El firmamento nocturno de este verano se verá adornado por un fenómeno astronómico excepcional, cuando una nova recurrente, conocida como T Coronae Borealis (T CrB) o “Blaze Star” (estrella resplandeciente), se haga visible en la Tierra sin necesidad de telescopios. Este acontecimiento está previsto para septiembre de 2024.

T CrB es un sistema binario situado en la constelación de Corona Borealis, a unos 3,000 años luz de nuestro planeta. El sistema está compuesto por una enana blanca, un remanente del tamaño de la Tierra de una estrella muerta con una masa comparable a la de nuestro Sol, y una antigua gigante roja que está siendo despojada lentamente de hidrógeno por la implacable atracción gravitacional de su hambriento vecino. Su ciclo de explosiones termonucleares ocurren aproximadamente cada 80 años. La última vez que se observó este fenómeno desde la Tierra fue en 1946, y los patrones actuales sugieren que estamos al borde de presenciar una nueva erupción.

La Dra. Rebekah Hounsell, científica de investigación en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, destaca la importancia de este evento, no solo para la comunidad científica sino también para inspirar a las nuevas generaciones de astrónomos. Según Hounsell, la posibilidad de observar directamente un evento cósmico de tal magnitud tiene el potencial de motivar a jóvenes y adultos a involucrarse en la ciencia espacial.

El proceso detrás de la nova implica la acumulación de hidrógeno del gigante rojo en la superficie del enano blanco, lo que eventualmente desencadena una explosión termonucleares. A diferencia de una supernova, que marca el fin catastrófico de una estrella, una nova como T CrB no destruye al enano blanco, sino que expulsa el material acumulado en un destello deslumbrante, permitiendo que el ciclo se repita.

Cómo observar este fenómeno?

Para localizar la Corona Borealis en el cielo nocturno, los astrónomos aficionados deben buscar la curva en forma de herradura de estrellas al oeste de la constelación de Hércules, después del atardecer durante los meses de verano. La posición de T CrB se encuentra entre las dos estrellas más brillantes del hemisferio norte, Arcturus y Vega.

La observación de T CrB no será la excepción, con telescopios terrestres y misiones espaciales como el Telescopio Espacial James Webb y el Observatorio Swift de Neil Gehrels preparados para capturar datos a lo largo del espectro de luz visible y no visible.

Este evento no solo ofrece un espectáculo visual, sino también una oportunidad única para avanzar en nuestro entendimiento de las explosiones estelares recurrentes y los procesos estelares que las alimentan. Con herramientas como el Explorador de Polarimetría de Rayos X (IXPE) y el Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi de la NASA, los investigadores esperan obtener una visión sin precedentes de los ciclos de vida de los sistemas binarios y los poderosos procesos estelares que aún los impulsan.

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By Diario

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