Primer debate televisado en la breve campaña electoral en la que se encuentra inmersa Francia, a sólo unos días de la primera vuelta de las elecciones legislativas. La noche del martes el todavía primer ministro francés, Gabriel Attal, el eurodiputado y presidente del partido Agrupación Nacional (AN) Jordan Bardella, y el coordinador de Francia Insumisa, Manuel Bompard –que representó al Nuevo Frente Popular– tuvieron la ocasión de defender sus programas en el plató de TF1. Un debate de casi dos horas, en el que las medidas contra la inmigración que propone el partido de Marine Le Pen provocaron los momentos de mayor tensión y en el que la actualidad internacional estuvo ausente.

El poder adquisitivo marcó gran parte de la noche. Para el alegato inicial se pidió a los tres participantes que mostraran una imagen representativa del proyecto de sus partidos para Francia. Gabriel Attal eligió la foto de un aula escolar, Manuel Bompard de una oficina de empleo, mientras que Jordan Bardella eligió la imagen de una factura de electricidad. “Hoy en día, abrir las facturas o el correo es fuente de angustia para millones de franceses que ya no pueden vivir de su trabajo”, afirmó.

Preguntado por el coste de la reducción del IVA sobre los carburantes y la energía, una de las principales medidas de la AN en este sentido, a pesar de que la legislación europea no permite que el IVA sobre los carburantes baje del 15%, Jordan Bardella estimó el coste en 12.000 millones de euros en un año completo, 7.000 millones para finales de este 2024. “Una opción presupuestaria que asumimos”, argumentó, Bardella precisó que pensaba financiar el coste aumentando ciertos impuestos, como el de los armadores y reduciendo la contribución de Francia a la Unión Europea. Bardella citó como ejemplo a España como país que había bajado el IVA (en los productos de primera necesidad).

“Usted nos habla de la bajada [del IVA de] los productos de primera necesidad en España, cuando se está demostrado que no ha tenido ningún impacto en el poder adquisitivo”, respondió Gabriel Attal. El primer ministro defendió el balance de los gobiernos de Emmanuel Macron en materia de reducción del paro, como primer elemento para proteger el poder adquisitivo de los franceses. “Formamos parte de una generación que creció escuchando que el paro masivo era inevitable, que nunca saldríamos del 10% de desempleo; ya estamos a medio camino del pleno empleo, con un 7,5% de paro”, aseguró.

Manuel Bompard, por su parte, defendió el aumento del salario mínimo a 1.600 euros netos propuesto por el Nuevo Frente Popular (coalición de partidos de izquierda). “Los franceses han sufrido la mayor caída del poder adquisitivo en 40 años”, afirmó el diputado, que también recordó que la coalición propone la derogación de la última reforma de las pensiones y el avance hacia la vuelta a la jubilación a los 60 años, tras 40 años cotizados.

En este punto, Bardella –que ha cambiado varias veces de posición– propone ahora una nueva reforma, aunque descarta la derogación completa. Afirmó querer dar prioridad a los trabajadores de larga carrera, “los que empezaron a trabajar antes de los 60 años” y avanzar hacia una jubilación “en torno a los 62 años”. En materia fiscal, Bardella anunció además su intención de exonerar el impuesto de los menores de 30 años, una frase que provocó la reacción inmediata de Gabriel Attal. “¿Quién paga, en su modelo, si no se pagan impuestos hasta los 30 años y dejamos de trabajar a los 60?”.

Bardella atacó además el programa económico del Nuevo Frente Popular afirmando que se trataba de un “peligro a las puertas del poder: si mañana la coalición [de izquierdas] gana las legislativas, serán los franceses que trabajan los que se encontrarán en situación de fragilidad”. Una estrategia para intentar ganar credibilidad en sus propuestas económicas -criticadas de manera unánime por los analistas económicos-, tratando de incidir en las medidas sociales de la alianza de la izquierda que pueden inquietar a los círculos financieros, como la congelación de los alquileres que, según Bardella provocará una “escasez de oferta inmobiliaria”. “Hay muchos economistas que han apoyado esta semana el programa del NFP, pero no he escuchado a ni uno solo que apoye el programa de su partido”, replicó Bompard.

Veto a las personas con doble nacionalidad

Por otro lado, el protegido de Marine Le Pen defendió las propuestas de la extrema derecha en materia de inmigración, como la eliminación del derecho de suelo (por el que una persona obtiene la nacionalidad si ha nacido en el país), alegando que “no tiene sentido en un mundo de 8.000 millones de habitantes” y refiriéndose al continente africano como una “bomba demográfica”. También expresó su voluntad de que “los inmigrantes ilegales dejen de tener derecho a asistencia sanitaria gratuita”.

Palabras que provocaron la reacción de Manuel Bompard. “Mire usted, hay 19 millones de franceses que tienen un antepasado extranjero. Eso es uno de cada cuatro franceses”, señaló. Asimismo, Bompard señaló a Bardella que parte de su familia es originaria de Italia. “Cuando sus antepasados llegaron a Francia, creo que sus predecesores políticos decían precisamente lo mismo que usted dice hoy”, dijo Bompard, “que los italianos o los españoles no podían integrarse en Francia”.

Otra proposición de la extrema derecha también creó polémica: la de vetar de ciertos puestos de la administración a personas con doble nacionalidad. “¿Quiere usted que tengamos a un franco-ruso al frente de una central nuclear?”, interrogó Bardella a Attal. El primer ministro respondió nombrando a Tamara Volokhova, consejera del partido de Le Pen en Europa, que es, precisamente, franco-rusa y que accede a la información sensible en materia internacional, señalando la incoherencia del partido de extrema derecha. “Hay 3,5 millones de franceses estigmatizados por su propuesta”, añadió Attal.

La sombra de Jean-Luc Mélenchon

Antes de la cita del martes, Bardella y Attal habían reclamado la presencia de Jean-Luc Mélenchon en lugar de Bompard, argumentando que Mélenchon es el verdadero candidato a ocupar el puesto de primer ministro en caso de que el Nuevo Frente Popular (coalición de partidos de izquierda) gane las elecciones. Una forma de hacer presión sobre las posibles divisiones de las formaciones progresistas. En los últimos días Mélenchon se había propuesto como posible candidato a la jefatura de Gobierno en caso de una mayoría progresista en la Asamblea, unas declaraciones que despertaron el rechazo del resto de formaciones e incluso algunos compañeros de partido en Francia Insumisa.

El lunes el propio Mélenchon había salido al paso de estas críticas señalando en X que el potencial primer ministro de la izquierda “será propuesto por el mayor grupo parlamentario en consulta, DESPUÉS de las elecciones”. De momento, en el segundo debate televisivo, previsto para el jueves por la noche, será el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, quien coincida con Attal y Bardella. En cuanto a la derecha gaullista de Los Republicanos, emitieron una protesta ante el Consejo de Estado, al haber sido excluidos de la cita.

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By Diario

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