Una persona que sufre un golpe de calor puede experimentar dolor de cabeza, confusión, náuseas, mareos y una temperatura corporal superior a 103 F (39.4 C). También puede tener la piel caliente, roja, seca o húmeda; pulso rápido y desmayarse o perder el conocimiento. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan a las personas que llamen al 911 de inmediato y, mientras esperan ayuda, usen paños fríos o un baño frío y las trasladen a un espacio con aire acondicionado, pero no les den nada de beber.
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