Casi cuarenta días después de las elecciones, no hay aún atisbo de pacto. Tanto es así que en el Parlamento catalán ya se da por sentado que la semana que viene no se celebrará ningún debate de investidura, como prevé la normativa catalana, y que tocará recurrir a un acto equivalente a un pleno fallido para activar la cuenta atrás de dos meses que los partidos deberán aprovechar para negociar, antes de la repetición automática de los comicios.
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