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Nicolás Maduro asistió a una misa donde pidió perdón por la avaricia dentro de su gobierno, sin embargo, la escena rápidamente se tornó irónica cuando su hijo, Nicolás Maduro Guerra, apareció luciendo unos zapatos Louis Vuitton valorados en más de 1.400 dólares, una suma que equivale a aproximadamente 473 pensiones de vejez en Venezuela.

Por lapatilla.com

La contradicción no pasó desapercibida. En un país donde la mayoría de los ciudadanos enfrenta una crisis económica devastadora, con salarios que no alcanzan para cubrir las necesidades básicas, el lujo ostentoso exhibido por la familia presidencial resulta una afrenta directa. Mientras Maduro hablaba de humildad y rectificación, sus acciones parecían decir lo contrario.

Los zapatos de lujo, un símbolo de la marca Louis Vuitton, conocida por sus productos de alta gama, son un claro contraste con la realidad de millones de venezolanos. Esta incongruencia ha generado una ola de indignación en las redes sociales y entre los críticos del gobierno, quienes ven en estos actos una prueba más de la desconexión entre la élite gobernante y el pueblo venezolano.

En un país asediado por la pobreza y la inflación, la exhibición de artículos de lujo por parte de los funcionarios y sus familiares no solo es una demostración de mal gusto, sino también una ofensa a los principios básicos de equidad y justicia social que el propio Maduro afirma defender. La incongruencia entre el mensaje y la realidad subraya una profunda brecha que sigue ampliándose, alimentando el escepticismo y la incredulidad entre los venezolanos.

 

 

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Por Diario

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