Por primera vez, países de los más diversos horizontes y representando a todas las regiones del mundo expusieron sus distintas visiones y preocupaciones frente a la guerra en Ucrania, en una conferencia internacional que tiene lugar en Suiza dedicada a reunir ideas sobre cómo embarcar a Rusia en negociaciones de paz.
El riesgo nuclear que tanto inquieta a Japón, la crisis alimentaria vivida en África por la interrupción de las exportaciones de cereales de Ucrania y de fertilizantes de Rusia, el aumento de los costes de las importaciones en Latinoamérica y la amenaza existencial que para los europeos representa esta guerra salieron a relucir en las intervenciones de al menos una treintena de líderes políticos que hablaron en la plenaria de la cumbre celebrada en Suiza.
Cada quien -desde las perspectiva de su situación geográfica, de sus lazos comerciales o económicos con Ucrania o Rusia y de sus propias historias de conflictos y colonialismo- planteó cómo ven la salida de esta conflagración, que ha dejado decenas de miles de muertes entre las fuerzas combatientes y varios miles en la población civil.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, fue el encargado de dar inicio al evento, en una declaración en la que celebró la convocatoria de la cumbre de paz y la calificó de “éxito”.
Putin debe pasar del lenguaje de los ultimátums al lenguaje de la mayoría global que quiere una paz justa
“Nuestra unidad aquí prueba que la idea misma de la ley internacional sigue viva y efectiva, su presencia aquí demuestra que la Carta de la ONU y las convenciones no son una formalidad, sino los fundamentos reales de coexistencia entre pueblos”, dijo Zelenski al comienzo de la reunión.
El presidente ucraniano explicó que el objetivo de la cumbre es empezar a trabajar en un plan de acción para una paz que respete la integridad territorial de Ucrania y que posteriormente le será presentado a Rusia para intentar que acepte poner fin a la guerra en esas condiciones.
“(El presidente ruso Vladimir) Putin debe pasar del lenguaje de los ultimátums al lenguaje de la mayoría global que quiere una paz justa”, dijo el presidente ucraniano en referencia al mensaje enviado por Putin en la víspera de la celebración de la cumbre, en el que afirmó que declararía un alto el fuego si Ucrania se retira de los territorios anexionados por Moscú, que los ha declarado parte de Rusia.
Zelenski volvió a explicar que los participantes se centrarán en acordar una declaración sobre tres de los diez puntos de la llamada “Fórmula de Paz” ucraniana: la seguridad nuclear, la seguridad alimentaria y el retorno de los prisioneros de guerra de y los civiles ucranianos detenidos o deportados por Rusia, incluidos los niños.
“Nadie tiene derecho a lanzar una guerra de agresión contra un vecino ni a socavar uno de los principios básicos de la Carta de Naciones Unidas, el de la integridad territorial de los países”, dijo Zelenski.
Los distintos llamados de los países en la cumbre en Suiza
Tras la intervención de Zelenski vinieron los comentarios de los países presentes en la plenaria. Estados Unidos, por ejemplo, volvió a garantizar a Ucrania que seguirá a su lado, apoyándolo económica y militarmente, reconociendo que “una paz justa” en Ucrania representa un “interés estratégico” no solo para Washington, sino también para el resto del mundo.
En esa línea, la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, dijo que la propuesta lanzada en las últimas horas por el presidente ruso Vladímir Putin -relativa a que aceptaría un alto el fuego si Ucrania se retira por completo de los territorios que Moscú ocupa ilegalmente- demuestra “que él no busca negociar, sino una rendición” de los ucranianos.
Los líderes políticos europeos coincidieron, de una u otra manera, en que no se puede dejar pasar la ambición de Rusia de quedarse con territorio ucraniano, pues la historia ha demostrado que ceder suelo por paz solo aumenta el apetito imperialista y el riesgo de agresiones a otros países.
No obstante, también hubo coincidencia en que no se puede aceptar que esta guerra se prolongue indefinidamente, “porque es peligroso y no es sostenible ni para Ucrania ni para Europa”, recalcó el canciller alemán, Olaf Scholz.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, animó a mantener el apoyo incondicional a Ucrania, porque la rendición que espera Putin “nunca ocurrirá”, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, consideró igualmente que solo con la ayuda de sus aliados Kiev podrá resistir a la capitulación.
“Lo que está en juego son nuestras reglas internacionales y la posibilidad de instaurar una paz en todas partes”, señaló el jefe de Estado francés, que criticó el hecho de que Rusia esté haciendo saltar por los aires esa legalidad internacional.
Por Estonia, la primera ministra Kaja Kallas recordó, con una vivencia familiar, que Rusia no ha pasado página a su historia imperialista, que su país sufrió durante medio siglo y de la que su madre, deportada siendo bebé a Siberia, fue una víctima directa.
Del lado latinoamericano, el presidente chileno Gabriel Boric defendió que por respeto a la legalidad y no por cuestiones ideológicas hay que estar con Ucrania, pues en esto se está jugando la supervivencia del sistema internacional, mientras que su homólogo argentino Javier Milei consideró que la paz está directamente relacionada con el comercio y la prosperidad.
“Como defensores de las ideas de la libertad repudiamos cualquier tipo de violencia, entre individuos, pero en particular, rechazamos la guerra como mecanismo ilegítimo para dirimir los conflictos entre naciones”, dijo Milei en su intervención en Bürgenstock.
Más sobre el terreno fueron las intervenciones de los mandatarios de Kenia y Ghana, que recordaron que las empobrecidas poblaciones de sus países han sufrido directamente este conflicto por el aumento desmedido del precio de los cereales y de los fertilizantes para las labores agrícolas, lo que ha dado lugar a crisis alimentarias en varias partes de Africa.
Podemos preparar el terreno para negociaciones directas entre las partes enfrentadas: para eso estamos aquí
El presidente keniano William Ruto fue el único que hizo una crítica a los países occidentales presentes en la sala, señalando que se habían apropiado de forma ilegítima de los activos rusos y que esto era tan reprensible desde el punto de vista legal como la agresión de Rusia contra Ucrania.
También hubo declaraciones del presidente de Finlandia, Alexander Stubb; la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen; el presidente de Polonia, Andrzej Duda; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, o el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que reclamó que la cumbre sobre Ucrania que se celebra en Suiza lance a Rusia “un mensaje muy claro” de que hay principios que no son negociables.
La cumbre continuará este domingo con mesas redondas en las que los presidentes y delegaciones de un centenar de países intentarán plantear propuestas claras para reducir el riesgo nuclear por esta guerra, encontrar vías para que impacte menos en la seguridad alimentaria y plantear ideas en favor de los prisioneros de guerra y para que los adultos y niños deportados por Rusia a los territorios que controla sean devueltos a Ucrania.
La presidenta suiza, Viola Amherd, aseguró que se prevén cumbres en las que participaría eventualmente Rusia, y que la actual permitirá “dar pasos concretos” hacia “una paz justa y duradera”. “Podemos preparar el terreno para negociaciones directas entre las partes enfrentadas: para eso estamos aquí”, sostuvo.
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