Julian Assange es un hombre libre. Abordó un avión y dejó el Reino Unido sin esposas y sin custodia policial. El fundador de WikiLeaks alcanzó un acuerdo de culpabilidad con la justicia de Estados Unidos que le permite quedar en libertad después de cinco años de sufrimiento en una cárcel británica de máxima seguridad. Perseguido por las autoridades estadounidenses por revelar miles de documentos confidenciales, Assange ahora deberá comparecer ante un tribunal federal en las Islas Marianas, territorio estadounidense en el Pacífico, donde se declarará culpable de “conspiración para obtener y revelar información relativa a la defensa nacional”.  El jefe editor de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, adelantó a Página/12 que luego Assange viajará a Australia para reencontrarse con su familia.

La primicia fue revelada por WikiLeaks a través de su cuenta en la red social X: “Julian Assange está libre. Abandonó la carcel de máxima seguridad de Belmarsh en la mañana del 24 de junio, tras haber pasado allí 1.901 días. El Tribunal Superior de Londres le otorgó la libertad bajo fianza y fue puesto en libertad en el aeropuerto de Stansted por la tarde, donde embarcó en un avión y partió del Reino Unido”. El comunicado agrega que “después de pasar más de cinco años en una celda de 2×3 metros, aislado 23 horas al día, pronto se reunirá con su esposa Stella Assange y sus hijos, que sólo conocieron a su padre tras las rejas”.

Según el acuerdo alcanzado con el Departamento de Justicia, Assange, de 52 años y nacionalidad australiana, se declarará culpable de un solo cargo por conspirar para obtener y difundir ilegalmente información clasificada.Esta declaración de culpabilidad la realizará el propio Assange en una comparecencia prevista para el miércoles a las nueve horas locales en un tribunal de las Islas Marianas, según una carta del Departamento de Justicia presentada ante el juzgado. 

La vista se celebra en ese lugar debido a la oposición de Assange a viajar al territorio continental de Estados Unidos y a la cercanía del tribunal con Australia. Según el acuerdo judicial Assange solo será sentenciado a 62 meses de prisión, equivalentes al tiempo que pasó tras las rejas en Belmarsh. La defensa del fundador de WikiLeaks no dio mayores detalles del arreglo para respetar el acuerdo de confidencialidad con la justicia. Hasta el lunes Assange estaba detenido en el Reino Unido a la espera de que se resolviera un pedido de extradición de Estados Unidos.

El acuerdo con el Departamento de Justicia no es algo inesperado. El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, había pedido en varias ocasiones a Estados Unidos que concluyera el caso. En abril el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que lo estaba considerando. Organizaciones que defienden la libertad de prensa llevan años pidiendo la liberación de Assange y su esposa, Stella, lideró una campaña en su defensa de la que participaron varios personajes famosos y políticos.

El hombre que hizo temblar a los poderosos

Assange creó en 2006 un medio de comunicación sin fines de lucro al que llamó WikiLeaks. Allí publicó más de 10 millones de documentos clasificados proporcionados por fuentes anónimas. Estados Unidos se encontró de pronto con un medio que revelaba los más oscuros secretos filtrados desde el Pentágono sobre sus operaciones en Irak y Afganistán y sobre su manejo de la cárcel de Guantánamo, además de correspondencia confidencial del gobierno y sus embajadas en todo el mundo.

En 2010 Assange fue designado por los lectores de la revista Time como personaje del año y el semanario Newsweek lo definió en 2012 como uno de los personajes más revolucionarios. Precisamente en 2010, cuando WikiLeaks alcanzó su mayor popularidad con sus filtraciones explosivas, Suecia reclamó la detención de Assange por dos acusaciones, una por la violación de una mujer y otra por acoso sexual, durante una visita a Estocolmo para dar una conferencia. Esos cargos serían abandonados con el tiempo.

Assange negó la veracidad de ambas acusaciones, pero tuvo que purgar un arresto domiciliario en la casa rural inglesa de un amigo y colega, hasta que en mayo de 2012 el Tribunal Superior de Londres accedió a su extradición a Suecia. En junio, ante el acoso al que estaba siendo sometido y para evitar su extradición, Assange se refugió en la embajada de Ecuador en Londres, donde estuvo siete años durante el gobierno de Rafael Correa.

Con la llegada al poder de Lenin Moreno, Ecuador dejó de darle asilo a Assange. Fue detenido por las autoridades británicas el 11 de abril de 2019. En septiembre de 2021 una investigación de Yahoo News denunció que la CIA planeaba secuestrar o incluso matar a Assange en la embajada. Esa denuncia fue confirmada a Página/12 por Kristinn Hrafnsson, quien sostuvo que “la investigación de Yahoo News no fue desmentida por nadie y fue incluso confirmada por el exdirector de la CIA, Mike Pompeo”.

El 23 de mayo de 2019 la justicia estadounidense, que ya lo acusaba de “piratería informática”, lo acusó por otros 17 cargos en virtud de las leyes antiespionaje. Assange se exponía a hasta 175 años de cárcel. El 24 de febrero de 2020 la justicia británica empezó a examinar la solicitud de extradición estadounidense, que fue postergada debido a la pandemia de covid-19. La esposa de Assange, la abogada Stella Morris, advirtió que entregarlo a Estados Unidos desembocaría en una “pena de muerte”.

El 4 de enero de 2021 la jueza británica Vanessa Baraitser rechazó la solicitud estadounidense, considerando que las condiciones de encarcelamiento en ese país podían conllevar un riesgo de suicidio. La justicia británica decidió mantenerlo tras las rejas. En diciembre de ese año el Tribunal Superior de Londres anuló el rechazo a la extradición al considerar que Estados Unidos había brindado garantías sobre el trato que le sería brindado al fundador de WikiLeaks.

El 26 de marzo de este año los jueces británicos pidieron a las autoridades estadounidenses que garanticen que Assange podría acogerse a la Primera Enmienda de la Constitución, que protege la libertad de expresión, y que no sería condenado a la pena de muerte. Pero las garantías presentadas por Estados Unidos en el primero de los puntos no lograron convencer a los magistrados del Tribunal Superior londinense.

El 9 y el 10 de julio se esperaba examinar el recurso de Assange contra su extradición hacia Estados Unidos, pero el acuerdo conocido en las últimas horas puso fin a una tormentosa novela que duró casi 14 años. Assange defendió en todo momento que las informaciones reveladas en 2010 sirvieron para dar a conocer crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos. 

En las distintas etapas del juicio los familiares de Assange alertaron sobre el deterioro de su salud. Un año y medio atrás Hrafnsson reconoció a este diario: “Belmarsh es un lugar horrible para una persona del calibre de Julian y para cualquiera. Está perdiendo peso y temo por su vida. Es una presión horrible”. Su defensa también se cansó de advertir en las diferentes vistas sobre un riesgo de suicidio en caso de extradición.

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By Diario

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