Sotomayor, junto a las juezas Elena Kagan y Katanji Brown Jackson, consideraron que el fallo era amplio en cuanto al matrimonio y limitado en cuanto al procedimiento, citando escritos de apoyo de exfuncionarios consulares que demostraban que las decisiones consulares “a menudo se basan en estereotipos o tropos… incluso prejuicios o mala fe”.
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