Soldados del régimen de Corea del Norte que trabajan en la Zona Desmilitarizada (DMZ) que separa las dos Coreas cruzaron este jueves la frontera brevemente, por tercera vez en lo que va de mes, a lo que Seúl respondió nuevamente con disparos de advertencia que los hicieron regresar a su territorio.
Las tropas norcoreanas cruzaron la sección central de la línea divisoria fronteriza en torno a las 11:00 hora local (2:00 GMT), según informó el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) en un comunicado recogido por la agencia de noticias Yonhap.
Ante la incursión, el Ejército surcoreano disparó tiros de advertencia que hicieron regresar a los soldados del Norte a su lado de la frontera, detalló el JCS, que añadió que el incidente parece ser nuevamente accidental, pues las tropas de Pyongyang reanudaron pronto sus trabajos en la zona.
Es la tercera vez que se produce un episodio fronterizo de estas características este mes de junio, en medio del recrudecimiento de la tensión entre los países vecinos. Los días 9 y 18 de junio sendos grupos de soldados norcoreanos protagonizaron hechos similares, que el JCS tampoco considera intencionales.
La dictadura de Corea del Norte ha estado desplegando tropas en zonas de la primera línea desde abril para llevar a cabo actividades como plantar minas, erigir muros que podrían servir de barreras antitanques y reforzar carreteras.
Ambas Coreas han comenzado a retomar actividades en torno a la DMZ después de que Seúl decidiera recientemente suspender el cumplimiento de un tratado de seguridad militar firmado en 2018 para rebajar tensiones, en protesta por el envío de globos al Sur por parte del régimen norcoreano cargados con desechos.
Activistas civiles surcoreanos, encabezados por el desertor norcoreano Park Sang-hak, dijeron que hicieron flotar 20 globos con 300.000 folletos de propaganda, 5.000 memorias USB con canciones pop y series televisivas de Corea del Sur, y 3.000 billetes de dólares estadounidenses de la ciudad fronteriza de Paju.
A Pyongyang le molesta este tipo de material y teme que pueda desmoralizar a las tropas y residentes de primera línea y eventualmente debilitar el control del poder de Kim Jong-un, dicen los analistas.
Corea del Sur reanudó las transmisiones de propaganda contra Corea del Norte con altavoces militares instalados en la frontera por primera vez en años, a lo que Pyongyang advirtió que Seúl estaba “creando un preludio a una situación muy peligrosa”.
La tensión en la península ha aumentado especialmente desde que a principios de año Pyongyang decidiera retirar de la Constitución la necesidad de llevar a cabo la reunificación de la península y declarara al Sur como su principal enemigo.
El incidente fronterizo de este jueves se produce, además, días después de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, realizara su primera visita a Corea del Norte en más de 24 años y se reuniera con el líder del régimen norcoreano, Kim Jong-un, junto al que firmó un nuevo acuerdo estratégico que contempla la asistencia militar mutua en caso de que el otro sea agredido.
A su vez, Seúl dijo que considerará enviar armas a Ucrania para ayudarla a combatir la invasión rusa.
Corea del Sur, un exportador de armas en crecimiento con un ejército bien equipado y respaldado por Estados Unidos, ha proporcionado ayuda humanitaria y otros tipos de apoyo a Ucrania, además de sumarse a las sanciones económicas lideradas por Estados Unidos contra Moscú. Sin embargo, no ha suministrado armas directamente a Kiev, citando una política de larga data que prohíbe el suministro de armamento a países involucrados activamente en conflictos.
Putin, durante una conferencia de prensa en Hanoi, Vietnam, declaró que suministrar armas a Ucrania sería “un error muy grande” por parte de Corea del Sur. Añadió que Seúl “no debería preocuparse” por el acuerdo, siempre y cuando no tenga planes de agresión contra Pyongyang.
(Con información de EFE y The Associated Press)
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