Los controladores de tierra de la NASA utilizaron el brazo robótico de la Estación Espacial Internacional para liberar un palé de carga que contenía baterías envejecidas en marzo de 2021. Lanzaron al espacio unos 2.600 kilos de basura espacial. Tres años después, el pasado 8 de marzo, un objeto procedente de esa carga atravesó el techo y el suelo de la casa de Alejandro Otero en Naples (Florida). Ahora, sus abogados han presentado una reclamación contra la NASA, que califican de histórica, para recibir una indemnización. Aseguran que se trata de la primera iniciativa de ese tipo y que puede sentar un precedente ante futuros casos.

Los especialistas de la NASA utilizan modelos de ingeniería para estimar cómo se calientan y rompen los objetos durante la reentrada atmosférica, pero esa pieza llegó hasta la superficie de la Tierra. Se trataba de un objeto cilíndrico de la aleación metálica Inconel, con unos 10 centímetros de alto y 4 centímetros de diámetro, de unos 700 gramos de peso. Tras analizarlo, la NASA confirmó que el objeto procedía de su equipo de soporte de vuelo utilizado para montar las baterías en la paleta de carga de la Estación Espacial Internacional y anunció una investigación detallada del lanzamiento y la reentrada para determinar la causa de la supervivencia de los restos y actualizar sus modelos si es necesario. Esos modelos requieren parámetros de entrada detallados y se actualizan periódicamente cuando se descubre que los restos han sobrevivido a la reentrada atmosférica.

Los Otero contrataron a la abogada Mica Nguyen Worthy, de la firma dea abogados Cranfill Sumner, con sede en Charlotte (Carolina del Norte), para gestionar el proceso legal y de seguros y presentar una reclamación formal contra la NASA. La familia reclama pérdidas por daños materiales no asegurados, compensaciones por interrupción de la actividad empresarial, indemnizaciones por angustia emocional/mental y los costes de asistencia de terceros necesarios en el proceso. La firma no ha publicado la cifra solicitada, que medios locales cifran en más de 80.000 dólares (unos 75.000 euros). Además, la aseguradora del propietario de la vivienda de los Otero presentó una reclamación simultánea por los daños materiales en los que se había subrogado.

“La basura espacial es un problema real y grave debido al aumento del tráfico espacial en los últimos años”, subrayó Worthy en el comunicado del bufete de abogados en que anunció su reclamación, que califica de “histórica” y que asegura servirá para sentar las bases jurídicas en este campo. “Mis clientes buscan una indemnización adecuada para compensar el estrés y el impacto que este suceso ha tenido en sus vidas. Están agradecidos de que nadie sufriera lesiones físicas por este incidente, pero una situación de ‘casi accidente’ como esta podría haber sido catastrófica. Si los escombros hubieran golpeado unos metros en otra dirección, podría haber habido heridos graves o una víctima mortal”, añade en el comunicado.

Diferencias internacionales

Worthy ha presentado la reclamación en virtud de la Ley Federal de Reclamaciones por Agravios (FTCA) para articular plenamente una reclamación por negligencia en nombre de sus clientes. La NASA tiene seis meses para responder. Sin embargo, la abogada considera que los ciudadanos de Estados Unidos no deberían tener que presentar una reclamación en virtud de una teoría jurídica de negligencia cuando el Gobierno se ha comprometido a ser “absolutamente responsable” en virtud de los tratados internacionales por los daños a personas o bienes en la superficie de la Tierra causados por sus objetos espaciales.

“Si el incidente hubiera ocurrido en el extranjero, y alguien en otro país hubiera resultado dañado por los mismos desechos espaciales que en el caso de los Oteros, Estados Unidos habría sido absolutamente responsable de pagar por esos daños en virtud del Convenio sobre Responsabilidad Internacional por Daños Causados por Objetos Espaciales también conocido como el ‘Convenio de Responsabilidad Espacial”. Hemos pedido a la NASA que no aplique una norma diferente a los ciudadanos o residentes estadounidenses, sino que se ocupe de los Oteros y los indemnice”, indica Worthy en el comunicado.

La abogada cree que la NASA tiene la oportunidad de sentar un precedente asumiendo su responsabilidad. “Si la NASA adoptara la posición de que las reclamaciones de los Oteros deben ser pagadas en su totalidad, enviaría una fuerte señal tanto a otros gobiernos como al sector privado de que tales víctimas deben ser compensadas independientemente de la culpa”, señala.

Un basurero espacial

La órbita baja terrestre es un depósito de chatarra espacial. Hay millones de piezas de basura espacial volando en ella a toda velocidad en el espacio. La mayor parte de la basura orbital está formada por objetos generados por el hombre, como trozos de naves espaciales, pequeñas motas de pintura de una nave espacial, partes de cohetes, satélites que ya no funcionan o explosiones de objetos en órbita que vuelan por el espacio a gran velocidad, según la NASA.

La mayor parte de la basura espacial se mueve muy rápido y puede alcanzar velocidades de 29.000 kilómetros por hora, casi siete veces más rápido que una bala. Debido a la velocidad y al volumen de la basura espacial, los servicios, exploraciones y operaciones espaciales actuales y futuros suponen un riesgo para la seguridad de las personas y los bienes en el espacio y en la Tierra, según reconoce la propia agencia espacial estadounidense.

No existen leyes espaciales internacionales para limpiar esos desechos en órbita y es caro retirarlos. La Agencia Espacial Europea (ESA) calcula que actualmente hay más de un millón de fragmentos de basura espacial de más de un centímetro en la órbita terrestre y 130 millones de más de 1 milímetro y menos de un centímetro. Cada uno de esos objetos, especialmente los de mayor tamaño, es capaz de causar daños catastróficos a los activos espaciales. La ESA asegura que si no se toman medidas rápidas y de calado para mejorar la sostenibilidad de las actividades espaciales, el crecimiento exponencial de esta población de desechos supondrá un peligro cada vez mayor para los satélites y los astronautas y podría inutilizar por completo algunas órbitas.

Doce países europeos (Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovaquia, Estonia, Lituania, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumanía y Suecia) firmaron recientemente la Carta de Basura Cero en el Consejo Espacial de la ESA/UE, que pretende conseguir la neutralidad de la basura en el espacio para 2030. Es una inciativa que se dio a conocer en la reunión de la Cumbre Espacial de la ESA en Sevilla en noviembre de 2023.

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By Diario

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