“Pero ¿dónde vas con un portero georgiano?”, le contestaban al agente Antonio López cuando empezó a ofrecer a Giorgi Mamardashvili (Tbilisi, 2000) en 2021. Ahora el portero del Valencia es la sensación de la Eurocopa y el muro que tiene que derribar España en octavos de final. Lo dicen los números fríos. Sus 21 paradas superan con diferencia a las de Nita (Rumanía) y Strakosha (Albania), ambos con 13. Y también los ‘datos calientes’, ya que pulveriza la estadística de goles esperados posteriores al tiro (PSxG). Según esta métrica de calidad es el portero que ha evitado más ‘goles seguros’ (3,5), en tres partidos.
Hijo de David Mamardashvili, exportero y entrenador de porteros en el modesto FC Gagra, el guardameta del Valencia tomó hace tres años una arriesgada decisión para dar el salto a España que lo ha terminado encumbrando. El gigante georgiano (mide 1,97 y pesa 90 kilos) aceptó firmar por el filial del Valencia -que estaba en 3ª RFEF– en junio de 2021 cuando ya era internacional Sub21 con su país y había disputado tres rondas previas de la Europa League un año atrás. Fue en uno de esos partidos de competición europea ante el Granada, donde el intermediario se convenció de que podía traerlo a España. Había dudas en el grupo de wassap ‘Ofrecimientos Sub-23‘ que compartían varios técnicos de la cantera. Siendo jugador del Dinamo Tbilisi, había encadenado tres cesiones al Metalurgi Rustavi -elegido mejor portero de Georgia en 2020– y al Lokomotiv Tbilisi.
El Valencia pagó 50.000 euros por la cesión y se guardó una opción de compra de 800.000 -que se alargó mucho porque arrancó en 300.000– y lo anunció como refuerzo para el segundo equipo. Pero nunca llegó a entrenarse a las órdenes de Angulo. Después de terminar la liga en Georgia, se incorporó a la pretemporada del primer equipo con Bordalás y fue titular en el primer amistoso por las lesiones de Cillessen y Jaume Doménech. Hizo un partidazo y Ochotorena, preparador de porteros, confirmó las sensaciones de los entrenamientos: “Hay que pulirlo, pero es portero de Primera división”.
Debut prematuro en la Liga con Bordalás
Su debut en la Liga fue un encuentro de resistencia heroica en Mestalla, con paradas salvadoras de todos los colores, después de una expulsión de Guillamón en el minuto 1. Después de varios partidos a muy buen nivel en la máxima categoría, Bordalás lo castigó tras un mal partido en Sevilla (3-0). Pero en el club ya no había dudas de que no era un riesgo ejercer la opción de compra por el guardameta, que se ejecutó a finales de ese mismo año, con una cláusula progresiva de 20 millones, que se quedó corta pocos meses después. De hecho, el Valencia terminó blindando al jugador con 100 millones de cláusula y un contrato hasta 2027.
En estas tres temporadas en el Valencia, Mamardashvili es un portero mucho más completo. A su colocación y reflejos bajo palos ha añadido mejoras en los balones aéreos -una cuestión técnica que no depende de la envergadura del meta- y su destreza en los penaltis, porque también es muy hábil atajando balones rasos a pesar de medir casi dos metros. Esta temporada ha parado tres de los seis que le han lanzado en la Liga. Y esta habilidad también le llevó a convertirse en jugador clave para que Georgia esté siendo ahora una de las revelaciones. Los cruzados se clasificaron en una agónica repesca contra Grecia. Se quedó con diez futbolistas antes del descanso y perdió por lesión a Kvaratskhelia en la prórroga. Pero detuvo un penalti de la tanda y forzó el error en el siguiente.
En esta Eurocopa ha dejado una portería a cero (Portugal) y fue elegido MVP del partido ante la República Checa (11 paradas en un encuentro). Los porteros con más paradas en un partido de fase de grupos de una Eurocopa han sido: Aleksandrs Kolinko (12 paradas en 2004), Francesco Toldo (11 en 2000), Shay Given (11 en 2012) y Giorgi Mamardashvili (11 en 2024).
Mamardashvili lleva meses con el cartel de ‘se vende’ en el Valencia, después de que el Valencia se negara a traspasarlo por 35 millones el curso pasado al Bayern, según desveló el propio portero. Después de una campaña con 13 porterías a cero y con actuaciones sobresalientes muchos equipos se habían fijado el georgiano. “Me gustaría quedarme, pero no depende de mí”, dijo Mamardashvili tras el último partido en Mestalla. Es verdad que el club -y su máximo accionista, Peter Lim– entiende que una oferta superior a los 40 millones de euros sería irrechazable, aunque su nivel en la Euro puede aumentar esa tasación. Por eso, el Valencia incorporó a Dimitrievski antes de que empezara la Eurocopa y ha dejado que el jugador termine de ponerse en el escaparate -el del club de Mestalla, sin competición europea, se ve mucho menos- ante ojeadores, directores deportivos y gran público. “Mi futuro está claro y se resolverá pronto”, dijo en una entrevista en su país tras acabar la temporada. De momento, está haciendo vibrar a un país de menos de 4 millones de habitantes y 33 años de historia.
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