Hay una incomodidad especial reservada para ladrar comandos de voz a tu teléfono en público. Si bien estos asistentes de inteligencia artificial (IA) son convenientes en casa, la idea de usarlos en la calle le produce escalofríos a muchas personas. Esta lucha interna es una preocupación creciente para los usuarios. Los gigantes tecnológicos como Apple parecen convencidos de que todos queremos vivir en un mundo donde conversemos con nuestros dispositivos como Samantha en la película Her. Pero la realidad es que la mayoría de la gente rara vez usa asistentes de voz con amigos o familiares, y mucho menos con extraños.

Un rayo de esperanza surgió durante la reciente conferencia magistral de Apple WWDC. Anunciaron que iOS 18 permitirá a los usuarios escribir comandos para Siri, una función que ya estaba oculta dentro de la configuración de accesibilidad. Esta nueva versión agiliza el proceso, permitiendo a los usuarios tocar dos veces la parte inferior de la pantalla para que aparezca un teclado Siri con sugerencias rápidas.

Este cambio hacia la escritura tiene mucho sentido. Si bien los asistentes de voz han mejorado, la comprensión del lenguaje natural sigue siendo un desafío. En casa, incluso los usuarios más cómodos pueden verse ajustando su tono o reformulando los comandos para un reconocimiento óptimo. La presión por ser claro y conciso agrega otra capa de incomodidad, especialmente al manipular solicitudes básicas como ajustar las luces inteligentes del hogar. Los entornos públicos amplifican estos desafíos. El ruido de fondo puede fácilmente desequilibrar el reconocimiento de voz, lo que lleva a la frustración y, en última instancia, a recurrir al mismo teléfono que intentabas controlar vocalmente. Este escenario anula por completo el propósito de estos gadgets impulsados por IA.

La incomodidad se extiende más allá de los teléfonos inteligentes. Los lentes inteligentes con funciones de control por voz a menudo luchan por escuchar a los usuarios con claridad debido al ruido ambiental o la propia timidez del usuario que lo lleva a dar órdenes en voz baja. Verse como un agente futurista de James Bond se desvanece rápidamente cuando tus intentos se encuentran con confusión o frustración.

La vanidad puede influir, pero la timidez es una barrera significativa para una mayor adopción de los asistentes de voz en público. Una encuesta de PwC de 2018 refuerza esta noción, con el 74% de los encuestados que prefieren los asistentes de voz para uso doméstico, citando el acto de usarlos en público como “extraño”. La misma encuesta destaca la falta de confianza como otro obstáculo: los usuarios simplemente no creen que los asistentes de inteligencia artificial puedan entenderlos de manera confiable. ¿Por qué arriesgarse a la vergüenza pública cuando sospechas que tu comando será malinterpretado?

Más allá de las preocupaciones sociales, escribir ofrece una capa de privacidad. No todo el mundo quiere que otros estén al tanto de la actividad de su teléfono, incluso si se trata de algo tan simple como reproducir música o configurar un temporizador. Dictar textos en público es definitivamente un no rotundo para muchos. Escribir permite a los usuarios mantener la privacidad mientras sacrifican algunas funciones de manos libres, una compensación valiosa para algunos.

Los comandos de voz tienen su lugar, especialmente para personas con movilidad manual limitada o conductores. Sin embargo, ofrecer múltiples métodos de interacción permite a los usuarios integrar asistentes de IA sin problemas en sus vidas sin obligar a todos a conformarse a un paradigma único y potencialmente incómodo. Tal vez algún día hablar con un asistente digital en la calle no se sienta extraño, pero para la mayoría, ese día no ha llegado.

Fuente: The Verge

Render of Type to Siri in iOS 18

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By Diario

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