Leonardo y Valentina, una joven pareja colombiana, decidió emigrar a Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida para ellos y su hijo. Se mudaron a Chicago, Illinois, donde enfrentaron los desafíos de adaptarse a una nueva cultura y economía. Sin embargo, su espíritu emprendedor los llevó a crear un negocio exitoso basado en la gastronomía colombiana y “100% latino”.
La llegada a la ciudad de Illinois no estuvo exenta de dificultades. Sin un trabajo estable y con la responsabilidad de criar a su hijo, primero ambos aceptaron cualquier empleo que conseguían. Trabajaron en construcción, en empresas locales, e incluso quitaron nieve de las casas durante el invierno. Sin embargo, estos empleos no les permitían dedicar el tiempo necesario a su familia, lo que los llevó a buscar una alternativa.
Los latinos decidieron emprender su propio negocio de lavado de autos durante el verano, pero con la llegada del invierno y la disminución de la demanda, buscaron nuevas oportunidades.
La necesidad de equilibrar trabajo y familia inspiró a la pareja a incursionar en la venta de comida. Comenzaron desde su hogar al cocinar arepas rellenas al estilo colombiano, que luego vendían de puerta en puerta o a clientes que recogían sus pedidos. El recibimiento fue positivo y el negocio empezó a prosperar rápidamente.
Al aprovechar su creciente popularidad, Leonardo y Valentina ampliaron su menú para incluir tamales colombianos, a pesar de que ninguno de los dos los había cocinado antes. La demanda de sus productos los llevó a agregar más platos característicos como las salchipapas y postres clásicos, como ensalada de frutas.
El negocio de comida, que operaba principalmente los fines de semana, de viernes a domingo, se promovía a través de redes sociales, especialmente TikTok. Leonardo compartía videos de su proceso de adaptación y del emprendimiento, los cuales se volvieron virales. La interacción en redes sociales y la calidad de sus recetas tradicionales les aseguraron una clientela leal en Chicago.
“Yo ya había dejado mis otros trabajos convencionales, pero mi esposa sí seguía con su empleo en una compañía normalmente”, afirmó el tiktoker. Tantas recetas en su haber no les permitía ofrecerlas al mismo tiempo, es por eso que en su calendario cada fin de semana era distinto.
En uno de sus videos compartidos en las redes sociales, Leonardo detalló las ganancias de su negocio. Según explicó, produce alrededor de 50 tamales por día, de los cuales 45 se ponen a la venta. Cada uno se vende a 12 dólares, lo que genera un ingreso total de 540 dólares diarios. Los costos de ingredientes suman aproximadamente US$162 y paga US$80 a su ayudante principal, su abuela. Tras restar estos gastos, el joven obtiene una ganancia neta de US$300 diarios.
La popularidad del tamal colombiano fue tan grande que la pareja decidió llevar su producto a otras ciudades. Se embarcaron en lo que llamaron la “ruta tamalera” al viajar a Orlando, Florida, y se extendieron a otras ciudades como Tampa, Ft. Myers, Naples y Miami. Esta expansión no solo les permitió aumentar sus ingresos, sino también compartir la cultura culinaria colombiana con más personas en EE.UU.
“A esto es lo que nos hemos dedicado desde el momento que decidimos emprender y este ha sido el motor de todos nuestros emprendimientos”, finalizó. El éxito de Leonardo y Valentina no solo ha sido financiero, sino también cultural. Han logrado posicionar la comida colombiana en un mercado diverso y competitivo como el estadounidense.
LA NACION
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