(Hospital Nacional-Daniel Alcides Carrión)
El dolor o ardor al orinar, la frecuencia incrementada de esta necesidad, incluso con la vejiga vacía, y la presencia de sangre en la orina son algunos de los síntomas que pueden indicar una infección urinaria. Este tipo de afecciones, que también se manifiestan con presión o malestar en la parte inferior del abdomen, suelen ser provocadas por bacterias. El inicio de un tratamiento es el diagnóstico a través de un urocultivo que identifique el agente causante y permita el uso de un antibiótico específico, ya que una de las principales preocupaciones de los especialistas es evitar contribuir a la llamada “resistencia antimicrobiana” (RAM). Además, si se presenta fiebre, es crucial consultar de inmediato con un médico.
La experiencia de los profesionales en el consultorio indica que, si bien las infecciones urinarias pueden afectar a cualquier persona, son especialmente las mujeres mayores de 50 años quienes las contraen con mayor frecuencia y, en ocasiones, no le dan la importancia suficiente y se automedican con algún antibiótico que previamente les dio resultado.
Especialistas consultados por Infobae señalaron que no es normal presentar “infecciones a repetición”, es decir cuando se tienen 3 o más episodios en 6 meses o 5 infecciones en el año, lo que amerita la consulta a un médico sin dilación.
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La doctora Paula Grinstein, médica uróloga del Centro Argentino de Urología (CAU) y del Servicio de Urología de la Clínica San Camilo de Buenos Aires, detalló que la siguiente sintomatología hace sospechar de la infección urinaria.
- Dolor o ardor al orinar
- Orinar con mayor frecuencia y urgencia que la habitual
- Sentir deseos de orinar y luego ver que la vejiga está vacía
- Presencia de sangre en la orina
- Presión o dolor en la parte inferior del abdomen
“Si bien son síntomas que pueden corresponder a otras condiciones, deberían siempre generar una sospecha de infección urinaria y motivar la consulta médica sin dilaciones”, aclaró la especialista.
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Respecto de los síntomas y el tratamiento posterior, el doctor Norberto Bernardo, médico urólogo, profesor titular de Urología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y Jefe de Urología del Hospital de Clínicas José de San Martín (UBA), además de Director del Centro Argentino de Urología (CAU), amplió: “En el interrogatorio, los pacientes mayoritariamente, pero no exclusivamente, mujeres nos refieren un ardor que es como ‘orinar vidrio’, también que sienten urgencia como que no llegan al baño y luego solo orinan unas pocas gotas. Todos estos son síntomas que ameritan un examen físico y la realización de un cultivo de orina (antibiograma) que nos permite acceder a un panel antibiótico posible para combatir ese germen, sin necesidad de estar probando antibióticos a ciegas”.
El antibiograma es el estudio que revela cuál es el germen que está provocando los síntomas y el nivel de sensibilidad o resistencia antibiótica (RAM) a ese germen en particular. “Sobre la base de esa información también se puede comenzar a diagnosticar la posible causa, porque hay gérmenes que tienen que ver con hábitos de higiene o de alimentación y otros que se asocian, por ejemplo, a una litiasis renal. Diferentes microorganismos podrán asociarse a potenciales patologías diversas”, agregó el doctor Bernardo.
“En la mayoría de los casos son infecciones bacterianas bajas, las llamadas cistitis, y el germen más frecuente es la Escherichia coli, que es una bacteria que forma parte de nuestra flora intestinal. Pero también pueden ser infecciones urinarias altas, en las que está afectada la zona del riñón, y generalmente suman otra sintomatología como fiebre, escalofríos, náuseas o vómitos. Como parte del tratamiento, solemos comenzar con el antibiótico más suave y dejar los más potentes para casos más complejos. Luego, con los resultados del antibiograma, que demoran unos días, mantenemos o ajustamos la medicación”, explicó la doctora Grinstein.
Una de las preocupaciones de los especialistas es la automedicación de los pacientes con infección urinaria, algo que han detectado como bastante habitual. Como se mencionó, esta situación contribuye con la resistencia antimicrobiana que surge cuando “las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos cambian a lo largo del tiempo y dejan de responder a los medicamentos, lo que hace más difícil el tratamiento de las infecciones e incrementa el riesgo de propagación de enfermedades, de aparición de formas graves de enfermedades y de muerte”, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).
(CuídatePlus))
Los especialistas consultados dijeron que los principales factores de riesgo para presentar infecciones urinarias, entre otros, son los siguientes:
- Ser mujer, niño pequeño o adulto mayor
- Haber tenido infecciones anteriormente
- Falta de higiene
- Embarazo
- Presentar problemas estructurales en el aparato urinario, como agrandamiento de la próstata, en varones.
- También es frecuente en personas que, por sus actividades laborales o sociales, deben postergar la ida al baño y retienen orina durante 4, 5 o hasta 6 horas.
Respecto de este último factor de riesgo, la doctora Belén Maza, médica uróloga del CAU, dijo que “por ejemplo, los docentes o los cajeros, solo por citar algunos casos” pueden ser más proclives a contraer infecciones. “Si además no beben agua, producen lo que llamamos ‘orina estancada’, generando un ambiente propicio para que las bacterias tengan más tiempo de proliferar en la vejiga y generar una infección. Por otro lado, retener orina predispone con los años a la incontinencia urinaria, generando así, humedad constante que perpetúa la infección”.
(Imagen Ilustrativa Infobae)
Otra situación bastante común, sobre todo en la mujer, es la normalización de ciertos hábitos miccionales que tarde o temprano pueden terminar causando un daño. “A muchas mujeres no les gusta orinar en un baño público, como el de un bar, y entonces retienen orina por horas, u orinan antes de salir de su casa haciendo fuerza hasta que salga la última gotita, por las dudas. Incluso les dicen a sus hijos pequeños: ‘¿No tenés ganas de hacer pis? No importa, hacé igual antes de salir’; estos hábitos, en el largo plazo, pueden generar complicaciones de diversos tipos, incluyendo un daño en la vejiga que, con el tiempo, es motivo de consulta médica”, consignó la doctora Grinstein.
“La recomendación es tomar abundante agua, sobre todo en las personas proclives a las infecciones urinarias, y no retener ni forzar las micciones, ya que uno de los principales mecanismos de defensa que tiene el cuerpo contra las infecciones urinarias es lo que se denomina ‘por arrastre’, o sea, uno orina y arrastra las bacterias y no les da tiempo de que se repliquen”, dijo el doctor Bernardo.
“Otras estrategias de prevención —agregó— incluyen orinar después de la actividad sexual, para liberar la zona de cualquier posible contaminación bacteriana, ducharse en lugar de tomar un baño de inmersión, y enseñarles a las niñas que estén aprendido a ir al baño a limpiarse desde adelante hacia atrás y no a la inversa, para no acercar a la uretra posibles bacterias intestinales”.
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