Carlos Alberto Fernández, un hombre de 65 años, fue asesinado este jueves por la noche por dos delincuentes que le dispararon en el pecho al intentar robarle su auto Toyota en la esquina de Castro y San Juan, barrio de Boedo. Luego de matarlo, escaparon, confirmaron fuentes del caso a Infobae.
La víctima falleció en el hospital Ramos Mejía tras ser asistido por una ambulancia del SAME.
Según las mismas fuentes, Fernández estaba acompañado de un amigo al momento del crimen, al que había ido a visitar y que vive frente al lugar del ataque. Este amigo de Fernández se encuentra identificado y podrá convertirse en un testigo clave en la causa. Por lo pronto, hay un hipotético relato del hecho. “Llegan Fernández y su amigo. Los delincuentes lo abordan. Fernández forcejea. En ese momento, lo matan”, asegura una alta fuente en los organismos de seguridad porteños.
La Fiscalía Nº 56 de Edgardo Orfila está a cargo de esclarecer el hecho, con un expediente por homicidio en ocasión de robo. La Policía de la Ciudad ya comenzó la búsqueda de los delincuentes.
Fernández, según confirmaron fuentes en el arco político, era un histórico militante peronista. Había colaborado en la campaña presidencial de Daniel Scioli en 2015, particularmente en la carrera de Gustavo Marangoni como jefe de Gobierno porteño. En la actualidad se desempeñaba como colaborador de la vicegobernadora bonaerense Verónica Magario, a la que acompañaba como asesor desde que llegó como segunda de Axel Kicillof.
“Tenía por su militancia contactos con referentes históricos territoriales de la Capital. Lo conocían y respetaban”, dice una reconocida figura del peronismo porteño que trabajó con Fernández en el pasado. “Ojalá atrapen a los asesinos”, se lamentó, mientras sus contactos políticos le compartían la noticia del asesinato de Fernández por WhatsApp.
Hincha acérrimo de Boca, Fernández solía postear fotos de sus actividades de militancia en su cuenta de la red social X. Empleado del Senado bonaerense, había sido empleado también de la Magistratura provincial, de la Gobernación bonaerense y de la Secretaría de Deportes de la provincia, según sus registros previsionales. También tenía registrado un domicilio en la avenida San Juan, pero a 14 cuadras de la escena del hecho que le costó la vida. “Verónica conducción”, había escrito en su perfil semanas atrás.
Un portero de la cuadra que trabaja a metros de la escena del hecho relató a comienzos de la mañana de hoy viernes a Radio Mitre:
“Anoche, tipo 20:30, llegaba del supermercado y llegando a Castro siento un disparo. Había dos muchachos de entre 20 y 30 años que salían corriendo. Cruzaron San Juan en pleno tránsito y corrieron para Boedo”, comenzó: “Miré hacia atrás y había una persona. Luego, empezaron a llegar patrulleros. No sé si se resistió, yo venía caminando por San Juan, siento el disparo y veo a los dos tipos corriendo”.
“Siempre hay custodia policial acá, hay arrebatos, pero así como esto nunca vi, yo hace 20 años que vivo acá”, comentó sobre la situación de inseguridad en la zona.
La Policía de la Ciudad pudo confirmar que, efectivamente, los asesinos escaparon a pie.
Fernández entró agonizante al hospital Ramos Mejía, de acuerdo al reporte oficial del centro de salud. Allí, fue operado y se le practicó una traqueotomía. Se descubrió que tenía una laceración y una herida en la vena cava superior.
Es decir, el disparo impactó junto al corazón.
Así, Fernández falleció. El cuerpo fue trasladado a la Morgue Judicial para su correspondiente autopsia.
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