Las medidas migratorias anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hace tres semanas han reducido de manera dramática el flujo de personas a través de la frontera sur -límite con México-.
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De acuerdo con nuevas estadísticas presentadas por el Departamento para la Seguridad Interna (o DHS por su sigla en inglés), los encuentros (detenciones) con inmigrantes se han reducido en 40 por ciento durante este período.
Según las estadísticas, de 3.800 arrestos que se estaban presentado a diario antes de esa fecha, en esta última semana se llegó a unos 2.400 promedio.
Según el DHS, gracias a esas políticas se han expulsado o repatriado a personas de más de 20 países durante este período. Muchos de ellos a través de los más de 100 vuelos internacionales entre los que figura Colombia.
La orden ejecutiva de Biden -firmada a inicios de junio- establece un cierre de frontera cuando las detenciones diarias superen las 2.500 personas. A partir de ese momento, toda persona que sea detenida y no pueda demostrar un caso de persecución que amerite el asilo (según estándares cada vez más rigurosos) será deportada de manera casi automática y no podrá volver a Estados Unidos en 5 años.
La norma volverá a relajarse una vez las detenciones promedian las 1.500 personas durante un periodo de una semana.
¿Cómo funciona la nueva política migratoria de Estados Unidos en la frontera con México?
El DHS anota que la nueva cifra de detenciones es las más baja que se registra desde enero del 2021, cuando Biden asumió la presidencia. Pese a ello, aún está por encima del promedio esperado (1.500) y, por lo tanto, las restricciones seguirán vigentes de momento.
El declive de arrestos o detenciones en estas tres semanas coincide con una reducción más generalizada que se viene presentado desde marzo de este año y que, en parte, se atribuye a un esfuerzo del gobierno mexicano por atajar el flujo en su territorio y antes de llegar a la frontera con Estados Unidos
Esa cifra pasó de unas 275.000 personas en promedio el año pasado (durante los meses de marzo, abril y mayo) a unas 245.000 este año en el mismo periodo.
El DHS anota en un comunicado que los resultados son aún preliminares y no reemplazan la inacción del Congreso de Estados Unidos que sigue sin aprobar una ley que les dé autoridad y recursos para ejercer un control más estricto en la frontera.
Las cifras de deportados desde Estados Unidos.
Según el DHS, gracias a esas políticas se han expulsado o repatriado a personas de más de 20 países durante este período. Muchos de ellos a través de los más de 100 vuelos internacionales entre los que figura Colombia.
Fuentes consultadas por este diario sostienen que solo en el caso de connacionales se han venido deportado a unas 5.000 personas mensuales en promedio y los números estarían creciendo.
Otras fuentes sostienen que desde que Estados Unidos elevó el criterio para conceder asilos, la tasa de rechazos se ha incrementado. De hecho, dice el DHS, en estas tres semanas han duplicado el número de personas deportadas y han reducido en un 65 por ciento la cifra de individuos que eran liberados en territorio de Estados Unidos mientras sus casos avanzaban en las cortes migratorias.
Expertos en el tema advierten, eso si, que la reducción de estas tres semanas podría simplemente indicar que los migrantes están siendo más cautelosos, usando otras rutas, o a la espera de que las medidas de Biden sean demandas ante las cortes por contravenir las leyes actuales.
Bajo las normas estadounidenses, el país está obligado a procesar todos los casos de personas que lleguen a sus fronteras pidiendo asilo. Algo que incluye acceso a abogados, cortes y otros recursos jurídicos. Pero como sucedió durante la pandemia cuando se decretó una emergencia en salud pública para cerrar la frontera, Biden está apelando ahora a una crisis de personal y recursos que impide procesar los casos en su debido momento.
La noticia del DHS, por supuesto, beneficia políticamente a Biden, pues la crisis en la frontera es un talón de Aquiles para la actual campaña electoral y le permite llegar al debate de este jueves con Donald Trump armado de estadísticas que sugieren una mejor situación.
En su anunció, el DHS también menciona toda una serie de medias que se vienen tomando en la frontera para evitar que puedan entrar al país personas con pasado criminal o miembros de pandillas. Y cita, de manera específica, el caso del Tren de Aragua, la organización que tiene su origen en cárceles venezolanas pero que se ha expandido por todo el continente.
“Por ejemplo, el DHS ha implementado medidas de control mejoradas en la frontera para identificar a pandilleros conocidos o sospechosos, incluidos miembros de la pandilla venezolana Tren de Aragua. Las personas que se confirme que son miembros de pandillas deben ser remitidas para un proceso penal o detenidas y colocadas en un proceso de expulsión acelerado”, dice el documento.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
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