Así sonó, en Onda Cero, aquella mañana de junio en la que Felipe de Borbón, habiendo renunciado su padre a la corona, fue proclamado por las Cortes Generales como nuevo jefe del Estado.

Diez años rey. Nadie está en condiciones de saber cuántos años más lo será. Todo rey es consciente de ello. Por eso una de sus tareas principales -quizá la principal- es asegurar la continuidad de la institución, es decir, la estabilidad, es decir, que el día que él deje de ser rey -por la razón que sea- siga habiendo un reino en el que reine su heredera. Y la institución es una monarquía con apellido. El apellido no es Borbón; el apellido es parlamentaria.

Una monarquía con apellido: parlamentaria

En la España constitucional de 2024, heredera de la España constitucional que nació en 1978, el soberano no es el rey; el soberano es el pueblo. No hay más soberanía que ésta, la nacional. Representada en las Cortes Generales. De esa soberanía emana la legitimidad de todas las instituciones: desde la Corona a los gobiernos autonómicos pasando por las Fuerzas Armadas y los sindicatos. La fuente de legitimidad es sólo una: el pueblo, todo él, no divisible, indisoluble.

En la España constitucional de 2024 el soberano no es el rey; el soberano es el pueblo

Hace diez años fueron las Cortes Generales quienes proclamaron a Felipe VI como jefe de Estado. Hace diez años fue el nuevo jefe de Estado quien asumió públicamente que se debe al pueblo del que procede su legitimidad. Y que está sujeto, él y su cargo, a la ley primera del Estado, que es la Constitución.

Si algo tiene acreditado este rey es que conoce y hace suya esta norma fundacional. Y que conoce la historia de España y la historia de su familia: cómo desentenderse de la Constitución o creerse por encima de ella condujo a su bisabuelo, por ejemplo, acabar embarcando en Cartagena para no volver nunca.

Tres hitos en el decenio que hoy cumple Felipe VI

Diez años de reinado, que son diez años en la vida pública de España, dan para refrescar la memoria, sacar lecciones y hacer balances. Hay tres hitos en el decenio que hoy cumple Felipe VI.

· El primero, tres de octubre de 2017. El discurso en defensa de la Constitución e instando e las instituciones del Estado a defenderla de la sedición independentista en Cataluña.

· El segundo, quince de marzo de 2020. El comunicado en el que renuncia a la fortuna que pudiera corresponderle del padre, le retira la asignación y repudia, de hecho, la relación del padre con el dinero. Frente al ocultamiento y la elusión de impuestos, la promesa de transparencia y ejemplaridad.

Frente al ocultamiento y la elusión de impuestos, la promesa de transparencia y ejemplaridad

· Y el tercero, dos de noviembre del año pasado. La hija, y heredera, jurando la Constitución ante las Cortes Generales. La continuidad, la estabilidad, mientras el pueblo, que es soberano, quiera. La monarquía en España tiene apellido. Y no es Borbón, es parlamentaria.

La portavoz del gobierno poniendo matrícula de honor al fiscal general

La ministra portavoz no da abasto en su función, autoimpuesta, de abogada defensora de amigos en apuros. Empezó con Begoña Gómez, desbancando al cordial Antonio Camacho, que es el abogado de verdad. Y ahora sigue con el fiscal general del Estado, García Ortiz, que al cabo de tantos años de carrera profesional nada menos que en la fiscalía está en condiciones -y es mayorcito para- defenderse él solo.

El gobierno invasivo haría bien en refrenar su afán de ser novia en la boda, niño en el bautizo y muerto en el entierro

El gobierno invasivo haría bien en refrenar su afán de ser novia en la boda, niño en el bautizo y muerto en el entierro. En ningún lugar está escrito que deba meterse en todos los jardines. Menos aún que haya de ser actor protagonista en todos los seriales que se están emitiendo en la vida pública española.

Hay pocas cosas peores para un fiscal general del Estado que presume de ser autónomo e independiente que tener al gobierno jaleándole y a la portavoz del gobierno poniéndole matrícula de honor en su trabajo.

Mal negocio para el crédito de la fiscalía general del Estado que sea la portavoz del gobierno quien transmita esta idea de que el fiscal es uno de los nuestros. O sea, de los suyos. Qué necesidad.

El criterio de García Ortiz es el mayoritario

Qué necesidad, sobre todo, el día que García Ortiz consiguió salir airoso del examen ante el generalato de la fiscalía -junta de fiscales de sala- sin necesidad de recurrir al ordeno y mando. Que recurrir, habría recurrido, pero es que no le hizo falta porque ganó la votación y ganó el pulso. Por la mínima, es verdad, 18 a 17 (o 19 contándole a él mismo), pero las reglas del juego son las que son y el veredicto está emitido: el criterio de García Ortiz es el mayoritario. ¿Qué criterio? Pues que aplicar la ley de amnistía tal como ha salido del Congreso supone extinguir la responsabilidad penal de los condenados o encausados por delito de malversación. O dicho con menos palabras, que la malversación es amnistiable.

Ésta es la famosa voluntad del legislador: limpiar a Puigdemont y Junqueras del delito que claramente cometieron

Ésta es la famosa voluntad del legislador a la que aluden los partidos gubernamentales: limpiar a Puigdemont y Junqueras del delito que claramente cometieron. La fiscalía está por la labor pero la última palabra la tienen los jueces del Supremo. Y ahí no escucharemos a la ministra Alegría decir que Llarena o Marchena están haciendo un magnífico trabajo. Porque de eso se trata: aquí los nuestros, aquí los que no son de los nuestros.

Los candidatos no han tenido tiempo para amarrar apoyos

Puigdemont se comprometió con su parroquia a personarse en el Parlamento Catalán (es decir, España) el día que se debatiera la investidura. Ahora tiene el comodín Rull para retrasar el cumplimiento de esa promesa dejando para no se sabe cuándo el debate de investidura. Un mes y una semana después de las elecciones catalanas, los candidatos no han tenido tiempo para amarrar apoyos y cerrar acuerdos. Se les ha ido el mes y la semana en otras urgencias. Lo que no hizo en un mes, Illa espera poder hacerlo ahora en dos.

Illa espera que el palacio de la Moncloa, reconvertido en su oficina de negociación, le resuelva el problema para su investidura

O en verdad, Illa espera que el palacio de la Moncloa, reconvertido en su oficina de negociación, se lo resuelva. Después de todo, quien tiene firmado un pacto con Esquerra desde noviembre es Sánchez. Illa lo más que pudo hacer es ofrecerse como salvavidas a Pere Aragonés cuando éste aún confiaba en sacar adelante sus presupuestos, quedar como pagafantas cuando En Común les dejó a los dos colgados de la brocha y comprobar ahora el sentido de la gratitud que se gasta Esquerra. Tú me salvaste la cara a mí pero yo te lo voy a poner todo lo difícil que pueda a ti.ç

No es lo que parece

En la Moncloa están en convencer al resto del país que esto no es lo que parece. Que ponerse a hablar de la financiación de Cataluña justo ahora que Esquerra se fija en la financiación de Cataluña como condición necesaria para echarle un cable a Illa no significa que esté negociándose el precio de la investidura de espaldas al resto de las autonomías que se financian conforme al modelo de reparto que está en vigor. No es lo que parece, cariño, no es lo que parece. Declara la ministra Alegría que es compatible la relación de grupo con la relación de pareja. Viva el amor libre.

Entonces no hablamos de diseñar para Cataluña una financiación tan singular que se parezca más al concierto vasco que al régimen común. Ya, pero con los antecedentes del gobierno, basta que no haya hablado de algo para que lo acabe haciendo.

Ilumínenos, Patxi, usted que disfrutó como lehendakari de un concierto vasco que ése sí que es singular. Acabáramos. O sea, lo que ya está en vigor. El modelo de financiación que sopesa distintos criterios -población, extensión geográfica, edad de los habitantes- para calcular cuánto le corresponde a cada autonomía. Ninguno de esos criterios es tener nacionalismos potentes con llave para investir gente.

¿Por qué no hay negociación alguna abierta con los gobiernos autonómicos?

Y ahora viene la paradoja que quizá Patxi López podría descifrarnos: si de lo que está hablando el gobierno es de afinar, revisar o mejorar el modelo de financiación que ya está en vigor, ¿cómo es que no hay negociación alguna abierta con los gobiernos autonómicos, no hay un papel, una propuesta, y sí existen dos documentos en los que el PSOE se compromete a la financiación exclusiva con Esquerra y con Junts? Dígaselo usted que es de la mayoría gubernativa, Íñigo Errejón.

El gobierno (en funciones) de Cataluña es Esquerra y si algo no tolera es ser tratado como uno más. Menos aún cuando se trata de financiación

Eso es, no hay ninguna propuesta encima de la mesa. Ni de reforma, ni de actualización, ni de nada. Lo que sí hay es un compromiso del presidente con las dos formaciones independentistas catalanas que el propio presidente se ocupó de reverdecer el domingo en su entrevista en La Vanguardia.

Si el gobierno pretender convencer a alguien de que esto no es lo que parece, cariño, de verdad que no, puedo explicártelo, empiece por convocar hoy mismo a los gobiernos autonómicos para pactar los criterios de financiación. Incluido el gobierno autonómico de Cataluña, como uno más. No lo va a hacer. Porque el gobierno (en funciones) de Cataluña es Esquerra y si algo no tolera es ser tratado como uno más. Menos aún cuando se trata de financiación.

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Por Diario

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