.
El profesor Hugh Herr, del MIT, explica: “Este es el primer estudio protésico que muestra una pierna bajo modulación neuronal completa, resultando en una marcha biomimética. El sistema nervioso humano controla el movimiento, no un algoritmo robótico”.
Las prótesis de última generación pueden ayudar a lograr una marcha natural, pero no proporcionan un control neuronal total sobre la extremidad. En cambio, dependen de sensores y controladores robóticos. La nueva técnica AMI permite una integración más completa con el sistema nervioso del cuerpo, restaurando la capacidad de control neuronal continuo y directo de la marcha.
¿Cómo funciona la interfase mioneural agonista-antagonista (AMI)?
Los pacientes también experimentaron menos dolor y atrofia muscular después de esta cirugía. Según el investigador postdoctoral Hyungeun Song, “la interfaz neuroprotésica AMI permitió restaurar la capacidad neuronal de una persona para controlar su marcha en diferentes situaciones, desde caminar en terrenos planos hasta superar obstáculos”.
El estudio, que aparecerá en la revista Nature Medicine, comparó a siete pacientes con la cirugía AMI con otros siete que tuvieron amputaciones tradicionales. Todos los participantes utilizaron el mismo tipo de miembro biónico, equipado con un tobillo propulsado y electrodos para detectar señales electromiográficas (EMG) de los músculos. Estas señales se enviaban a un controlador robótico, que ajustaba el movimiento del tobillo.
El estudio también destacó la importancia de la retroalimentación sensorial en la marcha. Los pacientes con la cirugía AMI mostraron una capacidad casi natural para caminar y sortear obstáculos, gracias a la integración completa con su sistema nervioso.
Este avance promete cambiar la vida de muchas personas con amputaciones, ofreciéndoles una mayor independencia y calidad de vida. Con la capacidad de controlar su marcha de manera natural, los pacientes pueden esperar un futuro en el que las limitaciones de las prótesis tradicionales sean cosa del pasado.
Fuente consultada aquí.
[
,
,