La Corte Suprema de Estados Unidos determinó que Donald Trump goza de inmunidad absoluta ante actos de los que no hay duda fueron oficiales durante su mandato y que, por el contrario, esa inmunidad desaparece cuando se trató de actos privados. La cuestión es que el máximo tribunal dejó un área gris con varias instancias en las que será una corte inferior la que decidirá si se trató o no en su momento de actos oficiales y, por consiguiente, cómo avanzará el juicio contra el expresidente por tratar de revertir los resultados de las elecciones del 2020.
Son decisiones sobre puntos específicos y que, de acuerdo con los análisis preliminares tras conocerse el fallo de la Corte Suprema, podrían demorar más allá de las presidenciales del próximo noviembre.
La responsabilidad pasó nuevamente a la sala de la jueza Tanya Chutkan en la Corte Distrital de Washington.
Cuándo retoma el caso lo decidirá ella. Pero en el pasado dijo que, antes de hacerlo, le daría al equipo legal de Trump unos tres meses para preparar su defensa.
“Parece imposible que pueda realizarse un juicio antes de las elecciones (…) Creo que sigue abierta la puerta a que se le puede enjuiciar por muchas de sus fechorías en relación con sus esfuerzos para revertir el resultado legítimo de las elecciones del 2020, pero eso solo puede ocurrir su pierde las elecciones”, dijo al medio Politico el profesor de Derecho Constitucional Edward Foley en Ohio State University.
La Corte Suprema evaluó cuatro instancias del caso que llegó a sus manos. Solo en una de ellas, la mayoría de sus jueces determinó con precisión que Trump goza de “inmunidad absoluta”. Las tres juezas liberales de la Corte Suprema disintieron enérgicamente, como reportamos en esta nota.
Las otras tres regresarán a la jueza Chutkan para que allí se determine si fueron actos oficiales o no y se despeje así la duda de “presunta inmunidad” con la que la Corte Suprema ‘vistió’ esas instancias.
Aquí las repasamos todas.
1. Trump, los llamados ‘electores falsos’ y el Departamento de Justicia
Se alegó que Trump se reunió con el entonces fiscal general y funcionarios de alto nivel del Departamento de Justicia y de la Casa Blanca para pedirles investigar un supuesto fraude (nunca hubo evidencias de ello y ninguna de las decenas de demandas interpuestas por allegados de Trump prosperó). También se alegó que, como el fiscal general se negó al pedido de Trump, el entonces mandatario amenazó con despedirlo.
La Corte Suprema determinó que la Fiscalía no disputó que Trump se hubiese salido de su “autoridad exclusiva como presidente” al tener las reuniones mencionadas arriba y que, como un presidente “no puede ser enjuiciado por conducta dentro de su autoridad exclusiva”, entonces es “absolutamente inmune a ser enjuiciado por la alegada conducta que involucró sus discusiones con funcionarios del Departamento de Justicia”.
2. Trump y la presión a su vicepresidente durante la certificación del resultado electoral
La Fiscalía alega que Trump intentó que Pence usara su rol ceremonial en esa certificación para alterar los resultados electorales. La Corte Suprema dijo que ese día se trató de “conducta oficial” cuando Trump y Pence hablaron de sus responsabilidades oficiales.
También cuando Trump trató de presionar a Pence para que actuara de cierta manera durante su rol en el proceso de certificación de los resultados electorales. Y que por eso Trump es “al menos presuntamente inmune” a ser enjuiciado por esa conducta.
Pero como la Corte Suprema le dio aquí una “presunta inmunidad”, entonces la corte inferior tendrá que decidir si esa “presunta inmunidad” desaparece en esta instancia.
“La Corte Distrital tiene que evaluar si los presuntos intentos de Trump para influir en la supervisión del proceso de certificación que le correspondía al vicepresidente representa cualquier peligro de intrusión a la autoridad y funciones de la rama Ejecutiva”.
3. Trump y sus acercamientos con funcionarios estatales para cambiar los resultados
En este punto entran las conversaciones de Trump con personas fuera del Ejecutivo. Se alega que el entonces presidente se acercó a funcionarios estatales para tratar de convencerlos de que cambiaran algunos votos electorales a su favor. Como no cedieron a su pedido se alega entonces que Trump y sus colaboradores desarrollaron y pusieron en marcha un plan para presentar electores fraudulentos que obstruyeran el proceso de certificación de los resultados de las presidenciales.
Trump esgrime que su conducta cae dentro de lo oficial porque quería garantizar la integridad de las elecciones. La Fiscalía, por el contrario, argumenta que Trump carecía de autoridad para tomar acciones como esas.
Decidir si fue una cosa o la otra también quedará en manos de la sala de la jueza Chutkan, según la Corte Suprema.
“Determinar si esas caracterizaciones (las de Trump y la Fiscalía) pueden ser correctas y en qué conducta recaen, requiere de un análisis de hechos específicos de las alegaciones amplias e interrelacionadas de la imputación. La Corte (Suprema) pide a la Corte Distrital determinar si la conducta de Trump en esta área califica como oficial o no oficial”, se lee en el escrito del máximo tribunal.
4. Trump y sus tuits y comentarios el 6 de enero de 2021
En este punto, la Corte Suprema recordó otro caso en el que se determinó que un presidente tiene “un poder extraordinario para hablar con sus ciudadanos o en nombre de ellos”. Y por eso esgrimió que lo que Trump dijo y escribió públicamente el día del asalto al Capitolio “cómodamente puede caer dentro del perímetro exterior de sus responsabilidades oficiales”.
Pero dejó abierto el análisis a si ese día Trump se comunicó en su “capacidad no oficial, tal vez como candidato a la presidencia o líder de su partido”.
Ahora, la corte inferior deberá evaluar de forma objetiva el “contenido, forma y contexto” de esas comunicaciones para determinar si se trató o no de conducta oficial por parte de Trump.
Corte Suprema dictamina que Trump goza de inmunidad parcial por actos oficiales durante su mandato
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