ROMA.- La Liga, el partido de derecha exsecesionista del vicepremier italiano y ministro de Infraestructura del gobierno de coalición de Giorgia Meloni, Matteo Salvini, este miércoles pudo descorchar champagne.
En medio de enorme controversia y después de una maratón que culminó en la madrugada, el Parlamento aprobó en forma definitiva la llamada “autonomía differenziata” (autonomía diferenciada), reforma desde hace años perseguida por la Liga que le dará más autonomía en temas clave a las 21 regiones de Italia. Según la oposición de centroizquierda, este cambio podría tener consecuencias nefastas ya que “partirá” o “destrozará” dramáticamente a Italia en dos: con las pobres regiones del Sur, cada vez más pobres, y las ricas, del Norte, más ricas. Por eso anunció que llamará a un referéndum para derogar esta reforma.
La “autonomía diferenciada” fue aprobada en la madrugada con 172 votos a favor y 99 en contra. Entonces, desde la bancada de la mayoría de derecha que lidera Giorgia Meloni hubo diputados que celebraron agitando banderas regionales, mientras que desde la oposición entonaron el himno de Italia y desplegaron el estandarte “tricolore” nacional, en señal de protesta.
“Me tiemblan las piernas por la emoción. La aprobación de hoy es la coronación de años y años de batallas políticas de la Liga, en el seno de las instituciones y en las plazas junto a los militantes, con un voto que escribe una página de historia para todo el país”, dijo, sin ocultar su euforia, el exministro Roberto Calderoli, el “padre” de la reforma de la autonomía diferenciada.
La ley contempla que las regiones puedan hacer acuerdos con el Estado para asumir o aumentar competencias en materias que en algunos casos están exclusivamente en sus manos, entre ellas, sanidad, instrucción, universidad, investigación, previsión social, cultura, infraestructura, protección civil, comercio exterior y demás. El riesgo, acusan los detractores, es que en Italia pueda en el futuro llegar a haber, por ejemplo, 20 sistemas escolares distintos y, sobre todo, puedan aumentar las desigualdades, que ya existen, en muchas otras materias relevantes.
La aprobación de la reforma de “autonomía diferenciada” significó oxígeno para la Liga, que en las recientes elecciones europeas sufrió una nueva paliza: al margen de quedar detrás de Forza Italia, obtuvo un magro 9% y perdió 14 escaños en Bruselas, frente a un cada vez más fuerte Hermanos de Italia, el partido de la primera ministra y rival interna, que sacó más que el triple (28,8%) y ganó 14 escaños del Parlamento europeo.
“Para una Italia más eficiente y moderna, con menos derroches y más servicios para todos, de Norte a Sur: después de años de batallas y compromiso, pese a las mentiras y los ataques de la izquierda, gracias a la Liga y al gobierno, la autonomía reclamada por millones de italianos ha sido aprobada y es finalmente ley”, celebró Salvini, en un posteo en X en el que habló de una “victoria de todos los italianos”.
Le hizo eco el presidente de la región Véneto, Luca Zaia, quien le dedicó la victoria a los más de 2 millones de habitantes de su región que en octubre de 2017 votaron por la autonomía, en un referéndum consultivo y no vinculante.
Como era de esperar, la oposición de centroizquierda reaccionó con críticas durísimas a una reforma rebautizada “Spacca Italia”, es decir, que “destroza” o “parte” en dos a Italia.
“El Partido Democrático (PD), junto al resto de la oposición, a los movimientos y a la sociedad civil, está listo para recolectar desde ya mismo las firmas para un referéndum en contra del Spacca Italia, que será así bochado”, anunció Francesco Boccia, referente del PD, el principal partido de la oposición de centroizquierda.
Su líder, Elly Schlein, que al igual que Meloni, salió fortalecida de las elecciones europeas, denunció que la reforma decretará que “existen ciudadanos de serie A y de serie B, de acuerdo a la región en la que nacen”. “Nunca se ha visto a una aparente patriota que parte en dos al país con esta autonomía diferenciada realizada sin un euro”, disparó Schlein, que incluso, en lugar de Hermanos de Italia, habló de “Hermanos de media Italia”.
Lo llamativo fue que hubo tres legisladores de la coalición de gobierno, de Forza Italia, que votaron en contra de esta iniciativa, también criticada por los obispos italianos. “Temo que la centroderecha nacional haya cometido un error, del que pronto se dará cuenta”, comentó Roberto Occhiuto, presidente de la región Calabria y vicesecretario nacional de Forza Italia.
En un clima al rojo vivo, la primera ministra Giorgia Meloni, que el día anterior cosechó un primer sí del Senado al “premierato” -la reforma que a ella más le interesa, que implica más poderes para el premier, también considerada un espanto por la oposición-, se sumó a los festejos de la Liga.
“Más autonomía, más cohesión, más subsidiaridad”, escribió Meloni en X, al sintetizar los tres ejes de la nueva autonomía diferenciada, que consideró “un paso adelante para construir una Italia más fuerte y justa, para superar las diferencias que existen hoy entre los diversos territorios de la nación y garantizar los mismos niveles cualitativos y cuantitativos de las prestaciones sobre todo el territorio”.
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