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Jorge Iván González, quien fue Director Nacional de Planeación del gobierno de Gustavo Petro hasta el 5 de febrero de este año, hace un descarnado análisis de la reforma a la educación, de la Universidad Nacional, de la Constituyente, del gobierno y del país.

Lo hemos visto muy crítico de la reforma a la educación…

“En el proyecto de Ley Estatutaria hay una tendencia a darle una prelación a lo público, suponiendo de manera equivocada que la universidad pública es intrínsecamente buena. Hay universidades públicas muy malas. Nosotros hicimos unos cálculos sobre burocratización de las universidades: la Nacional tiene una relación de uno a uno, entre académicos y administrativos, que es muy alta”.

¿Un administrativo por un docente?

“La Nacional tiene 3.000 administrativos y 3.000 docentes. Es un aparato burocrático muy pesado. Una universidad debería tener dos docentes por administrativo y la relación debería ser de 0,5. Pero hay universidades públicas que tienen una relación de 1.5 administrativos por docente.

Ese es un signo de falta de eficiencia y de calidad. Además, la Nacional tiene una tasa de graduación del 78% cuando está recibiendo a los mejores estudiantes del país. ¿Qué está pasando? Ese análisis hay que hacerlo”.

Usted, que ha sido profesor de la Nacional, también decía que allá no echan a los profesores…

“En ninguna universidad pública de este país somos capaces de echar a un profesor. Los sistemas de evaluación de las universidades públicas son sofisticados: usted manda un artículo y no sabe quiénes son los jurados y los jurados no saben quién es el autor.

Pero a pesar de que usted tiene claridad, profesores que nunca publican, profesores que son malos docentes, profesores que andan por toda la universidad porque ninguna facultad los recibe, nunca los echan. A los profesores malos hay que echarlos”.

Que se acomodan ahí y los dejan.

“Ese tipo de discusiones se tendrían que dar en las universidades pero yo no veo ambiente en la ley estatutaria para esa crítica. Tampoco hay ambiente en la ley que obligue a las universidades a ser los centros de pensamiento de este país.

Las universidades tienen la ventaja de pensar despacio. El término de pensar despacio es de un premio Nobel que se acaba de morir, Kahneman, que tiene un libro muy bonito que se llama Pensar despacio y pensar rápido. En la universidad todos los problemas se pueden tratar con calma”.

¿Las universidades no están pensando despacio?

“No logran que sus investigaciones se conviertan en grandes proyectos. Les da pereza trabajar con el Estado y mostrar que sus proyectos de investigación pueden ser insumos fundamentales para la planeación estratégica del país.

Una de las cosas que yo sentí muy duro en Planeación Nacional es que debería tener el apoyo de todas las universidades para poder pensar el país a 20 años pero no pasa así”.

Volviendo al tema de la Ley Estatutaria de Educación, que está para último debate esta semana, el observatorio de la Javeriana dice que si se aprueba podría costar más de $40 billones al año solo el componente de cobertura de la reforma…

“Y eso que esos cálculos son muy sencillos, a partir de aumentar el gasto en función del costo actual del estudiante, pero no incluyen el costo de mejorar la calidad. En la Nacional, para que los laboratorios se parezcan a laboratorios, no para hacer ciencia y tecnología, no, para que los laboratorios funcionen se necesitan 3 billones de pesos. Eso habría que sumarlo ahí”.

¿Esta ley es como un canto a la bandera?

“Esa ley no tiene ningún asidero fiscal si usted toma en serio la calidad. El Ministerio de Hacienda dice yo no sé cuánto vale y no se compromete con nada, porque la ley es muy ambigua. En cierta forma tiene razón el Ministerio. Es que si yo me pongo a valorar eso, me da todos los billones del mundo”.

¿Y no encontró universidades que propusieran grandes proyectos?

“Lo curioso es que ves en los artículos académicos unas ideas muy buenas pero las universidades no han encontrado el mecanismo para que esas ideas se conviertan en proyectos de largo plazo. Ninguna universidad de este país es capaz de presentarle al gobierno un proyecto de 300.000 ó 400.000 millones de pesos. Un gran proyecto, por ejemplo, de desarrollo agroindustrial, o un super proyecto para la conservación de la biodiversidad pacífica”.

Dice que no ve ni el espíritu del pensamiento lento ni que sea un centro de pensamiento. Entonces, ¿qué espíritu le ve a la ley estatutaria?

“Yo veo demasiada retórica, demasiadas afirmaciones sobre el derecho a la vida, la palabra inclusión no sé cuántas veces se repite en la ley estatutaria, pero los elementos constitutivos de la institucionalidad no se plantean, que las universidades cambien todos sus aparatos administrativos para que sean competitivas, para que puedan tener recursos de consultorías.

Las universidades públicas están convencidas de que todos los recursos tienen que venir del presupuesto, y si no ocurre así entonces gritan. Pero en las universidades públicas no hay la más mínima preocupación por conseguir proyectos”.

¿No soluciona los problemas?

“No solo no toca los puntos centrales, sino que el gobierno está haciendo todo lo contrario. La forma como el gobierno intervino en la Universidad Nacional es la expresión de que mientras en el proyecto de ley se habla de autonomía, en realidad no se está respetando la autonomía.

La toma de la Universidad Nacional es un desastre. Es muy curioso, el viceministro llegó a rector de la Pedagógica sin haber ganado la consulta de los estudiantes. Y ahora, en el Consejo Superior para elegir al rector de la Nacional tiene la opinión de que sí hay que respetar la consulta. Es increíble”.

De hecho en la Nacional varias veces se han elegido rectores distintos a los que ganaron la consulta de estudiantes…

“Ahora entonces el Presidente la quiere imponer con el argumento de que empezó la constituyente universitaria.

Entonces, por un lado estamos hablando de autonomía en la ley estatutaria, y por el otro lado se está imponiendo, de hecho, la elección popular de rector. Si ya las universidades públicas tienen problemas de calidad, la elección popular de rector acaba con la calidad de las universidades públicas”.

Usted que trabajó con el presidente Gustavo Petro ¿Cómo interpreta esas movidas? ¿Hacia dónde va él?

“A mí me preocupa, después de que salí de Planeación, y que ya puedo ver un poquitico más despacio, que los grandes temas del plan de desarrollo no son los temas de preocupación del presidente. Después de haber hecho ese esfuerzo que hicimos con los diálogos regionales…”

Prácticamente seis meses de estar recorriendo el país…

“Y después, con los congresistas, cuatro meses…”

La verdadera democracia, decía él.

“Yo creo que en Colombia no se ha hecho un ejercicio de lo que uno pudiera llamar democracia participativa como este. Todo eso es muy discutible ¿qué es participación? ¿qué es deliberación? Pero bueno, fue un ejercicio muy grande. Con todo eso yo me imaginaría un discurso del presidente Petro, parado en la plaza pública exigiendo que de ahora en adelante no se vuelva a contaminar un solo río, que todas las PTAR se pongan al día. Eso se desprende directamente del plan de desarrollo”.

En cambio lo vemos en los discursos en las COP por allá en Dubái, diciendo que se va a extinguir la humanidad…

“Segundo tema, economía circular. Todas estas ciudades, Medellín, Bogotá, Cali, tienen unos líos enormes de tratamientos, residuos. Otro ¿cómo es que en los planes de desarrollo, en los POT, no están exigiendo que las nuevas construcciones tengan paneles solares? ¿O por qué no están cobrando por congestión?

O el registro universal de ingresos que cambia toda la política de estratificación de este país, porque resuelve el problema de la mala focalización. En este momento, se están perdiendo 4 o 5 billones de pesos al año en servicios públicos por errores de inclusión”.

¿Será que el presidente Petro no leyó el plan de desarrollo?

“El presidente Petro estuvo en varias presentaciones, estuvimos en el Consejo de Ministros. El presidente Petro, obviamente, conoce”.

¿Y por qué ahora ha salido a decir que el plan de desarrollo no existe?

“Eso dijo, y después cuando posesionó a mi sucesor, dijo que Planeación Nacional había sido una piedra en el zapato para el cambio. El catastro multipropósito, que es la gran revolución en materia agropecuaria, está en el plan de desarrollo y debería ser central en su discurso”.

Entonces, el presidente Petro está haciendo trizas su plan de desarrollo.

“Lo ha desconocido. O sea, yo no entiendo por qué en los debates no está eso como sus líneas de acción. Y entonces toda la discusión se va hacia otros temas. El tema constituyente, el tema ahora de la Universidad Nacional”.

Usted conoce de vieja data al nuevo rector Leopoldo Múnera…

“Claro, yo soy muy amigo de Leopoldo. Coincidimos en Bélgica los dos estudiantes en Lovaina”.

Y cuando él se para en la plaza y dice, aquí vamos a empezar la constituyente, ¿usted cree que aquí él está jugando a hacerle la constituyente al presidente Petro?

“Leopoldo es un excelente académico, es muy juicioso. Y tiene argumentos potentes para defender una constituyente. Él puede construir un buen discurso sobre lo que es una constituyente. Lo que me parece es que toda la forma como se da este proceso en la Universidad Nacional es una respuesta a un desespero del Presidente de tener un movimiento estudiantil”.

¿Es legítimo que un rector lo primero que diga en la plaza, como lo hizo Leopoldo Múnera, sea un tema político, de convocar a una constituyente y no hable de lo que tiene que hacer académicamente la universidad?

“Yo creo que es una especie de pacto implícito. Ningún otro gobierno se había metido en la universidad. Ni Santos, ni Duque, ni Uribe. Los gobiernos fuera de los tres votos que tienen en el Consejo Superior no se metían en el debate.

En este momento, la fuerza que adquiere el movimiento estudiantil es porque hay una posición desde el gobierno a favor de una elección democrática de rector. Y Leopoldo, obviamente, encaja en este momento. Ahora cómo va a pedir que entre los estudiantes se discuta cómo deben ser los cursos de extensión, cómo deben ser las maestrías”.

¿Cree que va a pasar así?

“Pues él ya lo dijo en su primera declaración. Es un llamado a la democracia, pero cuando uno vive, como vimos nosotros, los diálogos regionales vinculantes, pues ahí hay un momento en que usted no le puede hacer caso a todo. Eso está muy estudiado desde Platón para acá. Pasar de las preferencias individuales a las preferencias colectivas es un reto.

Kant decía, haz que tu norma moral la pueda proponer como norma moral universal. A él no se le ocurría otra cosa. A Rawls se le ocurre una cosa que es el velo de la ignorancia”.

No se puede dejar contentos a todos…

“Y entonces usted no puede poner de acuerdo a 50 mil estudiantes. Nunca. Ni a 10. Ni a una pareja. Todos esos trabajos de teoría de juego son muy bonitos. Si ella quiere ir al cine y él quiere ir a la ópera y los dos quieren estar juntos, pues no se puede resolver eso de manera óptima. O se van los dos para la ópera o se van los dos para cine”.

¿Será que lo que busca Petro es que a partir del movimiento constituyente en la universidad surjan entonces exigencias para el resto de la sociedad para cambiar la Constitución?

“¿Qué puede salir de una constituyente universitaria? Un montón de ideas sueltas. ¿Cómo se ordenan esas ideas? Es decir, el movimiento estudiantil dice, exigimos nombramiento popular de rector. Y supongamos que una asamblea de 2.000 estudiantes, 1.800 dijeron que sí. De ahí entonces ¿el resto de universidades públicas tienen que elegir democráticamente un rector?. ¿O las universidades privadas?.

Estos días salió un artículo muy bonito diciendo que Habermas está muy triste con los trinos y con toda esta gritería de los trinos, y que en su teoría de la acción comunicativa siempre tenía también la duda de que uno puede conversar con otra persona tres días y a los tres días alguien tiene que decir suficiente ilustración, votemos.

Es decir, la llamada democrática de participación tiene un límite intrínseco que es la imposibilidad del acuerdo. La imposibilidad de que todos lleguemos a la misma conclusión. Después de un sueño de democracia deliberativa, pasar a la votación, pues es brutal”.

No necesariamente lo que la mayoría piense es lo bueno porque entonces ¿para qué la ilustración?

“La mayoría puede llegar a los totalitarismos. Entonces a mí me parece muy peligroso lo que está pasando en la universidad, muy poco conveniente”.

Le escuché también una dura crítica de cómo se están fragmentando los proyectos por identidades y se están perdiendo los grandes proyectos del país…

“Hay tres tipos de fragmentación que están matando el presupuesto y la planeación en Colombia. Primero, los gobernadores no entienden que hay muchos proyectos que los impactan, pero que no están en su departamento. El caso más claro es la Ptar Canoas. Cuando estaba en el Atlántico con los congresistas, con gobernador, alcaldes, ninguno hablaba de la Ptar Canoas”.

La Ptar Canoas que está en Bogotá, en Cundinamarca…

“Claro, pero medio país que está afectado por el río Magdalena tiene que considerar la Ptar Canoas como un proyecto suyo. O el dragado del puerto de Buenaventura. O convenza usted a los gobernadores del viejo Caldas, que se pongan de acuerdo sobre un aeropuerto.

Yo siempre me imaginé un super aeropuerto en donde digan y con unas autopistas para que nadie se demore más de una hora para llegar al super aeropuerto. Pero no. Quieren un aeropuerto en Manizales, otro Pereira y otro en Armenia.

Lo otro es el tema de identidades, que está llegando a unos extremos imposibles. Yo no sé cuántas veces en la ley de estatutaria se habla de inclusión de etnias, de minorías. Es decir, el concepto de la modernidad, que es el concepto de ciudadano, lo hemos despreciado. Kant habla de la república de ciudadanos: hombres, mujeres, blancos, negros, amarillos. Y entonces estamos fraccionando.

Los indígenas Wayúu quieren un presupuesto, pero al interior de ellos hay divisiones. Y son distintos para los indígenas del Cauca. Los campesinos preguntan por qué no están en el plan, entonces les digo yo, ¿para quién es la reforma rural integral?”

¿No hay grandes proyectos de país?

“En Colombia no hay un solo proyecto de país. Y por eso la planeación ha fracasado. Es muy difícil convencer a cualquier gobierno de que La Guajira es un tema de ordenamiento territorial que se demora 20 años. Los gobiernos se desesperan, unos llevando motobombas, que a los 6 meses no funcionan y este llevando carros tanques que tampoco funcionan”.

Y además sacan a las personas que piensan, que tratan de pensar el país.

“Claro. Es decir, un gobernante debería llegar a la Guajira, sembrar los tres arbolitos iniciales y decir empezamos un proyecto a 20, 25 años. ¿Por qué logró China sacar 500 millones de personas de la pobreza en 60 años y nosotros no hemos podido? ¿Por qué sigue la desgracia de Buenaventura, la desgracia de Cartagena, la desgracia del Magdalena Medio, zonas riquísimas con poblaciones pobrísimas? Y el desespero mío es que cuando sumamos la inversión para el 2024, nos da 224 billones de pesos. Entonces a mí no me pueden decir que con 224 billones de pesos no se pueden hacer proyectos estratégicos”.

Entonces lo que pasa es que eso se menudea.

“Se menudea y terminamos haciendo proyectos de 5 mil millones de pesos”.

O en lo peor de los casos, llevando 3 mil millones de pesos en maletas al presidente del Congreso…

“El presupuesto inicial que tenía la Unidad de Riesgo era un billón. Y cuando usted piensa en los 11 billones del DPS, cuando piensa en 9 billones del Ministerio de Agricultura, pues usted está pensando en grandes volúmenes de dinero, aún con toda la crisis fiscal. Porque un proyecto, por ejemplo, para que todas las Ptar funcionen full, vale 21 billones de pesos. Y usted tiene 224 billones de pesos para el 2024.

Si Planeación Nacional y todas las universidades hubieran dicho: si usted quiere resolver el problema de La Guajira estructuralmente, tiene que reforestar, tiene que mejorar el uso del suelo, y tiene que ir avanzando desde el sur de La Guajira hacia el norte. Es un problema a 25 años, no tiene sentido que usted pretenda resolver el problema del agua de La Guajira en 15 días con unos carrotanques.

Pero el gobernante se desespera. Todos los gobernantes se desesperan. Entonces, si usted no tiene una conciencia colectiva nacional, pues no puede tener proyectos de largo plazo. Y botamos la plata en proyecticos”.

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By Diario

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