Jaime Lozano está obligado a darle la lectura adecuada al triunfo ante Jamaica en el debut en la Copa América, pues la Selección Mexicana simplemente cumplió ante un rival limitado.
México celebró la victoria ante Jamaica como si se tratara de una gesta de dimensiones gigantescas. Se ganó, el equipo cumplió y nada más. Nada más.
Más allá de que se quiera vender al rival del Tricolor como una selección que ha crecido, que tiene a futbolistas que militan en la Premier League y la Segunda División de Inglaterra, lo cierto es que se trata de un conjunto limitado que basa su fortaleza en la velocidad, y que físicamente se desplomó en el segundo tiempo.
La Selección Mexicana tuvo una primera mitad aceptable en la que adoleció de contundencia —nada nuevo— y en la que perdió a su mejor futbolista, Edson Álvarez. Sin embargo, Luis Romo ingresó y tuvo un desempeño destacado llenando los zapatos del capitán, y a la postre fue partícipe en el gol de la victoria.
Tal como se esperaba, el Tri sufrió con la velocidad de los jamaicanos, pero en las acciones aéreas esta vez no hubo gran peligro, en gran medida gracias al guardameta Julio González que suele jugar adelantado para cortar los centros.
México tuvo una buena dosis de fortuna luego de que Jorge Sánchez y Johan Vásquez hicieron de las suyas y fallaron en el gol que concretó Antonio, mismo que se anuló tras revisión en el VAR por un claro fuera de juego.
En esos primeros minutos del complemento los hombres de Jaime Lozano vivieron sus momentos más críticos ante el asedio de los caribeños y la incapacidad de tomar el balón para bajarle las pulsaciones al encuentro.
Sin embargo, tras soportar el temporal y valiéndose de la merma física de Jamaica, finalmente se impuso la mayor calidad del equipo mexicano, misma que Gerardo Arteaga selló con un zurdazo impecable. Dicho sea de paso, el Tri por fin tiene a un lateral izquierdo nominal que pinta para recorrer dicha parcela durante varios años.
Lo importante vendrá en los próximos días en los que Jaime Lozano está obligado a darle la lectura adecuada a la victoria ante Jamaica. Era una obligación arrancar con triunfo ante el rival más débil del grupo, así que no hay nada que festejar ni mucho menos pavonearse. Le ganaron a un equipo que no existe en el plano internacional, ni más ni menos.
Así que futbolistas como Jorge Sánchez, de pobre desempeño ante los caribeños, bien harían en cerrar la boca y apagar la fiesta porque se ganaron sólo tres puntos y nada más. Ante Jamaica, no hay que perderlo de vista.
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