Del “quiero una selección fuerte” al “si esto es a los golpes, así será”: las frases que grafican a Fossati y la ‘garra charrúa’ que hay en la Bicolor

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“Si eso es a los golpes, será a los golpes. No vamos a rehuir”, lanzó Jorge Fossati en conferencia de prensa en la previa del decisivo encuentro al ser consultado sobre el juego fuerte de los norteamericanos en su debut ante Argentina (caída por 3-0). Messi, por ejemplo, lo sufrió: recibió una patada en el segundo tiempo que lo dejó tendido en el campo.

Fossati, 71 años sobre su espalda, dos décadas como entrenador y otras dos más como futbolista, tiene la experiencia necesaria para saber que este segundo cotejo es una final para ambos. Y se jugará como tal: con pierna fuerte y el cuchillo entre los dientes. Él, uruguayo de nacimiento (Tacuarembó, 1952), lleva en sus venas esa garra charrúa que le quiere imponer a la Bicolor.

“El fútbol tiene sus reglas y hay que cumplirlas. Hay un par de situaciones que la vieron todos y se comentan hasta hoy. Fueron infracciones con exceso de fuerza y poniendo en peligro el físico del rival. Eso jamás se lo pediré a mis jugadores. Sí me preocupa que sean permisivos con la violencia”, añadió como intentando calmar las aguas, pero la advertencia ya estaba dicha.

A este Perú al que no le sobra juego ni calidad individual, Fossati ha decidido mejorarla desde el aspecto físico y sacrificio colectivo. Es decir: la famosa ‘garra charrúa’, el sello que llevan impregnados aquellos que nacen en el país oriental y que se está trasladando a la Videna de San Luis. “En el segundo tiempo pasamos por encima a Chile”, analizó Sergio Peña, uno de los que mejor jugó la segunda parte del duelo ante los sureños, batallando y corriendo sin balón, asociándose y siendo el conductor con la pelota en los pies.

La selección de Fossati, con el 3-5-2 que pretende ser un equipo corto y equiparado, tiene como líder defensivo a Carlos Zambrano, el ‘Kaiser’, central de corte rústico que sabe jugar al límite entre lo rudo y lo violento. A su costado derecho, Miguel Araujo, stopper con personalidad para tirarse de cara si es necesario. Y al otro lado, Alexander Callens, tan rápido para anticipar como fuerte para poner el cuerpo. Y delante de ellos, Wilder Cartagena, en ‘6′ de marca, entrega y sacrificio. Ellos, junto a Pedro Gallese, son los cinco elementos que el seleccionador ha encontrado para armar su base en esta Copa América. Todos con una característica particular: están dispuestos a dejar la vida por los colores blanquirrojos.

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“Quiero una selección fuerte”

Lunes 29 de abril. La sala de prensa de la Videna de San Luis se ve abordada por la presencia de incontables periodistas que aguardan la sorpresiva conferencia de prensa de Jorge Fossati. No era para anunciar convocados ni mucho menos. “Trataré de hacer conferencias cada mes para informar cómo vamos”, empezó diciendo el técnico que trata de tener una buena relación con el periodismo nacional. Hace unos días, en Estados Unidos, se acercó a los enviados especiales para comentarles que hablará con ellos en exclusiva un día antes de la rueda de prensa de cara al debut con Chile en la que, por obvias razones, asisten los medios que deseen.

Aquel día, Fossati señaló qué es lo que esperaba de la selección peruana que hasta ese momento solo había disputado dos amistosos, ambas con victoria (2-0 vs. Nicaragua y 4-1 vs. República Dominicana): “Que sea fuerte y competitivo, y creo en la capacidad del futbolista peruano para lograrlo. Sabemos que es complicado y difícil, pero confiamos plenamente en la capacidad del equipo”.

Y tiró una frase casi similar al “si esto es a los golpes, será a los golpes”: “Esto (la selección peruana) se defiende con el alma o simplemente te quedas en tu casa”.

Ese es el nuevo chip instaurado en el seleccionado nacional, además, claro, del trabajo de alto nivel que hay detrás. Pueden generar polémicas algunos llamados, pero lo que no se negocia en la era Fossati es el compromiso y sacrificio por representar a un país. Esa cultura uruguaya que el profesor busca reflejar en sus dirigidos.