Reconstrucción microtomográfica de la cabeza y de las extremidades anteriores del tronco (“cuerpo”) del trilobite Protolenus (Hupeolenus) en vista ventral – ARNAUD MAZURIER, IC2MP, UNIV. POITIERS
MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) –
Fósiles de trilobites tridimensionales, notablemente bien conservados en ceniza y que tienen más de 500 millones de años, han sido recogidos en el Alto Atlas de Marruecos.
Estas criaturas del periodo Cámbrico han sido denominadas por los científicos como los ‘trilobites de Pompeya’ por la similitud de ser preservación con la de las víctimas de la histórica erupción del Vesubio.
“He estado estudiando trilobites durante casi 40 años, pero nunca sentí que estaba viendo animales vivos tanto como lo he hecho con estos. He visto mucha anatomía blanda de trilobites, pero es la preservación en 3D aquí lo que es realmente asombroso”, declaró en un comunicado el doctor Greg Edgecombe, un paleontólogo del Natural History Museum.
“Un resultado inesperado de nuestro trabajo es descubrir que la ceniza volcánica en entornos marinos poco profundos podría ser una mina de oro para la preservación excepcional de fósiles”.
Debido a que su exoesqueleto duro y calcificado a menudo está bien preservado en el registro fósil, los trilobites son algunos de los animales marinos fósiles mejor estudiados. Más de 20.000 especies han sido descritas por paleontólogos en los últimos dos siglos.
Sin embargo, hasta ahora, la comprensión científica integral de este grupo fenomenalmente diverso ha sido limitada por la relativa escasez de preservación de tejidos blandos. Debido al hecho de que los trilobites marroquíes estaban encerrados en ceniza caliente en agua de mar, sus cuerpos se fosilizaron muy rápidamente a medida que la ceniza se transformaba en roca y tuvieron un final similar al de los habitantes de Pompeya tras la erupción del Vesubio.
Los moldes de ceniza preservaron cada segmento de sus cuerpos, sus patas e incluso las estructuras similares a pelos que corrían a lo largo de los apéndices. El tracto digestivo de los trilobites también se conservó después de llenarse de ceniza. Incluso las pequeñas “cáscaras de lámpara” unidas al exoesqueleto de los trilobites permanecieron unidas por tallos carnosos como lo estaban en vida.
El autor principal, el profesor Abderrazak El Albani, dice: “Como científico que ha trabajado con fósiles de diferentes edades y lugares, descubrir fósiles en un estado de conservación tan notable dentro de un entorno volcánico fue una experiencia profundamente estimulante para mí.
“Creo que los depósitos piroclásticos deberían convertirse en nuevos objetivos de estudio, dado su potencial excepcional para atrapar y preservar restos biológicos, incluidos tejidos blandos delicados”, añadió.
Utilizando tomografías computarizadas y modelos informáticos de cortes virtuales de rayos X, los investigadores descubrieron que los apéndices encontrados en el borde de la boca tenían bases curvas similares a cucharas, pero eran tan pequeños que no se habían detectado en fósiles menos perfectamente conservados.
De hecho, anteriormente se había pensado que los trilobites tenían tres pares de apéndices en la cabeza detrás de sus largas antenas, pero las dos especies marroquíes de este estudio demostraron que había cuatro pares.
Por primera vez en los trilobites se documentó un lóbulo carnoso que cubre la boca, llamado labrum.
El coautor Harry Berks, de la Universidad de Bristol, agregó: “Los resultados revelaron con exquisito detalle una agrupación de pares de patas especializadas alrededor de la boca, lo que nos dio una imagen más clara de cómo se alimentaban los trilobites. Se descubrió que los apéndices de la cabeza y el cuerpo tenían una batería de espinas densas orientadas hacia adentro, como las de los cangrejos herradura actuales”.
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